La decisión del dirigente del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, de
hacer pública su declaración de la renta, ha desvelado algo que la sociedad española ya intuía: la clase política ha
aprovechado el cambio de régimen a la muerte de Franco para enriquecerse
hasta la opulencia, mientras el pueblo se ha empobrecido hasta extremos
insospechados, con una clase media prácticamente desaparecida y una clase
trabajadora ya depauperada, salvo la que ha logrado hacerse con un cargo
sindical. La prosperidad de estas élites deja tras de sí un reguero de 6
millones de parados y 2 millones de exiliados laborales y su comparación con
los 42 mayores sueldos políticos que excistían en 1977 no deja lugar a dudas:
nuestros políticos se han hecho ricos y, lo que es peor, a pesar de la crisis
económica y del colapso laboral y financiero que vive España, quieren seguir
aumentando sus cuentas corrientes.
La declaración de Rubalcaba refleja a las claras como es la política
fiscal española, o al menos la de sus cargos públicos: en tres años Hacienda
tuvo que devolverle dinero: 63 euros en 2003, 4.392 euros en 2007 y 2.222
euros en 2008. Y eso ocurre en una persona que dice haber ganado entre
69.000 y 83.000 euros anuales durante los últimos diez años. También se ha
sabido gracias a este “desnudo” fiscal que las dietas que cobran anualmente
los diputados (11.000 euros, el sueldo anual de muchas familias), no están
incluidas en la declaración porque los parlamentarios españoles se
autoaprobaron que esos ingresos no tributaran a Hacienda, lo que incrementaría
los ingresos de cada uno en al menos 110.000 euros en el periodo computado. Los
privilegios de Rubalcaba (y de otros muchos políticos españoles que son
funcionarios) llegan al extremo de cobrar sus trienios como profesor
durante el periodo en que vive de la política y no pisó la Universidad.
El caso de Mariano Rajoy no es menos insultante: el periódico
Infolibre investigó sus declaraciones de la renta y los 8.000 euros mensuales
que decía cobrar del Congreso y del PP no cuadraban con los ingresos de
157.000 euros anuales que declaró a Hacienda: el desfase podría explicarlo los
famosos “sobres” del tesorero Luis Bárcenas que años después han salido a a la
luz. Solo el PP le pagaba 154.000 euros anuales, lo que sumado a los
60.000 que cobra un diputado le reportaban al menos 214.000 euros al año
en sueldos públicos.
Nadie conoce aún en España las
declaraciones fiscales de los presidentes y jefe del Estado pero algún día se
desvelarán por decreto
Además, la tributación de los políticos y altos funcionarios es una
bicoca: a pesar de esta enorme suma de dinero extraída del contribuyente,
en los años 2006, 2007, 2008, 2009 y 2010 la declaración de la renta de
Rajoy le salió a devolver, por lo que Hacienda tuvo que ingresarle aún más
dinero que todavía no se conoce, pues la opacidad de las declaraciones de la
renta de Rajoy supera totalmente a las de Rubalcaba. En esto, los presidentes
de la partitocracia permanecen muy unidos y opinan lo mismo: los IRPFs de Adolfo
Suárez, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero
(no digamos el del Jefe del Estado, Juan Carlos de Borbón) son un
“secreto de Estado”, a pesar de que sus sueldos fueron sufragados generosamente
por todos los ciudadanos.
Ningún partido político en España ha pedido todavía que los cargos públicos
tengan que depositar sus declaraciones de la renta para ser fiscalizadas sino
todo lo contrario. Los funcionarios de Hacienda saben que los políticos están “exentos” de
inspecciones fiscales, toda vez que si alguno osara investigar alguna
irregularidad manifiesta, en sus ordenadores saltarían unas “alarmas” que
notifican a sus superiores políticos quien es el autor de tan extravagante celo
fiscal. Según fuentes sindicales de Hacienda, esto provoca que ningún inspector
fiscal se atreva nunca a inspeccionar a ningún político o sindicalista y llega
hasta el extremo de que pueden importar y exportar bienes con total impunidad,
como ha ocurrido recientemente con los casos del ex-lehendakari José Antonio
Ardanza (PNV), el ex ministro Rodrigo Rato (PP) o el propio Juan
Carlos de Borbón, con el escandaloso caso de los dos ferraris procedentes de
Abu Dhabi que aireó este mismo blog.
Los casos de Rubalcaba y Rajoy no son únicos entre la clase
dirigengte española. El periodico El Diario.es reveló que el juez Ruz había
pedido la declaración de la renta de Javier Arenas (PP) a raiz del “caso
Bárcenas” y sus últimos diez años desvelaban que había cobrado 2,5 millones
de euros, mucho más que sus jefes de PP o PSOE. La vida opulenta (y a veces
excesivamente disipada) de Arenas en Madrid era un secreto muy conocido en la
Villa y Corte y en los pasillos de las cámaras (hoy todavía es senador): sus
largas estancias en el Hotel Palace, su debilidad por los placeres más
mundanos y su amor por el lujo y por las relaciones públicas con periodistas de
toda suerte y condición llevaron a varios diputados de su propio partido a
calificarle con una etiqueta en rima: “Arenas, el terror de las nenas”.
