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El turismo es de los pocos sectores que se salvarán de la quema del año 2011. Así una de las empresas líderes, Sol Meliá, estima que cerrará el ejercicio en positivo. Sin ir más lejos, Gabriel Escarrer, consejero delegado del gigante hotelero español, adelantó el pasado mes de enero que cerraron 2011 con beneficios, y que este año, pese a las incertidumbres que presenta la crisis económica, esperan mejorar sus resultados. Escarrer comentó asimismo que los planes de expansión de la cadena hotelera para el trienio 2012-2014 tienen un fuerte enfoque internacional. Y es que a pesar de la internacionalización para la cadena siguen existiendo dos grandes pilares, España y Cuba. En la isla caribeña, comenzó hace operar hace algo más 20 años con la apertura del Sol Palmeras en Varadero, convirtiéndose en la primera empresa hotelera internacional con presencia en el país desafiando la Ley Helms Burton. Un motivo de “enfrentamiento” con Estados Unidos por la ocupación de terrenos u hoteles expropiados por el Gobierno Castrista. En estas demandas, tuvo siempre el apoyo del Ministerio de Inversiones Extranjeras de Cuba que en numerosas ocasiones expresó "todo el apoyo" a Sol Meliá y es que la relación entre el Gobierno de los Castro y la familia Escarrer siempre ha sido buena. El Consejero Delegado por ejemplo ha declarado abiertamente que con Fidel Castro “desde el principio existió una buena química nacida del mutuo respeto y amistad”. Así solventadas las demandas en su mayoría con acuerdos con familias afectadas por la expropiación de los terrenos, Sol Meliá ha conseguido una posición de privilegio en la joya del Caribe. Según estimaciones de la propia cadena, en sus 25 hoteles con 10.444 habitaciones vende alrededor del 21% de las habitaciones de hotel en Cuba, el 31% de la capacidad de alojamiento del país en cuatro y cinco estrellas y recibe el 30% de todos los visitantes que viajan a la isla. La cara amarga de la inversión en Cuba Pero detrás del gran conglomerado que han creado en Cuba y de la buena relación con la jerarquía comunista hay una triste realidad, la de los trabajadores cubanos. Así, ninguna empresa operadora en Cuba puede aplicar ningún convenio colectivo originario de España con los trabajadores de los hoteles por orden expresa del gobierno cubano. Eso se traduce que además cualquier intento de incentivo hacia el trabajador económico aparte de su salario puede ser causa de restricción de contrato con dicha empresa y motivo de expulsión del país perdiendo toda la inversión efectuada automáticamente. Sólo pueden cobrar el salario, y este no es lo que parece. Y es que el Salario abonado al trabajador por Sol Meliá puede ser en teoría el mismo que se cobraría en España, pero ese dinero no lo cobra el trabajador directamente, sino el estado Cubano, que a la vez es el que después paga al trabajador, convirtiendo su sueldo en auténtica miseria, ya que pueden quedarse según la categoría con hasta el 97% de la remuneración. Y es que el “gobierno revolucionario” es el único empleador y como tal, discrimina en el empleo, confisca los salarios, y prohíbe explícitamente el derecho de los trabajadores de sindicalizarse y tener contratación colectiva, todo lo contrario a una doctrina comunista en el mundo occidental. Mientras que se vende la importancia de invertir en Cuba para ayudar a un futuro cambio, la realidad es que hay beneficios para la empresa, para el régimen de los Castro y las migajas para los ciudadanos del país. |
jueves, 1 de marzo de 2012
Sol Meliá paga hasta el 97% de los salarios de sus trabajadores en Cuba al Gobierno de los Castro
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