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domingo, 19 de abril de 2015

LA RELACION DE RODRIGO RATO Y EL MARIDO DE TEOFILA MARTINEZ


La relación de Rato y el marido de Teófila Martínez amenazan el bastión de Cádiz

“Tristeza y sorpresa”. La alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, ha sido uno de los pocos miembros del Partido Popular que se han salido en público del argumentario distribuido por el partido para enfrentar la detención de Rodrigo Rato. Con la voz rota por una afonía, lo que dotaba sus declaraciones de mucho dramatismo, la que fue dirigente del PP andaluz quiso este viernes poner su impronta. Exigió para Rato "la misma presunción de inocencia que otros partidos exigen para otros políticos que siguen en activo, como Manuel Chaves, José Antonio Griñán y Gaspar Zarrías, que además actualmente ocupan cargos públicos representativos de los que no han dimitido". Solo después se atenía al guión, para dejar claro que el ex vicepresidente del Gobierno de Aznar no milita ya en el PP y dejó la actividad pública hace más de diez años.

La alcaldesa de Cádiz ha debido de pasar un mal rato. Su amistad con Rato es estrecha. Tanto como la de su marido, el empresario Santiago Cobo. A él le debe su entrada en la vida política allá por 1983. Su esposo también le debe algún favor. Entre otros el de que el ex vicepresidente del Gobierno le aupara a un sillón en el Consejo de Administración de Gas Natural que dejará precisamente en la junta de accionistas del próximo 14 de mayo. Se irá a la vez que Felipe González. Cobo, que es empresario hotelero sin conocimientos en materia energética, entró como independiente en el consejo en 2002 y ha pertenecido a la Comisión Ejecutiva, a la Comisión de Estrategia y a las de Nombramientos y Retribuciones, donde ha ido sumando retribuciones hasta los dos millones de euros. Fue la larga mano de Rato la que hace más de doce años le colocó como independiente en Gas Natural a propuesta del entonces presidente de Repsol, Alfonso Cortina, otro hombre al que también había hecho desembarcar en el puesto el propio Rato.

Cuando Rato llegó a Cádiz a pelear por su escaño, se alojó en el Hotel Santa María. Lo regentaban Cobo y Martínez

Las relaciones del matrimonio Cobo-Martínez con Rodrigo Rato se remontan a 1981. El padre del ex vicepresidente, Ramón Rato, había financiado con 100 millones de pesetas de la época la campaña de Alianza Popular. Se había plantado en el despacho de Manuel Fraga para decirle que su hijo quería ser diputado y pedirle que lo colocara en la lista de alguna provincia en la que una de sus emisoras de radio pudiera darle 'cariño' durante la campaña electoral. Así fue como Rodrigo Rato, con 35 años, casi debutó en política en 1982 como diputado cunero por Cádiz. Radio Cádiz formaba parte de la Cadena Rato antes de ser comprada por el Grupo Prisa. Cuando el joven aspirante llegó a la provincia a pelear por su escaño se alojó en el Hotel Santa María. Una joven pareja, de origen cántabro y recién llegada tras una experiencia fallida en Venezuela, regentaba aquel hotel. La formaban Santiago Cobo y Teófila Martínez. Allí nació su amistad.

Teófila, su protegida

La alcaldesa de Cádiz entró en política como concejal del Ayuntamiento de El Puerto en 1983, de la mano de Rato. Su carrera siempre estuvo protegida por el que fuera hombre de Aznar. Fue diputada en el Congreso, donde entró con Celia Villalobos, que también debe su llegada a la Carrera de San Jerónimo al que pudo ser líder del PP tras irse Aznar. Martínez ha sido presidenta del PP andaluz y candidata del partido en esta comunidad en 2000 y 2004 y desde 1995 encadena cinco mayorías absolutas como alcaldesa de la capital gaditana. En mayo aspirará por sexta vez a repetir en el cargo. Mientras apelaba al “derecho al honor” y a la presunción de inocencia de Rato, algunos históricos del PP andaluz se incomodaban. Nada puede demostrar que la alcaldesa más votada de España pueda tener relaciones empresariales con Rato, pero lo de su marido es más dudoso.

