EN RECUERDO DEL COMPAÑERO JUAN ALARCON LOPEZ
Sufrió la represión y
la cárcel, él y su hermana Isabel durante la aún para muchos apacible
dictadura, queriéndosele aplicar una ley de tristísimo recuerdo ya en 1974 de
oprobiosa denominación (vagos y maleantes).
Habiendo
padecido tanto y ver tanto llanto y precarias necesidades, supo plantar cara
con extraordinaria entereza a tan interminable y sórdida posguerra, y con tan
solo 12 años Alarcón López se colocó en la desaparecida fábrica de Lavalle,
trabajando en 1945 en la Empresa de Construcción Naval, de San Fernando, luego
conocida como de San Carlos; tras formar una numerosa familia al casarse en
1953, puso en práctica las nobilísimas reivindicaciones laborales que la
honrada herencia de su padre le demandaba. Perteneciente a la C. S. U. T., que
llegó a contar con 460 afiliados, su modélica singladura contribuyó a esta
masiva afiliación sindical.
Su impecable trayectoria, por las conquistas sociales de la ciudadanía fueron siempre su mejor carta de presentación. No es lo mismo un honestísimo político y sindicalista como Juan Alarcón López, que quienes hacen carrera política, dándose la vida padre, a costa de lo que sea, que la llevada a cabo por la austera existencia de este ya octogenario puertorrealeño a través de los años; su proverbial hombría de bien, le granjearon la gratitud y la admiración de los que tenemos un alto concepto de la ética, esa que llega a la entraña misma del pueblo, harto de oír ampulosas chilindrinas.
Alarcón López destacó además como relevante figura desde hace cerca de ¿30 años! en el PTE en las primeras elecciones libres tras la ominosa dictadura para el Congreso de los diputados, cuyas listas honraba Alarcón con la sola mención de su nombre.
Su impecable trayectoria, por las conquistas sociales de la ciudadanía fueron siempre su mejor carta de presentación. No es lo mismo un honestísimo político y sindicalista como Juan Alarcón López, que quienes hacen carrera política, dándose la vida padre, a costa de lo que sea, que la llevada a cabo por la austera existencia de este ya octogenario puertorrealeño a través de los años; su proverbial hombría de bien, le granjearon la gratitud y la admiración de los que tenemos un alto concepto de la ética, esa que llega a la entraña misma del pueblo, harto de oír ampulosas chilindrinas.
Alarcón López destacó además como relevante figura desde hace cerca de ¿30 años! en el PTE en las primeras elecciones libres tras la ominosa dictadura para el Congreso de los diputados, cuyas listas honraba Alarcón con la sola mención de su nombre.
Con el
paso del tiempo conoce la organización (CNT) en la que su padre militaba y que
llegó a ser secretario del sindicato y uno de los militantes más activos de
Puerto Real en los años 30. Juan participaba de lleno en todos los actos que el
Sindicato organizaba, sin olvidar las campañas sobre la subida del IBI,
Asprodeme, Jornadas Culturales etc.etc. y como nó, lo dio todo por encontrar
los restos de su padre que no llegó porque el destino así lo quiso, trabajó
para la Asociación por la Memoria Histórica brindándose sin poner pegas a dar charlas y a que le entrevistasen sobre
la guerra civil y el franquismo dando su versión y sus vivencias de tanta
represión que sufrió.
Recordamos
un día que íbamos por la calle y se encontró con un antiguo compañero del
trabajo éste le dijo “ Juan amigo mío, para mi serás siempre “el charla” te acuerda cuando te subía a la tarima de la
Fabrica de San Carlos dirigiéndote a los trabajadores para luchar contra las
injusticias de la patronal.
Era
tan grande el compromiso con la organización que no fallaba en el pago mensual
de la cuota sindical hasta sus últimos días, falleció con 82 años llevando en
el corazón el rojo y negro de la CNT como su padre lo llevó.
Compañero
Juan nunca te olvidaremos
Que la
tierra te sea leve
CNT
–AIT Puerto Real
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