FRANCISCO FERRER GUARDIA Y LA ESCUELA
MODERNA
Uno de los hechos fundamentales que ha
forjado el devenir y la evolución de la historia ha sido el concepto de
educación, y midiendo la extensión de ésta y su actitud frente a la sociedad se
puede ver perfectamente el factor ideológico de la misma. Aquí solo vamos a
analizar brevemente el hecho que circunscribe la Escuela Moderna y la figura de
Francisco Ferrer Guardia.
En este año 2016 se cumple el 115 año
de la fundación en Barcelona de la Escuela Moderna, proyecto educativo más
avanzado hasta el momento. Para entender el surgimiento de esta escuela tenemos
que echar un vistazo general a la sociedad del momento, por donde discurrían
los acontecimientos del devenir histórico.
España era a comienzos del siglo XX un
país eminentemente agrícola y la zona industrial importante se encontraba en
Cataluña, lugar donde la Escuela Moderna vio la luz. Aquellos primeros años del
siglo XX fueron convulsos, con numerosas huelgas de todos los sectores. La
agitación social comenzó a hacerse notar, así como la recomposición del
anarquismo que había quedado bastante huérfano tras la caída de la F.T.R.E.
(Federación de Trabajadores de la Región Española) y los fracasos del Pacto de
Unión y Solidaridad y de la O.A.R.E. (Organización Anarquista de la Región
Española).
En este panorama tan agitado aparece
la Escuela Moderna de Barcelona. Su fundador, Francisco Ferrer Guardia, había
nacido en Alella en 1859. Allí, siendo joven, conoció las teorías progresistas,
alejándose de su primera idea de ser clérigo. Abrazó fuertemente las ideas del
republicanismo, sobre todo la rama de Ruiz Zorrilla, y participó en el
alzamiento republicano de Santa Coloma de Farnés en 1886. Estuvo también en
contacto con los círculos de las logias masónicas, donde conoció a Anselmo
Lorenzo, uno de los introductores del internacionalismo en España por la rama
bakuninista. Debido a sus actividades políticas se vio obligado a abandonar
España y fue en París donde tomo entusiasmo por la pedagogía. Allí conoció un
proyecto interesante: el orfanato de Cempuis, patrocinado por el anarquista
Paul Robin, donde las enseñanzas impartidas giraban en torno al socialismo
anárquico en aspectos como el antiautoritarismo, el internacionalismo
pacifista, la emancipación de la mujer y la instrucción integral igualitaria.
Todo mirado desde una óptica científica.
Ferrer quedó fascinado ante este
proyecto y gracias a una herencia a su vuelta a Barcelona pudo cumplir su sueño
de abrir una escuela racionalista, situada en la calle Bailén, a la que
denominó Escuela Moderna. En ella se quería combatir el analfabetismo que
dominaba a la sociedad española, sobre todo entre los sectores obreros. Fue el
proyecto mas magno, ya que las sociedades obreras, a través de sus ateneos, ya
habían creado escuelas para combatir el analfabetismo. Pero la Escuela Moderna
fue un proyecto mas ambicioso.
Los
puntos básicos de la escuela de Ferrer fueron:
· La ciencia como fuente del saber.
· El juego como forma de acceder al
saber.
· La no coerción como generadora de
libertad.
· La inexistencia de premios y
castigos.
· La coeducación de clases y sexos.
Como es lógico, la Escuela Moderna se
aparta del dogmatismo religioso y pretende una educación basada en el laicismo
y el humanitarismo, intentado buscar una mayor igualdad, para eliminar a través
de la pedagogía la violencia y la explotación. Todas las disciplinas de la
Escuela Moderna son científicas, buscando la educación sexual (tema tabú), el
trabajo manual entre chicos y chicas sin discriminación.
Para Ferrer el desarrollo humano parte
de una tabula rasa y es el entorno lo que va formando a los hombres, y para que
éstos crezcan en igualdad necesitan un entorno que predique con el hecho.
Estas son las tareas que la Escuela
Moderna se proponía conseguir: un mejor ambiente educativo para la consecución
de una mejor sociedad.
Cuando se abre la Escuela Moderna
cuenta con 30 alumnos, 18 niños y 12 niñas. Con posterioridad irá creciendo.
Para una buena tarea educativa Ferrer se dotó de un buen plantel educativo. Así
comenzaron a colaborar con la Escuela Moderna personajes como Odón de Buen o
Anselmo Lorenzo. También se daban textos de destacados pensadores libertarios,
especialistas en algunos ambientes: Élisée Reclus, Sébastien Faure, Charles
Malato, etc. Un libro muy del gusto de la Escuela fue el de Jean Grave
"Las aventuras de Nono". Este cuento destinado a los niños intentaba
hacer ver desde un plano ético la injusticia de la desigualdad. Junto con todo
esto se publicó periódicamente el Boletín de la Escuela Moderna, que mostraba
los andares de la escuela de cara al publico en general.