Chanzas aparte, el hecho cierto es que la “casta” política española, a la
que pertenecen al menos 300.000 personas de forma directa desde 1977,
más una media de 3 familiares por político (la familia media en España durante
esos años ha sido una pareja y dos hijos), supone que existe un millón de
personas con sueldos dependientes del Estado que deben su cargo a los
partidos que han gobernado, tanto a nivel nacional como en las autonomías,
entes locales (ayuntamientos, diputaciones, cabildos, mancomunidades, etc…) o
en el Parlamento europeo, que son los sueldos mejor pagados. Si a esto se le
une la élite financiera (bancos, cajas de ahorro y grandes empresas
sometidas a regulación pública o con contratas públicos permanentes y
crecientes), el ciudadano medio o el parado se podrá hacer una idea de por qué el
país que recibe más divisas del mundo por turismo está prácticamente en
quiebra.
En 1977, el diario “Arriba” quiso saber cuanto ganaban nuestros políticos:
en un ejercicio de transparencia frente a la opacidad del franquismo, todos
se prestaron voluntariamente a presentar sus ingresos (salvo Jordi Pujol
(CiU), entonces banquero, que no aparece) porque la política era una
profesiòn en la que se ganaba muy poco. 36 años después, lo único que se sabe
de los sueldos políticos es que son escandalosamente altos, a pesar de la
eterna y recurrente queja de que sus receptores cobran poco, algo que dicen
para transmitir la falsa idea de que están mal pagados, cosa que nadie ya cree.
Queda como objetivo ciudadano lograr que alguna nueva oferta electoral
prometa a los españoles una investigación fiscal de nuestros políticos que
desvele sus ingresos desde que entraron en la esfera pública hasta que se
fueron y contraste la veracidad de los datos desde un Ministerio de Hacienda
independiente en su labor administrativa. La transparencia y, en su caso, la
reparación de la evasión fiscal, debe ser el primer paso para la regeneración
del país y la recuperación económica y laboral de España.
Para conocer el contexto de estos sueldos, ese año de 1977 un directivo de
banca cobraba unas 92.000 pesetas mensuales (829 euros) y un peón de obra, unas
20.800 (125 euros). El salario mínimo interprofesional estaba en 13.200 pesetas
(79 euros). Y el ranking de sueldos políticos era el siguiente (1 euro: 166,3
pesetas (para el equivalente en euros, dividir por 166,3):
1. José Maria de Areilza (AP)………………… 9.500.000 (57.000 euros)
2. Pío Cabanillas (UCD)………………………………… 4.000.000 (24.000 euros)
3. Cruz Martínez Esteruelas (UCD)…………………… 3.600.000
4. Francisco Fernández Ordóñez (UCD)….. 3,500.000
5. José María Gil-Robles (AP)………………………… 3.500.400
6. Joaquín Ruiz-Giménez (UCD)………………………. 3.150.000
7. Gonzalo Fernández de la Mora (AP)……………….. 3.000.000
8. Ramón Tamames (PCE) …………………… 3.000.000 (18.000 euros)
9. Joaquín Garrigues Walker (UCD)…………………… 3.000.000
10. Josep María Figueras (PLC)…………………………… 3.000.000
11. Juan Antonio Samaranch (FG)…………….. 3.000.000
12. Joaquin Satrustegui (UCD)………………………… 3.000.000
13. Antonio García López (PSDE)……………………….. 2.500.000
14. Antonio Garcia-Trevijano (IND)……………………… 2.100.000
15. José Ramón Lasuén (UCD)………………………… 1.800.000
16. Antón Canyellas (UCD)…………………………… 1.740.010
17. Femando Alvarez de Miranda (UCD)………………… 1.700.000
18. Enrique Mújica (PSOE)…………………….. 1.700.400 (10.200 euros)
19. Enrique Larroque (PL) …………………………… 1.560.400
20. José María Valiente (PC)…………………………… 1.400.000
21. Manuel Fraga Iribarne (AP)……………. 1 .200.000 (7.200 euros)
22. Raúl Morodo (PSOE)……………………… 1.200.o00
23. Eurico de la Peña (AP)………… ……………….. 1.000.000
24. Josep Verde I Aldea (PSOE)………………………… 1.000.000
25. Manuel Cantarero del Castillo (AP)……………… 840.400
26. Enrique Tierno Galván PSOE)………….. 840.400 (5.000 euros)
27. Heribert Barrera (ERC)…………………… 820.400
28. Ignacio Camuñas (UCD)…………………………… 800.400
29. Jordi Solé Tura (PCE)…………………….. 780.400
30. Rafael Calvo Serer (IND)………………………… 720.000
31. Emilío Gastón (PSOE)……………………………… 700.000
32. Felipe González (PSOE) (liberado)……….. 700.400 (4.407 euros)
33. Josep Solé Barberá (PCE) ………………………… 600.400
34. Juan de Ajuriaguerra (PNV)…………… 600.400
35. Manuel Murillo (PSOE (h) {liberado)…………….. 600.000
36. José María Zavala (CARL)…………………………… 540.400
37. Alejandro Rojas Marcos (semiliberado) (PA) .. 500.000 (3.000
euros)
38. Enrique Barón (PSOE)……………………………. 480.000
39. Nicolás Sartorius (PCE)…………………………… 456.400
40. Santiago Carrillo (liberado) (PCE)…….. 432.000
41. José María Triginer (PSOE)…….. ……………….. 360.400
42. Joan Cornudella (PSOE)……………………………… 300.400 (2.043 euros)
Fuentes
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