La decisión del Ayuntamiento de Parla de despedir a 66 empleados municipales y no renovar otros 44 contratos ha terminado por incendiar los ánimos en una localidad que ya hace tiempo que se ha cansado de pagar los excesos de los últimos Gobiernos. Y ayer, unas doscientas personas se encargaron de demostrar a los socialistas (y sobre todo a Gómez) que ya no son bienvenidos en el, considerado, último bastión del PSM en la Comunidad de Madrid.
Algo se olía ya la dirección del Partido socialista madrileño cuando el día antes anunció un mitin electoral en Parla con Juan Barranco, José María Fraile y Maru Menéndez. Ni una sola mención a que también iba a asistir Tomás Gómez. Su presencia sólo se anunció un par de horas antes. No querían dar pistas. Pero fue ver la cara del líder del PSM en la Casa de la Cultura y comenzar a calentarse los ánimos. Los vecinos se agolparon a las puertas del edificio para insultarle y echarle en cara que los despidos han sido consecuencia de su «nefasta gestión» en su época de alcalde. Los allí presentes no dejaron de gritar todo tipo de cánticos. «Se va a acabar, se va a acabar... la dictadura de Tomás», «Revocar los despidos, el pleno ha decidido» o «El 20-N os van a echar» fueron los más repetidos.
Muchos de los asistentes portaban las famosas camisetas de color naranja que protestan contra los despidos en el Ayuntamiento de Parla.
«Mala persona»
Durante el mitin, Tomás Gómez tuvo tiempo de arremeter contra el portavoz popular en el municipio, Miguel Ángel López, al que calificó de «mala persona» por denunciar los atropellos cometidos por los socialistas en los últimos años de su Gobierno. Pero cuando el líder socialista salió a la calle se dio de bruces con la más cruda realidad. Fue asomar su cara —muy sonriente— y una lluvia de insultos y gritos comenzó a arreciar sobre él y el actual alcalde, José María Fraile.
Una decena de policías nacionales le escoltó hasta su coche oficial, situado apenas a cincuenta metros de la Casa de la Cultura. Gómez consiguió llegar al vehículo en poco más de diez segundos, pero que le debieron parecer una eternidad. «Vete y no vuelvas», «Por tu culpa estamos en la calle»... son algunas de las lindeces que le profirieron. Detrás de él, agazapado, se encontraba Fraile que esperó unos segundos en salir al ver que le podía caer «la del pulpo». Cuentan los que le conocen que el alcalde de Parla quedó completamente desmoronado tras ver la reacción de sus vecinos. Después de perder la mayoría en el Gobierno tras la ruptura con IU y de ver cómo el pleno le revocó los despidos, ya nadie da un duro por su futuro político. Incluso no se descarta que pueda tirar la toalla si los resultados del 20-N son muy adversos para los socialistas en su municipio.
fuente: abc
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