Los anarquistas tienen un arma: las bibliotecas
Cualquiera que haya estado comprometido con una lucha que implique un cambio en la sociedad o en las mentalidades, es consciente de la importancia que la información tiene para las personas, lo vital que resulta acceder a distintos puntos de vista y lo valioso que los suministradores de información no estén mediatizados por obligaciones o lealtades ajenas a sus usuarios.
Los centros de información de tinte libertario, cuya apertura y mantenimiento es una constante del movimiento anarquista durante toda su historia, tienen un compromiso claro con la recuperación del pasado, pero también han sido -y son- centros vivos, que editan obras y recogen literatura actual que sólo circula por canales alternativos, además de poner a disposición de quien lo necesite acceso a la información electrónica. Asimismo, son espacios de encuentro y socialización, que se gestionan y mantienen con trabajo y aportaciones voluntarias.
A finales del siglo XIX, en
plena expansión del pensamiento libertario, los sindicatos y federaciones
anarquistas ponían su empeño en la creación de ateneos y bibliotecas. A pesar
de la precariedad de los recursos y las altas tasas de analfabetismo, consiguen
agrupar a decenas de miles de obreros alrededor de estas casas del conocimiento
libre. Para ello fue fundamental, entre otros, la edición y difusión de
materiales, algo que hasta el momento distingue a los grupos anarquistas. Con
frecuencia, la lectura colectiva o pública era el medio más adecuado para
difundir la Idea. Hoy, adaptándose a los tiempos, el movimiento ácrata ha ido
extendiendo unas salas alternativas de lectura llamadas infoshop, siguiendo la
tradición del trabajo voluntario y la autofinanciación, ponen a disposición de
los interesados literatura radical, revistas o fanzines editados por grupos de
diversas ciudades y países utilizando como herramienta el acceso a Internet. A
su vez, tejen redes de apoyo y trabajo común entre diversos centros.
Esa vocación formadora y
autodidacta, la cual forzosamente pasaba por la puesta en práctica de una nueva
pedagogía, logró hace cien años que los grupos libertarios se adelantaran en
temas que son centrales para el conocimiento transformador de hoy (ecología,
sexualidad, medicina alternativa...). A comienzos del siglo pasado los
anarquistas se distinguían por su alta capacidad de discernimiento, lo cual
merecía el respeto y admiración de sus adversarios. Su teorización encontraba
eco en los ateneos obreros y sus bibliotecas, donde no solamente era posible
encontrar textos de cultura libertaria, sino también del conocimiento en
general. La diversidad y su contraste, era la apuesta para que cada quien en su
viaje personal al saber, tomara concientemente sus propias decisiones.
El movimiento anarquista de
siempre ha tenido en las bibliotecas una herramienta para la formación y la
difusión de las ideas. La enseñanza continua y el autodidactismo son ámbitos
donde los libertarios han demostrado que la creación de bibliotecas es un
elemento imprescindible para cualquier transformación evolutiva de la sociedad.
Sin subsidios, con trabajo voluntario y común, la imprenta y la estantería de
libros ha sido y es un ejemplo real de lo que la sociedad ha querido inutilizar
con la etiqueta de "utópico". Bibliotecas representativas del
movimiento libertario en Iberoamérica:
Biblioteca Social
Reconstruir (México)
A comienzos de la década de
los 80, el español Ricardo Mestre edita libros y revistas de corte libertario.
En su despacho agrupa colecciones de otras publicaciones, lo cual diez años
después se transforma en una biblioteca abierta al público dos días a la
semana. La Biblioteca Social Reconstruir cuenta con dos secciones: la
anarquista y la general. La colección libertaria es muy valiosa; ahí se
encuentran libros hoy difícilmente conseguibles, por ejemplo las primeras
ediciones de Ricardo Flores Magón, o ediciones del siglo pasado de Proudhon o
Eliseo Reclus. Cuenta con unas 530 publicaciones periódicas y 600 volúmenes de
textos anarquistas. Tras la muerte de Ricardo Mestre, la BSR es mantenida por
el movimiento anarcopunk de la capital, especialmente por el colectivo al que
pertenecen Héctor Hernández y Marta García, los cuales organizan conciertos y
venden fanzines para poder correr con los gastos de su mantenimiento (Dirección:
Morelos, 45, despacho 206, Ciudad de México).
Biblioteca Popular José
Ingenieros (Argentina)
Tras la dictadura de
Uriburu, en Argentina se encontraba en el poder Agustín Justo, quien continúa
la represión contra el movimiento obrero en general, y decididamente contra el
de signo anarquista. El primero de julio de 1935, militantes anarquistas y
socialistas deciden fundar una biblioteca, cuyo primer local fue un pequeño
garaje ubicado en la avenida Juan de Garay, entre el pasaje Pereyra y Castro de
Buenos Aires. Con los años se mudan a su local definitivo en Juan Ramírez de
Velasco, al cual los socialistas dejan de asistir. Sus primeros promotores se
contaban en la Federación Obrera del calzado, adherida a la FORA, el sindicato
anarquista argentino, así como los editores del periódico La Protesta. La
biblioteca sufrió durante los años de las sucesivas dictaduras militares
innumerables allanamientos y cierres, pero la militancia privilegiaba el
esfuerzo por mantener sus puertas abiertas (Dirección: Juan Ramírez de Velasco,
958, 1414 Buenos Aires).