Pero tal proyecto no podía caminar
tranquilamente por una sociedad como la española, dominada por la Iglesia y el
caciquismo. Calificaron la Escuela Moderna como escuela de ateos, donde salían
monstruos anarquistas y no personas. Aprovecharon cualquier cosa para purgar el
proyecto educativo de Ferrer.
En 1906 terminó la primera etapa de la
Escuela Moderna, merced al atentado perpetrado por Mateo Morral contra el rey
de España Alfonso XIII en el día de su boda. Al coincidir que Morral era
bibliotecario de la Escuela Moderna y fue ayudado por Nakens, personalidad del
circulo de Ferrer, se intentó inculpar como inductor del atentado al fundador
de la Escuela Moderna. Pero no hubo pruebas y Ferrer fue absuelto.
A partir de entonces vivió mas fuera
que dentro de España, intentando mostrar al mundo su proyecto educativo, que se
volvió a organizar.
Llegado el año 1909, Ferrer tiene que
hacer un viaje a Barcelona y allí en julio le sorprenden los sucesos de la
Semana Trágica. Esta vez el gobierno español, dirigido por el conservador
Antonio Maura, logró incriminar a Ferrer sin pruebas y condenarlo a muerte. Su
asesinato legal se consumó el 13 de octubre de 1909. (También fueron fusilados
por el hecho José Miguel Baro el 17 de agosto y Antonio Malet, Eugenio del Hoyo
y Ramón Clemente el 20 de agosto). Hubo grandes protestas tanto en España como
en Europa. Otros tomaron el asesinato como algo lógico, como es el caso de
Miguel de Unamuno, calificando a Ferrer de mamarracho. Después Unamuno se
retractó de lo dicho. Pero Ferrer fue ensalzado como mártir por defender el
pensamiento racionalista y científico.
Hoy, ciento catorce años después de la
fundación de la Escuela Moderna, todavía heredamos hechos, tanto políticos como
educativos de aquellos años. Parte de la memoria histórica de este país se ha
perdido o se ha querido perder, y hacen que aquellos sucesos tan cercanos en el
tiempo, nos parezcan lejanos y sin sentido. Pero nosotros como anarquistas
tenemos y debemos levantar alto las enseñanzas y lecciones que tanto la
historia en general como la Escuela Moderna y Ferrer en particular nos han
dado, para restablecer no solo la memoria sino también los hechos, y basarnos
en ellos para la consecución de una sociedad justa.
Grupo Nestor Majno
Uno de los hechos fundamentales que ha
forjado el devenir y la evolución de la historia ha sido el concepto de
educación, y midiendo la extensión de ésta y su actitud frente a la sociedad se
puede ver perfectamente el factor ideológico de la misma. Aquí solo vamos a
analizar brevemente el hecho que circunscribe la Escuela Moderna y la figura de
Francisco Ferrer Guardia.
En este año 2016 se cumple el 115 año
de la fundación en Barcelona de la Escuela Moderna, proyecto educativo más
avanzado hasta el momento. Para entender el surgimiento de esta escuela tenemos
que echar un vistazo general a la sociedad del momento, por donde discurrían
los acontecimientos del devenir histórico.
España era a comienzos del siglo XX un
país eminentemente agrícola y la zona industrial importante se encontraba en
Cataluña, lugar donde la Escuela Moderna vio la luz. Aquellos primeros años del
siglo XX fueron convulsos, con numerosas huelgas de todos los sectores. La
agitación social comenzó a hacerse notar, así como la recomposición del
anarquismo que había quedado bastante huérfano tras la caída de la F.T.R.E.
(Federación de Trabajadores de la Región Española) y los fracasos del Pacto de
Unión y Solidaridad y de la O.A.R.E. (Organización Anarquista de la Región
Española).
En este panorama tan agitado aparece
la Escuela Moderna de Barcelona. Su fundador, Francisco Ferrer Guardia, había
nacido en Alella en 1859. Allí, siendo joven, conoció las teorías progresistas,
alejándose de su primera idea de ser clérigo. Abrazó fuertemente las ideas del
republicanismo, sobre todo la rama de Ruiz Zorrilla, y participó en el
alzamiento republicano de Santa Coloma de Farnés en 1886. Estuvo también en
contacto con los círculos de las logias masónicas, donde conoció a Anselmo
Lorenzo, uno de los introductores del internacionalismo en España por la rama
bakuninista. Debido a sus actividades políticas se vio obligado a abandonar
España y fue en París donde tomo entusiasmo por la pedagogía. Allí conoció un
proyecto interesante: el orfanato de Cempuis, patrocinado por el anarquista
Paul Robin, donde las enseñanzas impartidas giraban en torno al socialismo
anárquico en aspectos como el antiautoritarismo, el internacionalismo
pacifista, la emancipación de la mujer y la instrucción integral igualitaria.
Todo mirado desde una óptica científica.
