Se cumplen 19 años del asesinato
de David González sin que se haya detenido al Ultra que lo apuñaló
Paseo de Moret, junto al
intercambiador de Moncloa, en Madrid; 0:30 horas del 20 de enero de 1996. David
González Rubio, futbolista aficionado, de 20 años de edad, regresa en compañía
de unos amigos de una fiesta de cumpleaños y se dirige a recoger su coche para
volver a casa. De pronto, el grupo es interceptado por otro más numeroso, de
unos ocho jóvenes, que gritan “Arriba España” y “Viva Franco”. Pocos minutos
después, David yace muerto sobre la acera con una puñalada en el corazón y uno
de sus amigos, José Antonio, herido con una cuchillada en un brazo.
Se sabe que hubo cerca de un
centenar de testigos de la agresión, pero sólo los amigos de la víctima se
atrevieron a prestar declaración ante la Policía. Uno de ellos explicó que los
asaltantes eran cabezas rapadas que vestían indumentaria fascista con emblemas
relacionados con grupos de seguidores radicales de fútbol, y que la discusión
se inició cuando David y sus amigos se negaron a cantar el Cara al Sol. Por el
contrario, otro de los jóvenes relató que no eran neonazis sino de los llamados
bakaladeros, que coreaban lemas franquistas y les atacaron, sin mediar palabra,
con navajas y puños americanos. La autopsia reveló que David González había
recibido dos puñaladas con un arma blanca bicortante: una en el glúteo derecho
y otra que le atravesó el corazón y le produjo la muerte instantánea. Antes de
darse a la fuga, el agresor, con frialdad y tranquilidad, limpió la sangre que
había quedado en la hoja de la navaja.
Nueva Guardia, Bastión, Frente
Atlético y la muerte de Zabaleta
La Policía centró sus
investigaciones en el grupo neonazi Nueva Guardia, relacionado con el Frente
Atlético y que acabaría convirtiéndose en Bastión. Ante la falta de avances y
la poca colaboración ciudadana, el padre de David ofreció una elevada
recompensa económica a quien facilitase algún dato de interés a los
investigadores. Pronto, la iniciativa dio frutos. Seis meses después del
crimen, un joven confesaba a la Policía que la noche de autos se encontraba en
un local de copas de Moncloa, La Factoría, frecuentado por grupos ultras. En un
momento dado, un joven entró gritando que en la calle se estaba produciendo una
pelea. Varios ultras salieron del local y regresaron diez minutos más tarde
jactándose de haber dado una paliza a un chaval.
Se sabe que en el establecimiento
estaba Ricardo Guerra, quien dos años más tarde asesinará al seguidor de la
Real Sociedad Aitor Zabaleta en las inmediaciones del estadio Vicente Calderón.
Sin embargo, está comprobado que Guerra no abandonó el local. Nada se ha
averiguado de la identidad de los que sí salieron, entre los que podría
encontrarse el asesino de David González, ni si intervinieron en el asesinato,
ya que hubo otras dos peleas esa noche y en esa zona. La Policía interrogó
tiempo después a Guerra en la cárcel de Soto del Real y no sacó nada en
claro.
4.000 agresiones al año
El 20 de abril de 1999 era
detenido un sospechoso del crimen tras la denuncia de un ciudadano anónimo que
dijo haber presenciado la pelea y que no había declarado antes por temor a
represalias. El detenido, de 24 años y con antecedentes por tráfico de éxtasis,
quedó, no obstante, en libertad después de que no fuese identificado en una
rueda de reconocimiento ordenada por el juez por ninguno de los amigos que
acompañaban a David González la noche de su asesinato.
Según el Movimiento contra la
Intolerancia, en España existen entre 11.000 y 15.000 neonazis integrados en 70
grupos que perpetran 4.000 agresiones al año, al tiempo que proliferan las
páginas web con contenidos racistas y la captación de miembros en los fondos
ultra de los campos de fútbol.
Desde 1996, un campo de futbol
municipal de Usera lleva el nombre de David González. A día de hoy, la Policía
sólo cuenta con un puño americano recogido del suelo en el lugar de la
agresión, y con el ADN de uno de los ultras, que se golpeó en la frente con un
vehículo en su huida y dejó un rastro de sangre. Sin embargo, el código
genético permanece limpio. Su dueño no ha sido detenido con posterioridad. La
familia de David denuncia que mucha gente calla por insolidaridad o por miedo.
El mejor aliado de los violentos es la indiferencia.
José Manuel Gabriel
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