¿POR QUÉ LA PERSECUCIÓN,
TORTURA Y ASESINATO DE ANDREU NIN?
Discurso de Josep Lluís Alcázar en nombre de Lucha
Internacionalista en el homenaje a Andreu Nin
Agradecemos desde Lucha Internacionalista a la Fundación
Andreu Nin la invitación a este acto.
¿Dónde está Nin? Pintaban por las calles de Barcelona los
militantes del POUM hace 76 años, mientras el dirigente revolucionario era
torturado hasta la muerte.
¿Por qué aquella persecución? El mismo Nin, en un acto en el
Price, pocos días antes de su secuestro, daba la respuesta: "Por qué
recordamos la tradición revolucionaria del leninismo... cómo se quiere eliminar
en Moscú la vieja guardia bolchevique..."
Con la negativa de Andreu Nin a firmar la falsa confesión
que pretendían sus verdugos estalinistas para involucrar el POUM con los
fascistas y Franco, no sólo demostró la convicción de sus ideas, sino que
también salvó muchas vidas de sus compañeros, que días después serían juzgados
por esta falsificación histórica y la calumnia contra el POUM.
Cómo él mismo decía, aquello no era un hecho aislado, sino
un método para eliminar las diferencias. Un método especialmente brutal contra
la crítica de aquella izquierda que denunciaba que lo que Stalin estaba
haciendo en la URSS era incompatible con la construcción del socialismo y la
política revolucionaria.
No fue un error: fue un método sistemático de exterminio de
revolucionarios. Los responsables de la
tortura y asesinato de Nin tienen nombre: Joan Comorera, secretario general del
PSUC; José Díaz, del PCE; Negrín, presidente del Gobierno y el propio Stalin.
¿Dónde está Nin hoy, 76 años después? Como organización trostkista, Lucha
Internacionalista, estamos más cerca de las elaboraciones de Nin sobre la
política del frente único y las alianzas obreras que las del frente popular y
su misma presencia en el Gobierno de la Generalitat. Aquella política de
«colaboración directa» - como él la definía- que fue polémica también dentro
del POUM.
Pero más allá de estas diferencias, hay tres pilares que
hacen a Nin muy vivo en nuestra militancia cotidiana. Y pensamos que no es
casual que sea en el momento actual que volvemos a hablar de Andreu con este
acto. En primer lugar, porque él dio respuesta a un momento especialmente
dramático del capitalismo con la crisis y la gran depresión de los años 30. Y
la respuesta de Nin y del POUM fue muy clara: no hay reforma del capitalismo,
la solución es la revolución y esta nos lleva al socialismo. Y aplicaron
aquella respuesta a la revolución del 36 poniendo en manos de los trabajadores
muchas ramas de la industria. Y aquella respuesta era tan importante entonces,
ante aquella crisis que llevó a la Segunda Guerra Mundial, como hoy, cuando la
crisis capitalista nos hunde y lleva a millones de trabajadores a la
desesperación y la miseria.
En segundo lugar, porque defendió el derecho de
autodeterminación de los pueblos, entroncando con la tradición del marxismo y,
más concretamente, con la del leninismo, que lo desarrolló ampliamente. Pero lo
hace desde una independencia de clase que permite en todo momento delimitar
nuestros intereses como trabajadores/as de los intereses de la burguesía
catalana. Nin escribía que no se tiene que «fundir la lucha de clases dentro de
una unidad nacional», «por qué la lucha del pueblo oprimido no puede ir desligada
de la lucha por la revolución». Y ésta es también una de las claves hoy, en un
proceso en que el pueblo catalán tiene que saber avanzar con paso firme hacia
la autodeterminación, y cuando también tiene que hacerlo desde una perspectiva
internacionalista y de clase.
En tercer lugar, la reivindicación de un partido
revolucionario como un instrumento tan imprescindible, ayer como hoy, para
organizar la lucha y encarar un proyecto de futuro. Quiero hacer una pequeña
referencia al juicio que se hizo pocos días después del asesinato de Nin contra
los dirigentes de los POUM.
Sus compañeros pusieron una silla vacía con su foto y un
ramo de flores rojas. Y hay demasiadas sillas vacías en la memoria histórica de
nuestros revolucionarios. En el Fosar de la Pedrera, en el Cementerio de
Montjuic, hay enterrados muchos militantes del POUM y también militantes
trotsquistas que dieron su vida por la revolución. Otras corrientes tienen sus
placas recordando a sus muertos, pero después de gestiones desde hace un par de
años no se nos permitió poner una placa a los muertos de la izquierda
revolucionaria.
Esperamos que este acto permita llenar este vacío y podamos
reivindicar nuestros muertos en la guerra civil.
Y, como decimos a nuestros compañeros muertos en nuestra
corriente internacional trotskista:
Andreu Nin, compañero, ¡hasta el socialismo siempre!
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