El Gobierno tiene voluntad de sentarse a negociar con los sindicatos, pero, ya de inicio, advierte de que la reforma laboral es irreversible. Lo ha dicho, este viernes, el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero. "Es una ley, está aprobada, debe entrar en vigor y producir sus resultados a medio plazo". Los líderes sindicales tendrán que decir si se conformarán con dialogar sólo sobre el tema de las pensiones, sobre las que el Ejecutivo ha enviado ya señales de que sí hay margen para ceder.
Zapatero ha dicho esta mañana, en una entrevista en RNE, que quiere reanudar el diálogo con los sindicatos, pero no sobre la reforma laboral, que ha defendido como una ley inalterable, pero ha dejado abierta la puerta a las moficiaciones de las pensiones. Diferentes voces del Gobierno coinciden en que la sostenibilidad del sistema exige aumentar la edad de jubilación, pero al mismo tiempo creen que hay margen para matizarla con medidas como incrementar la pensión a los que trabajen por encima de la edad de jubilación; que los cambios entren en vigor de forma más gradual de lo previsto inicialmente o que se mantenga la edad de jubilación a los 65 años en algunos colectivos.
Mantener la edad de jubilación
Los grupos parlamentarios, por su parte, creen que al Gobierno no le queda otra alternativa que sentarse con los líderes sindicales, Cándido Méndez, de UGT, e Ignacio Fernández Toxo, CC.OO. Según la Cadena SER, algunos diputados apuntan que hay alternativas que permitirían al Ejecutivo mantener la edad de jubilación en los 65 años de ahora y garantizar a su vez la sostenibilidad del sistema.
Ampliar los años de cotización
Entre estas alternativas mencionan la ampliación de los años de cotización necesarios para cobrar el 100% de la pensión o una fórmula en la que cualquier cambio en la esperanza de vida afectara automáticamente a la edad de jubilación.
Los sindicatos no se han pronunciado
Los sindicatos no se han manifestado aún sobre si aceptarán pasar página a la reforma laboral, una de las razones de peso para la huelga general del miércoles pasado, y si se sentarán con el Gobierno para negociar un modelo de pensiones diferente al actual. El secretario general de UGT, Cándido Méndez, adelantó ayer que "hay una discrepancia de fondo" con la reforma laboral porque "está al servicio de las directrices del FMI o de la evolución de los mercados, que es como intentar tirarle un trozo de carne a un tiburón hambriento". Méndez dejó claro que lo que exige es que el Ejecutivo "rectifique" la reforma.
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