Un ex alto cargo de UGT, ahora con Pascual, teledirige una
vergonzosa rueda de prensa en San Rafael
Este miércoles, en la Clínica San Rafael de Cádiz, el
presidente del comité de intercentros de la empresa José Manuel Pascual Pascual
SA, José María Manzano, acompañado por la presidenta del comité de empresa de
la Clínica San Rafael, María del Mar González, por la secretaria del citado
comité de empresa, Reyes Ragel, y por el secretario provincial de la FSP de la
UGT, José Porras Naranjo, ofreció una rueda de prensa que luego derivó en un
esperpento ante la aparición de una misteriosa figura que desde el fondo de la
sala intentó controlar tanto lo que decían los propios trabajadores como lo que
preguntaban los profesionales de la prensa que allí se dieron cita.
La rueda de prensa ya comenzó con mal pie cuando se pidió a
los periodistas que dijeran sus nombres y a qué medios pertenecían, algo nada
habitual. También resultó extraña la presencia de un hombre, de unos sesenta
años, elegante y de ojos claros, quien en todo momento parecía supervisar todo
lo que decían los representantes de los trabajadores.
Ambiente tenso
Pero más extrañó resultó ver cómo daba indicaciones a una
mujer morena que estaba a su lado, para que ésta se desplazara hasta la mesa y
hablase al oído de los miembros del comité de empresa, los cuales luego
reproducían lo que les habían dicho desde el fondo de la sala.
Y más inquietante aún fue ver como ese personaje misterioso
increpó a uno de los periodistas tras realizar una pregunta. “Es que no te has
leído el escrito…”, le dijo de mala forma, en referencia al escrito de cuatro
folios que se repartió entre los medios de comunicación y que el comité de
empresa leyó de forma íntegra… los cuatro folios. Luego una periodista lanzó otra pregunta, y
este mismo personaje, siempre sentado en la parte posterior de la sala, le
espetó: “Eso ya ha salido en prensa, ¿es que no lees el Diario?”. Eso fue el
colmo, y el resto de compañeros comenzamos a protestar y le instamos a que se
pusiera delante de las cámaras y que diera él la rueda de prensa. Él se limitó
a decir que no se lo permitían… ¿Quién no se lo permitía? Ni idea, porque se
comportaba como un jefe y parecía tener
controlado hasta al comité de empresa.
La tensión en la sala era ya una realidad casi palpable.
Incluso varios medios retiramos los micrófonos porque incluso se nos dijo en un
momento cómo debíamos hacer nuestro trabajo, es decir, que por qué no le
preguntábamos al delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Cádiz,
Fernando López Gil, si mentía al decir que la Consejería de Salud proponía una
rebaja del 2,3 por ciento en el concierto, cuando según el comité de empresa,
esa rebaja es del 33 por ciento. Algo que los medios de comunicación, al menos
este en el que escribo, sí han hecho y se han publicado ambas versiones.
Al terminar la rueda de prensa, el que escribe quiso saber
el nombre del personaje misterioso del fondo de la sala, ese hombre que parecía
querer controlar todo lo que allí sucedía. Lo raro es que nadie, ninguno de los
miembros del comité de empresa, me quisieron decir quién era… unos decían que
no lo sabían ¿?, otros que no podían decirlo… ¿pero quién se lo impedía?
Aquí también queremos destacar la extraña presencia de José
Porras Naranjo, puesto que este representante de la UGT es el secretario
provincial de la Federación de Servicios Públicos, y por ende, su
responsabilidad abarca los problemas de los funcionarios públicos y no, en
teoría, los problemas que puedan surgir en una empresa privada, por más
conciertos que tenga con una administración pública. Pero quizás su presencia
tenga que ver con el misterioso personaje del fondo de la sala, ese hombre que
trató de controlar la rueda de prensa.
¿Nadie sabe quién es?
Un personaje que nadie nos quería decir quién era, aunque
VIVA CÁDIZ pudo averiguar con posterioridad que se trata de José Luis González
Tapia, un lugarteniente de Pascual.
Resulta cuanto menos curioso que González Tapia fue
desde 1982 hasta 1990 fue secretario
general de Sanidad de la Unión General de Trabajadores, UGT, y que, también
curiosamente, en 1999 fundó la empresa Mosponuba, con la que se hizo cargo de
la gestión de los Recursos Humanos y Sociales de la empresa, Pascual S.A, tal y
como en su día publicaba Libertad Digital cuando trató el tristemente famoso
caso de las minifaldas en la clínica de San Rafael, cuyo escándalo publicó en
primicia VIVA CÁDIZ hace casi seis años.
Este medio, rebuscando en las hemerotecas, pudo confirmar
que el enigmático personaje es José Luis González Tapia, que aparecía en su día
en la web de la empresa Pascual como consejero editorial. Su relación con UGT podría explicar la
presencia ayer de José Porras Naranjo como único apoyo sindical exterior.
Él, González Tapia, dijo que era un simple "trabajador”,
, pero su actitud decía todo lo contrario. Y es que sigue extrañando el hecho
que desde el comité de empresa nos dijeran, repetidas veces, que no sabían
quién era, algo imposible, pues sus gestos y sus acciones dejaban claro que era
quien llevaba la voz cantante.
Hablan los trabajadores
En cuanto a la rueda de prensa en sí, los representantes de los trabajadores
volvieron a insistir en que la rebaja que plantea la Junta de Andalucía en el
concierto con la empresa Pascual es del 33 por ciento, y no del 2,3 por ciento.
También hablaron de la manifestación que tendrá lugar este jueves en Sevilla,
donde frente a la sede de la citada Consejería de Salud se congregarán, en una
gran “marea azul”, los trabajadores de los seis centros hospitalarios que la
empresa Pascual Pascual SA tiene concertadas con el Servicio Andaluz de Salud.
Consideran que el cambio en el modelo de contratación que
propone la Junta de Andalucía “no garantiza un mínimo asistencial” por lo que
“pone en riesgo que puedan mantenerse abiertos” y han vuelto a pedir a la
consejera de Salud, María José Sánchez Rubio, que dimita por “mentir a los
trabajadores” o “cese a quienes la hayan engañado”. El comité considera que la
reducción del concierto, que expiró el 31 de enero, es “una medida obligada por
determinados planteamientos ideológicos que pueda haber en el gobierno de
coalición” de la Junta, en clara referencia a Izquierda Unida, más que una
medida de “eficacia de la Sanidad Pública Andaluza”.
De hecho, asegura que, de llevarse a término, tendrá
consecuencias graves “en el aumento de las listas de espera”, la “disminución
de servicios y prestaciones sanitarias” además de abocar al cierre a una
importante empresa andaluza.
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