Ferrer quedó fascinado ante este
proyecto y gracias a una herencia a su vuelta a Barcelona pudo cumplir su sueño
de abrir una escuela racionalista, situada en la calle Bailén, a la que
denominó Escuela Moderna. En ella se quería combatir el analfabetismo que
dominaba a la sociedad española, sobre todo entre los sectores obreros. Fue el
proyecto mas magno, ya que las sociedades obreras, a través de sus ateneos, ya
habían creado escuelas para combatir el analfabetismo. Pero la Escuela Moderna
fue un proyecto mas ambicioso.
Los
puntos básicos de la escuela de Ferrer fueron:
· La ciencia como fuente del saber.
· El juego como forma de acceder al
saber.
· La no coerción como generadora de
libertad.
· La inexistencia de premios y
castigos.
· La coeducación de clases y sexos.
Como es lógico, la Escuela Moderna se
aparta del dogmatismo religioso y pretende una educación basada en el laicismo
y el humanitarismo, intentado buscar una mayor igualdad, para eliminar a través
de la pedagogía la violencia y la explotación. Todas las disciplinas de la
Escuela Moderna son científicas, buscando la educación sexual (tema tabú), el
trabajo manual entre chicos y chicas sin discriminación.
Para Ferrer el desarrollo humano parte
de una tabula rasa y es el entorno lo que va formando a los hombres, y para que
éstos crezcan en igualdad necesitan un entorno que predique con el hecho.
Estas son las tareas que la Escuela
Moderna se proponía conseguir: un mejor ambiente educativo para la consecución
de una mejor sociedad.
Cuando se abre la Escuela Moderna
cuenta con 30 alumnos, 18 niños y 12 niñas. Con posterioridad irá creciendo.
Para una buena tarea educativa Ferrer se dotó de un buen plantel educativo. Así
comenzaron a colaborar con la Escuela Moderna personajes como Odón de Buen o
Anselmo Lorenzo. También se daban textos de destacados pensadores libertarios,
especialistas en algunos ambientes: Élisée Reclus, Sébastien Faure, Charles
Malato, etc. Un libro muy del gusto de la Escuela fue el de Jean Grave
"Las aventuras de Nono". Este cuento destinado a los niños intentaba
hacer ver desde un plano ético la injusticia de la desigualdad. Junto con todo
esto se publicó periódicamente el Boletín de la Escuela Moderna, que mostraba
los andares de la escuela de cara al publico en general.
Pero tal proyecto no podía caminar
tranquilamente por una sociedad como la española, dominada por la Iglesia y el
caciquismo. Calificaron la Escuela Moderna como escuela de ateos, donde salían
monstruos anarquistas y no personas. Aprovecharon cualquier cosa para purgar el
proyecto educativo de Ferrer.
En 1906 terminó la primera etapa de la
Escuela Moderna, merced al atentado perpetrado por Mateo Morral contra el rey
de España Alfonso XIII en el día de su boda. Al coincidir que Morral era
bibliotecario de la Escuela Moderna y fue ayudado por Nakens, personalidad del
circulo de Ferrer, se intentó inculpar como inductor del atentado al fundador
de la Escuela Moderna. Pero no hubo pruebas y Ferrer fue absuelto.
A partir de entonces vivió mas fuera
que dentro de España, intentando mostrar al mundo su proyecto educativo, que se
volvió a organizar.
Llegado el año 1909, Ferrer tiene que
hacer un viaje a Barcelona y allí en julio le sorprenden los sucesos de la
Semana Trágica. Esta vez el gobierno español, dirigido por el conservador
Antonio Maura, logró incriminar a Ferrer sin pruebas y condenarlo a muerte. Su
asesinato legal se consumó el 13 de octubre de 1909. (También fueron fusilados
por el hecho José Miguel Baro el 17 de agosto y Antonio Malet, Eugenio del Hoyo
y Ramón Clemente el 20 de agosto). Hubo grandes protestas tanto en España como
en Europa. Otros tomaron el asesinato como algo lógico, como es el caso de
Miguel de Unamuno, calificando a Ferrer de mamarracho. Después Unamuno se
retractó de lo dicho. Pero Ferrer fue ensalzado como mártir por defender el
pensamiento racionalista y científico.
Hoy, ciento catorce años después de la
fundación de la Escuela Moderna, todavía heredamos hechos, tanto políticos como
educativos de aquellos años. Parte de la memoria histórica de este país se ha
perdido o se ha querido perder, y hacen que aquellos sucesos tan cercanos en el
tiempo, nos parezcan lejanos y sin sentido. Pero nosotros como anarquistas
tenemos y debemos levantar alto las enseñanzas y lecciones que tanto la
historia en general como la Escuela Moderna y Ferrer en particular nos han
dado, para restablecer no solo la memoria sino también los hechos, y basarnos
en ellos para la consecución de una sociedad justa.
Grupo Nestor Majno
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