Constitución de la Federación Ibérica de Juventudes
Libertarias
Entre el 18 y el 22 de agosto de 1932 tiene lugar en Madrid
(España) el congreso constitutivo de la Federación Ibérica de Juventudes
Libertarias (FIJL), con delegaciones juveniles anarquistas de Valencia,
Barcelona, Granada y Madrid. Las Juventudes Libertarias como organización
anarquista habían constituido a comienzos del período republicano en Madrid,
para contrarrestar la influencia que las juventudes marxistas tenían en la capital
del Estado. Más tarde, se esparcieron por todas partes, llegando a constituir
la tercera rama de la gran familia libertaria, junto con la Confederación
Nacional del Trabajo (CNT) y la Federación Anarquista Ibérica (FAI). A partir
de agosto de 1932 tomó el nombre de Federación Ibérica de Juventudes
Libertarias - tomando el esquema organizativo de la FAI - en agrupar las
diferentes federaciones y grupos anarquistas juveniles en una federación, y
plantear un objetivo común: la lucha contra la propiedad, el principio de
autoridad, el Estado, la política y la religión, porque el hombre y la mujer
sean unos seres libres social e individualmente.
Desde el primer
momento ya se plantearon dos tendencias: los que veían la FIJL como una
organización totalmente independiente y los que querían que estuviera
estrechamente ligada a la FAI. Los jóvenes libertarios catalanes también se
aferraban al criterio de organizar sus militantes para grupos o federaciones
independientes, vinculados a los sindicatos o los grupos anarquistas, dándoles
unas tareas estrictamente de capacitación y de propaganda; rechazando así la
necesidad de una organización de tipo ibérico. Estas cuestiones se resolvió en
el Pleno de septiembre de 1936 donde se acaba aceptando la existencia de una
organización única a nivel ibérico, pero donde los grupos y organizaciones
tenían una amplia autonomía que suponía una total libertad para mantener o no
estrechas relaciones con la FAI. Durante la guerra civil, la FIJL tuvo un papel
destacado en la extensión de la revolución colectivizadora.
Según disminuía la intensidad revolucionaria y especialmente
después de los sucesos de mayo de 1937, las Juventudes Libertarias acentuaron
sus críticas hacia la CNT y la FAI por sus compromisos con el Estado
republicano, lo que ayudó a fortalecer su independencia como organización.
Después de la guerra civil surgirán dos FIJL: las del Interior, represaliadas
por la dictadura franquista y reorganizadas en diferentes ocasiones, y las del
Exterior o Internacional, radicadas en Francia y que serán la base de muchos
grupos de resistencia antifranquista. El FIJL tuvo varios periódicos, pero los
más importantes fueron Juventud Libre, que aparecería en Madrid y sería el
órgano oficial del FIJL, y Ruta, que apareció a mediados de octubre de 1936 en
Barcelona y era el portavoz de las Juventudes Libertarias de Cataluña.
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