Santiago Cobo, uno de los hombres menos públicos del círculo del ex vicepresidente económico del Gobierno, figuró como administrador único de la empresa El Manantial de Información SL, empresa constituida en el año 2000 dedicada a la información, la publicidad, el negocio editorial y las artes gráficas, según figura en sus actividades profesionales. Rato fue designado apoderado de esta sociedad dos meses después de dejar de pilotar el Fondo Monetario Internacional (FMI), en noviembre de 2007.

Según han declarado conocedores del accionariado del grupo Intereconomía, esta empresa de Cobo participó con un 4,5% en este grupo de comunicación. El cántabro gestiona además el hotel Los Jándalos en el Puerto, en la urbanización de Vistahermosa, donde Rato era un huésped asiduo, como Javier Arenas. Como consejero de la Compañía Turística Santa María es también gerente del hotel Los Jándalos en Jerez y del espacio Bodegas San José, un centro de celebraciones y congresos. Fue presidente de la Confederación de Empresarios de Cádiz desde 1992 a 2002, con su mujer como alcaldesa de la ciudad.

Ella tuvo el amparo político de Rodrigo Rato siempre que le hizo falta. Tuvo mucho que ver cuando en 1997 la flamante alcaldesa logró que el Gobierno de Aznar otorgara ayudas extraordinarias por su condición de insularidad a la capital gaditana. A finales de los 90 el entonces ministro de Economía y Hacienda, se comprometió a aportar 1.200 millones de pesetas (unos 7,2 millones de euros) a las arcas municipales gaditanas.

Sus palabras difieren de las de Juan Manuel Moreno Bonilla. El líder popular manifestó 'una enorme y profunda sensación de decepción'

Otra operación política no les salió tan bien. En 1996, la alcaldesa del PP propuso el nombre de Manuel Rodríguez de Castro, que había sido un estrecho colaborador y asesor parlamentario de Rato, para presidir el consorcio de la Zona Franca de Cádiz. Aquel nombramiento dobló el pulso al entonces joven presidente del PP de Cádiz, Antonio Sanz, que hoy es delegado del Gobierno y repite como responsable de los populares gaditanos. Sanz y Arenas postularon otro nombre, pero el ministro les dobló el pulso. Años después, Rodríguez de Castro, que fue delegado de la Zona Franca entre 1996 y 2001, fue condenado por el Tribunal de Cuentas por gastos injustificados y después juzgado y sentenciado por el caso Rilco, el fraude cometido con un portal informático fantasma a través del cual desvió dinero público a cuentas personales. El Supremo le impuso ocho años de cárcel y ocho millones de euros de multa.

El pasado mes de marzo, a propuesta del PSOE, el pleno municipal de Cádiz lo declaró persona non grata con los votos del PP. Esto encendió a Rodríguez de Castro. En un comunicado emitido hace pocos días amenazó a la alcaldesa: “Sobrevive políticamente como consecuencia de mi silencio”.

La alcaldesa no quiso meses atrás responder públicamente sobre el escándalo de las tarjetas black o la salida de Bankia a bolsa. Interpelada por los periodistas sobre este asunto en relación a Rato, dio un brinco en el sillón y replicó que no tenía nada que decir. El viernes, tras la detención de quien fue su mentor político, sí habló. Sus palabras difieren de las que públicamente eligió el presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla. Frente a la “tristeza” y la “sorpresa” de la alcaldesa, el líder popular manifestó "una enorme y profunda sensación de decepción" por la detención de quien ha sido "una figura pública muy notable". Sus palabras fueron mucho más distantes. La imbatible regidora gaditana afronta su sexta reelección en las municipales de mayo con la amenaza de que Podemos ganara en votos en la capital en las últimas elecciones autonómicas y ahora con otra sombra mucho más alargada, la de Rato y las posibles conexiones empresariales con su marido. Relaciones que a la dirección del PP andaluz no le constan.


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