Charles Chaplin: El anarquista que
rompió los esquemas
(Se dice que en las oficinas del FBI
se decía que era comunista hasta que su acérrimo enemigo Edgar Hoover dijo, es
más peligroso que eso es un Anarquista. )
Actor, director, escritor, productor y
compositor inglés, es considerado como la figura más representativa del cine
mudo y uno de los más grandes genios de la historia del cine, sin embargo, su
figura es mucho más que esto.
Charles Chaplin nació en una familia
de artistas de variedades en decadencia, comenzando a actuar desde muy pequeño
en musicales y pantomimas. Su familia vivía en la pobreza extrema, con un padre
alcohólico y una madre que padecía esquizofrenia.
En 1901 murió su padre y Charles
Chaplin y su hermano estuvieron viviendo en diferentes orfanatos. En 1908
Chaplin inició su carrera como actor cómico en la compañía de variedades Karno.
En 1910 viajó a Estados Unidos en una gira con la compañía para la que
trabajaba, y se estableció allí. En 1913, Charles Chaplin hizo su primera aparición
en cine actuando en la película “Charlot periodista”, personaje que lo marcaría
por siempre.
Este vagabundo, con una acentuada
emotividad sentimental y melancolía profunda frente a la injusticia social, le
hicieron un emblema de la alienación humana y la explotación de las clases
sociales menos pudientes.
Sólo durante 1914 rodó 35
cortometrajes que hicieron famoso a su personaje Charlot. Entonces Chaplin
reclamó su independencia y se alejó de Mack Sennett. Sin embargo, ésta no era
totalmente de su agrado, y en 1917 escogió la First National por una
retribución que superaba el millón de dólares. Rompiendo las tradiciones de
Hollywood, Chaplin quería controlar la totalidad de sus películas, desde la
escritura del guión la distribución. Con este fin creó la independiente United
Artists, con Douglas Fairbanks y Mary Pickford. Desde entonces tuvo sus propios
estudios y produjo sus películas
Con el corto “El inmigrante” de 1917,
Chaplin se ganó las antipatías de los sectores patrióticos conservadores
norteamericanos. En la pantalla aparece la estatua de la libertad, a
continuación un grupo de policías cerca de forma brusca a los inmigrantes con
una cuerda. Por si alguien tenía alguna duda, entre una escena y otra el
cineasta imprimó la leyenda: “La Tierra de la Libertad”.
Anti-Capitalista, Anti-Religión y
Anti-Nacionalista, en 1952 debido a sus constantes críticas sociales no se le
permitió volver a los Estados Unidos. En ese entonces el “zar” del FBI, el
siniestro Edgar Hoover, trató de implicar a los servicios secretos británicos
como parte de un “internacionalismo” activo y reaccionario. Todo como un plan
de largo alcance que, aunque tuvo su mayor protagonismo en Hollywood, estaba
destinado a descabezar al movimiento obrero de tal manera que hasta la socialdemocracia
más moderada pudiera ser tachada de “comunista”.
Hoover parecía obsesionado por
encontrar la prueba de una militancia comunista en Chaplin, instó a que se
investigara si había pertenecido al partido comunista en su juventud, algo
descabellado pero que le habría servido para crear un juego para amedrentar a
todos aquellos que hubieran tenido algún tipo de militancia, ya que lo de
“comunista” servía por igual para socialistas, anarquistas, o simplemente
liberales o radicales de izquierda, de todo lo cual se podía culpar al autor de
“El Gran Dictador”. Una clara crítica al régimen de Hitler que le sirvió para
ser tachado de “comunista”. No olvidemos que en esos momentos, para ciertos
sectores norteamericanos, la posibilidad de entrar en guerra con los nazis se
vinculaba con la izquierda más extremista.
Chaplin reaccionó a su expulsión con
la película “Un Rey en Nueva York” (1957), rodada en Londres, si bien el
resultado se resiente por la ausencia del equipo habitual, con el que Chaplin
trabajó durante los últimos años, esta película sorprende por varios motivos:
Primero por la crítica a un sistema dominado por la banalidad comercial, la
manipulación de elementos políticos y la crueldad que demuestra el sistema,
incluso contra sus propios ciudadanos. Segundo, porque varias de las escenas
que en su momento resultaban sátiras, ahora comprobamos que los contextos,
entonces delirantes, ahora participan de nuestra “normalidad”.
Chaplin, perfeccionista y obsesivo por
conseguir en sus películas lo que se proponía, no sólo fue guionista,
interprete y director, sino también compositor. Muchas de sus melodías poseen
una cuidada elegancia y las interpretaron cantantes como Nat King Cole o Frank
Sinatra. Hoy en día su canción Smile, compuesta para Tiempos Modernos, figura
como una pieza standard de muchos músicos de jazz y baladistas.
Chaplin es mucho más que su personaje
de vagabundo, que no es poco. Recomiendo la lectura atenta de su autobiografía,
una de las más apasionantes que mis ojos han digerido. Y, la recuperación de
otro de sus films menos citados y que partió de una idea de Orson Wells, me
refiero a Monsieur Verdaux (1947). Quien desee encontrarse con el cineasta más
próximo a las vanguardias de su época, como el surrealismo, puede visionar la
popularísima La quimera del oro (1925).
Chaplin, deteriorado y enfermo,
regresó a EE.UU. en 1971 , durante un breve periodo, para recibir un oscar
honorífico. El 25 de diciembre de 1977 murió en su retiro en Suiza mientras
dormía.
La obra de Chaplin, incluyendo la más
conocida, siempre latía un filo subversivo, donde la policía, los militares,
las religiones y el poder en general eran objeto de escarnio. Charlot fue
definido como un “anarquista lírico”. Quizás sea esta una manera de calificar
una cierta tendencia próxima al ideal anarquista, y que logra expresarse
mediante alegorías y vericuetos muy diversos, sobre todo a través del humor,
por ejemplo, satirizando el autoritarismo y el egoísmo propietario.
Chaplin no era comunista, pero
admiraba y respetaba profundamente la lucha que el pueblo ruso había
protagonizada contra la peste parda, y lo mismo de Einstein, Bertrand Russell,
y tantos otros, sabía que el gran dinero y el militarismo eran los peores
enemigos que tenía la humanidad.
Una humanidad que el veía a través de los
ojos de los últimos, de los humillados y ofendidos que sobrevivían a las
guerras, tenían que emigrar en condiciones infrahumanas, y trabajar hasta la
extenuación para garantizar los beneficios de los que tienen el dinero y poseen
los medios para corromper.
Chaplin fue uno de esos hombres
decididos, uno de esos pocos que son capaces de renegar de su realidad. De los
mismos hombre que se niegan a repetir las malas costumbres que nos impulsan los
instintos. Uno de esos hombres que hacen de su vida un homenaje para los demás
mediante la lucha constante sin importar cuan fuerte sean las adversidades. La
misma clase de hombres que quiere ser uno, pero no uno para si mismo, uno para
y por los demás.
Son los pocos hombres que realmente
saben vivir la libertad, y no tan solo pensarla como muchos solemos hacer. Para
estos hombres la vida es una constante resistencia a lo habitual, a lo
establecido, a lo que realmente no vale la pena, para estos hombres la vida no
solo tiene sentido en lo hermoso y bello de la misma… Tiene sentido en la
justicia y en la verdad.
FBI: El expediente Chaplin http://www.ivoox.com/46069709
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