400 EUROS CUESTA EL UNIFORME DEL PERSONAL CADA VEZ QUE ACABA
UN TURNO DE CUIDADOS DEL CURA
Un equipo de doce personas se dedica a cuidar del enfermo de
ébola Miguel Pajares y la religiosa Juliana Bohi, los dos únicos pacientes
ingresados en el hospital Carlos III. Está formado por auxiliares, celadores y
enfermeras que se relevan cada dos horas por lo incómodos que son los trajes
impermeables que soportan para poder atenderlos sin riesgo al contagio. El
uniforme del personal (mono, gafas, guantes dobles y mascarilla), que cuesta
400 euros cada uno, va al cubo de la basura cada vez que acaba un turno exprés.
El Confidencial ha conversado con un miembro de este selecto
equipo médico que prefiere mantener el anonimato ante la orden de no filtrar
ningún tipo de información sobre el caso. Y se muestra tranquilo, confiado en
que el virus letal que ya se ha llevado la vida de casi mil personas en África
no traspasará los muros del recinto hospitalario por las extremísimas medidas
de seguridad que se han puesto. “No tenemos miedo. Esta era nuestra
especialidad antes de que se desmantelara el área de infecciones”, recalca.
Estas 12 personas vigilan las 24 horas del día a los dos
pacientes, pero solo entran en las habitaciones puntualmente, cuando hay que
atenderlos. También cuentan con personal especializado en la Unidad de Cuidados
Intensivos de La Paz, por si acaso el cuadro clínico de Pajares empeora
notablemente y hay que convertir la habitación blindada en una habitación-UCI,
que podría hacerse. De momento, al sacerdote, el único de los dos pacientes
enfermo, muestra un parte clínico estable. Los cuidados consisten en una
hidratación constante a través de vía intravenosa y analgésicos cuando le sube
la fiebre. “No se puede hacer nada más por él, está bastante bien”, añade la
misma fuente.
Antes de ingresar, los técnicos del hospital colocaron un
circuito de televisiones para vigilar cada minuto los movimientos de los dos
ingresados y limitar las entradas y salidas del personal médico única y
exclusivamente a cuando los pacientes requieran atención. De momento, Pajares
no necesita respiración asistida y no ha sufrido ningún episodio hemorrágico,
el peor de los escenarios para un enfermo de ébola. Su compañera dio negativo
en el test el jueves y, aunque sigue en cuarentena por si el virus aparece más
tarde, su estado es estable.
La tranquilidad que los profesionales del Carlos III
transmiten ante el temor de que el virus pueda extenderse se convierte en
enfado cuando hablan de la excelencia que había en el Carlos III antes de su
“desmantelamiento”, como se refieren a la reconversión que sufrió el hospital
hace un año, cuando pasó de ser el centro de referencia en enfermedades
infeccionas y tropicales a uno de media estancia.
El principio del “desmantelamiento”
En ese momento, los profesionales advirtieron a la entonces
viceconsejera de Asistencia Sanitaria, Patricia Flores, al director general de
Hospitales, Antonio Burgueño, y al gerente de La Paz, Rafael Pérez-Santamarina:
“Si se transforma en un centro de media estancia, ¿qué pasa con las alertas de
pandemias? ¿No es el Carlos III el hospital civil designado para las
enfermedades emergentes? ¿Se ha previsto cambiar el hospital de referencia para
estos casos?”.
Se han eliminado la UCI y los laboratorios, esenciales para
un centro de referencia de pandemias. 'Si Pajares sufre hemorragias, la sangre
deberá ir a La Paz. ¿Cómo se hará el traslado?', se preguntan en el Carlos III
Y así fue cómo el Carlos III empezó a perder profesionales y
servicios. Por el camino se han eliminado la UCI y los laboratorios, esenciales
para un centro de referencia de pandemias. “Si Pajares sufre hemorragias, la
sangre que salga y que entre deberá ir a La Paz. ¿Cómo se hará el traslado?”,
se preguntan.
Los mismos profesionales quieren dejar claro que no
pretenden utilizar el caso del enfermo de ébola como una revolución “contra las
autoridades sanitarias ni contra las políticas económicas de privatización”,
sino que es un llamamiento a la integridad de los responsables: “Es una
petición para que hagan lo que deben. El Carlos III debe dotarse con todo lo
necesario para hacer frente a esto: laboratorios, banco de sangre, protocolos
de actuación, instalaciones de aislamiento, trajes de riesgo biológico y rutas
seguras de transporte interno de pacientes”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario