Junto a otro gaditano y amigo como Vicente Ballester, José Bonat es sin duda uno de los principales anarquistas de Andalucía en la primera mitad del siglo XX. Hijo de Antonio Bonat Noguera y Ambrosia Ortega Gómez. A la edad de 25 años se casó con Concepción Santander Torres. De dicha unión nacieron Carmen, Germinal (La Rubia), Salud, Aurora, Anselmo, Libertad y Flora.
Carpintero-tallista, trabajó en los talleres de José Vera, situados en la calle Canovas del Castillo 40, donde también trabajaba Ballester Tinoco. Se sabe que antes de morir tuvo que trabajar como vendedor de pescado en un puesto del Mercado. Se cree que se afilió a la CNT entre 1916 y 1919. Dio numerosos mítines en la Casa del Pueblo de CNT, de los cuales según su hija Aurora Bonat, sus hermanos repartían propaganda anunciándolos.
Su vida literaria comienza relativamente pronto y siempre relacionado con el comienzo de su vida política. Así sabemos que en 1919 es uno de los responsables directos del semanario Rebelión. Poco después se cree que participó en la revista Páginas Libres del legendario Pedro Vallina. También, y posiblemente con anterioridad a 1921, Bonat ejercía de redactor para La Bandera Libre, cuyo director era el chiclanero Diego Rodríguez Barbosa. Germinal sería otra revista más de vida efímera que intentó llevar a cabo. Pero sería unos años después cuando destacaría en la prensa ácrata del momento.
En la primera mitad de los años 30 participó en los periódicos: El Libertario, La Voz del Campesino o CNT de Madrid.
Como hemos visto, compaginó vida laboral con sus inquietudes políticas y periodísticas. En más de una ocasión fue detenido, e incluso “alejado” de la ciudad por motivos de la visita de Alfonso XIII, en 1930. Tampoco se debe olvidar que durante la II República presidió la Comisión de Defensa Económica, la cual solicitó la rebaja de alimentos de primera necesidad. Aunque finalmente no lo consiguieran, bien es cierto que actividades como ésta, nos hablan de una persona con profundas preocupaciones sociales.
La tarde del 17 de julio de 1936 ya se podía escuchar en Cádiz el rumor de que el ejército estaba a punto de sublevarse. El Gobernador Militar, López Pinto tranquiliza a los principales representantes políticos de la ciudad, “cambiando de opinión” poco después. Durante el intranquilo 18 de Julio, José Bonat fue a recoger a una de sus hijas a la guardería “La Colonia”, y tras dejarla en casa se despidió de su mujer con un “ahora vengo”. Cuando iba por la calle Libertad recibió un tiro en la cabeza, cayendo en la acera del café Moderno. A día de hoy no se sabe si la muerte de José Bonat fue producto de un disparo perdido o intencionado. El hecho es que el gaditano ni siquiera llegó a formar parte de los que plantaron cara a los militares rebeldes, murió cuando posiblemente iba en busca de sus compañeros. Su mujer Concepción y su hija mayor Carmen fueron las que tuvieron que limpiar al día siguiente en la calle la sangre de su marido y padre. José Bonat Ortega fue, aunque no siempre se nos contó así, el primer asesinado de la Guerra Civil en Cádiz. Tras su muerte su familia por temor a represalias quemó gran parte de la documentación que Bonat Ortega tenía en su poder.
Algunos de los supervivientes del exterminio del 36 recuerdan al destacado anarquista como un “hombre cabal, compañero abnegado, amigo de todos […] forma parte de esos hombres del pueblo andaluz, por el que lucharon y murieron en busca de un mundo mejor… la Historia y los hombres de mente y corazón limpio los tendrá siempre en su memoria”.
Santiago Moreno Tello
fuente: Portal Libertario OACA
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