Biblioteca-Archivo de
Estudios Libertarios (Argentina)
La Biblioteca-Archivo de
Estudios Libertarios (BAEL) es mantenida por la Federación Libertaria Argentina
(FLA) cuyos orígenes se remontan a la década de los 50 cuando la Federación
Anarco-Comunista Argentina cambia su denominación. En la sede de la FLA se han
acumulado durante décadas una gran cantidad de publicaciones y libros
relacionados con el movimiento anarquista, tanto de Argentina como de otros países.
Entre sus colecciones sobresalen la de revistas y publicaciones periódicas,
algunas históricas como La Revista Blanca, Tiempos Nuevos, La Protesta y el
órgano de la FLA El Libertario de Buenos Aires (Dirección: Brasil 1551, 1159
Buenos Aires).
Centro Cultural Biblioteca y
Archivo Luce Fabri (Uruguay)
Compañeros uruguayos han
denominado recientemente el extenso archivo del Grupo de Estudios y Acción
Libertaria (GEAL) y de la revista Opción libertaria con el nombre de la
compañera Luce Fabri, fallecida hace dos años y gran activista de la difusión
del anarquismo en el país austral. Esta biblioteca cuenta con un importante
volumen de libros, diarios, semanarios, revistas y correspondencia recolectado
durante años (Dirección postal: Casilla de Correos 141, Montevideo).
Fundación Anselmo Lorenzo
(España)
Anselmo Lorenzo fue el autor
del texto "El proletariado militante", libro de cabecera del
anarcosindicalismo español. El fondo bibliográfico del centro de documentación
que lleva su nombre supera los 10.000 títulos y 2.500 las publicaciones
libertarias, cuyo amplio número data de antes de 1940. La Fundación de Estudios
Libertarios Anselmo Lorenzo (FAL) cuenta con una interesante filmoteca, formada
de diversas fuentes, entre ellas el material depositado por el Sindicato de
Espectáculos Públicos de la CNT. Destaca la publicación de diversos libros,
cuyas ediciones superan la cincuentena agrupados en varias colecciones, así
como la distribución de numerosos libros de temática anarquista publicados por
otras editoriales (Dirección: Paseo Alberto Palacios 2, 28021 Madrid).
Centro de Documentación
Histórico-Social (España)
La fundación del Centro de
Documentación Histórico-Social (CDH-S) data de 1977 por decisión de militantes
libertarios que se reunían periódicamente en la pizzería "La Rivolta"
de la calle Hospital de Barcelona. En 1989 deciden recuperar el Ateneo
Enciclopédico Popular (idea original de 1902) con el afán de ayudar en la
formación de las clases más desfavorecidas de la sociedad. Actualmente disponen
de un acervo de 23.000 libros y 7.000 títulos de prensa. El Ateneo se dedica a
la realización de actividades culturales y la organización de exposiciones
temáticas, conferencias, debates, tertulias, excursiones y recitales de poesía
(Dirección: Passeig de Sant Joan, 26 1º - 1ª, 08010 Barcelona).
Biblioteca Social de
Venezuela
Compañeros venezolanos han
constituido el Centro de Estudios Sociales Libertarios, cuyo primer objetivo
-de tantos- es la apertura de un centro de documentación. Cuentan con un acervo
de más de 1.000 libros y 2.500 publicaciones periódicas de diferentes países.
Ahora realizan actividades para recaudar los fondos necesarios para el alquiler
de un espacio y los contactos necesarios para aumentar su archivo documental.
Cualquier aporte económico o donación de libros será de mucha ayuda (envios a
nombre de Luis Silva, apartado postal 49110, Colinas de Bello Monte, Caracas).
Conocemos la existencia de
otras bibliotecas libertarias en Chile, Perú, Bolivia y Brasil. Animamos a los
compañeros y compañeras activistas, bandas musicales, estudiantes y obreros, a
seguir con el empeño por fundar y mantener estos epicentros del conocimiento
libre, esta lucha por elevar el nivel cultural y político de nosotros y de
nuestros iguales. Todas se mantienen del aporte voluntario, sin ningún tipo de
subsidio estatal o privado, por lo que cualquier aporte será infinitamente
agradecido por sus promotores.
Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones: ese mundo está creciendo en este instante.
Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones: ese mundo está creciendo en este instante.
El Libertario
Periodico Tierra y Libertad
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