El tráfico de la red de cercanías B de la región parisina está alterado desde la tarde del martes, debido al derecho a retirarse de los conductores de la RATP tras la publicación de un informe que revela que más de la mitad de los 60 vehículos recientemente renovados esconden polvo de amianto muy tóxico. Estos vagones habrían sido “contaminados” durante los trabajos sobre los trenes que contenían también amianto.
Han hecho falta décadas para que el amianto, sea identificado como un veneno mortal por el colectivo médico pero utilizado en la casi totalidad de las industrias, sea prohibido. Han hecho falta años de lucha de los trabajadores y de las asociaciones planteando quejas ante los tribunales y dando a conocer la amplitud de este escándalo que ha provocado y provocará todavía en años venideros, miles de víctimas.
Por lo menos que los trabajadores puedan acceder a los dossiers y a los documentos que todavía se les ocultan. Sin el control de los trabajadores, no se podrá acabar realmente con el amianto y con otros daños graves, incluso mortales en el trabajo.
Traducción de F.P.
http://www.lutte-ouvriere.org/
fuente: kaosenlared
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