LIBRO TRIGO
TRONZADO (La represión franquista 1936 en San Fernando – Cádiz)
Autor: JOSE
CASADO MONTADO
SEGUNDO Y
TERCER FUSILAMIENTO
En
el carro de los muertos ha pasado por
aquí; Llevaba la mano fuera, por ella lo conocí.
BÉCQUER
Fue el día veintiuno de julio, tres después del golpe,
cuando oímos el primer fusilamiento desde el cuarto alto de mi casa, donde
dormíamos los cuatro hermanos mayores y
nos quedamos de piedra. Empezaban los fusilamientos en La Isla, era el
comienzo de la mancha que nunca se lavó sobre el pueblo que había empezado a
sacudirse las cadenas de la explotación y la miseria. Fue el primer crimen
colectivo en nuestro pueblo y los arrastraron al inicio de aquella trágica fosa
de nuestro cementerio, que en poco tiempo llegaría a ser tremenda. El barrio
entero, el de la Plaza, se estremeció, por su
proximidad al cementerio, y quedó sumido en el terror. Cuando horas
después salíamos de nuestras casas y nos encontrábamos en la calle con los
vecinos, no había cambio de impresiones, sólo unas miradas, las gentes no
comentaban nada, había mucho miedo, que
duraría muchos años…
Detuvieron y llevaron a prisiones a cientos de isleños
inocentes. La mayoría para el Penal de Cuatro Torres en La Carraca, otros al de
La Casería y otros al Penal del Puerto de Santa María, lo que significaba un
desplazamiento de familias hacia esos lugares, para llevarles aliento, mantas,
ropa y comidas… cuando se dignaban autorizarlo.
De este segundo fusilamiento, primero en La Isla, no
tengo ni la menor información, fueron de los que no dejaron rastro en ninguna
parte, o más tarde fueron destruidos adrede. Lo que es cierto es que fueron
fusilados y que nosotros escuchamos, como digo, las descargas y los tiros de
gracia.
TERCER
FUSILAMIENTO
No es un hombre,
ni puede ser humano quien trata a otro injustamente.
Quien ante el
pobre y el humilde es insolente, y del rico y el potente es cortesano.
Cerón
El día diecisiete de agosto, después de que
algunos creyeran que esos días de calma eran suficientes para apagar la
sed de sangre de aquella jauría, hubo una sonada “saca”, también seleccionados por el ignominiosos Don
Juan Prieto, Capitán de Infantería de Marina y responsable de la prisión de la
Casería, el maldito Penal, dirigidos hacia Puerto Real.
Fueron
los siguientes:
❖ Francisco Rodríguez Lobato.
❖ José González Pallarés.
❖
José Moreno Cabeza. Jubilado de la Guardia Civil.
Protagonizaron una gesta valiente, exteriorizando sus
ideas antes de morir, porque, aún con las esposas puestas, consiguieron luchar
contra los cuatro falangistas armados que los conducían a Puerto Real para ser
fusilados. La Isla entera supo que allí mismo, cerca del barrio de Jarana,
fueron rematados, porque, como he dicho antes, los necios asesinos lo
comentaban en el café de Pomar, del barrio de la Plaza. Entre ellos estaba el
pésimo banderillero Collantes, así como Juanillo el de “La Nona”, también del
barrio, joven desequilibrado y sádico que meses más tarde y después de ayudar a
la “sagrada” tarea de fusilar, se alistó en La Legión y murió en el frente de
combate, seguramente no como un héroe…
CONTINUARÁ
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