Muere Suárez, el franquista que bloqueó el resurgir del
anarquismo
Ha muerto Adolfo Suárez, el hombre que hizo posible que el
franquismo se transformara en “democracia” manteniendo intactos los pilares del
régimen del 18 de julio. Para los anarquistas Suárez fue el máximo responsable
del bloqueo del resurgir del anarquismo y sólo podía poner puertas al campo de
una manera: usando los recursos de las cloacas del Estado policial.
Suárez quería un paso pacífico hacia la integración de
España en el capitalismo y necesitaba consenso. Lo consiguió de los de siempre:
los socialistas y los comunistas, que traicionaron así a sus compañeros de
filas que habían muerto o sufrido la cárcel en su lucha contra el dictador que
encumbró a Suárez. Consiguió que la izquierda, hasta entonces republicana,
venerase a la monarquía y al rey Borbón impuesto por Franco. Y la CNT y el
movimiento libertario, que vivía a finales de los setenta un imparable
resurgir, era el principal impedimento a sus objetivos pacificadores.
Con Suárez se aprobaron los Pactos de la Moncloa, que
supusieron el fin del sindicalismo de clase y de la acción directa de los
trabajadores. La CNT no tragó y entonces se creó el mayor montaje criminal
contra la organización anarcosindicalista. Al mando de este sucio trabajo puso
en cabeza a otro falangista, Rodolfo Martín Villa. Nacía en España el
terrorismo de Estado moderno que amparó Adolfo Suárez con Martín Villa,
organizando un montaje policial para criminalizar y ensuciar el buen nombre de
la CNT.
La jugada le salió bien porque el imparable ascenso del
movimiento libertario español tras la muerte de Franco quedó bloqueado. La
campaña orquestada desde las cloacas del poder ordenada por Suárez dio su fruto
y el anarquismo quedó herido de muerte. De su escuela de terrorismo de Estado
sacaría buenos réditos su sucesor, el socialista Felipe González, bajo el que
se aprobaron leyes policiales como la Ley Corcuera (la de la patada en la
puerta) y que favoreció la creación de los GAL.
Hoy Adolfo Suárez ha muerto pero el sistema actual es
herencia suya. Su buen hacer de la mano del PCE y del PSOE hizo posible que,
tras la muerte del dictador, no se produjera la ruptura que necesitaban los
españoles con los lazos (atados y bien atados) del franquismo. Para los anarquistas
Suárez fue un enemigo poderoso que a punto estuvo de volver a aniquilar al rico
y creativo movimiento libertario ibérico. No lo consiguió, aunque retrasó en
muchos años nuestra obra revolucionaria.
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