Y el PCE calla y otorga. Ni sus propios símbolos es capaz de defender y ni una sola nota de prensa protestando por tales atropellos.
Los silencios nunca han sido tales, los silencios siempre han sido una de las mejores formas de expresarse tanto de los humanos como de los colectivos. Ningún silencio es neutro, todos dicen algo.
El silencio de quien escucha las olas romper es el silencio del placer, el silencio de reprobación de un padre o una madre…nunca se ha dicho tanto con un silencio, y dicen que las personas que no se dirigen la palabra, con ese silencio en realidad se están gritando.
Dice el refranero castellano que el que calla otorga, y ese silencio de aprobación, de acatamiento, ese silencio de sumisión, es el silencio al que Silvio Rodríguez se refiere en su canción “Cuantas veces al día” en la cual denuncia que algunos silencios cuestan la vida a otros y ese mirar a otro lado y callarse es el mayor activo de los verdugos. Estos, los verdugos, para realizar sus fechorías cuentan como aliados con el silencio cómplice de barrigas agradecidas y culos bien protegidos que callan para que su culo siga bien a cubierto y su barriga bien llena.
Veterano y experto en esa práctica es el PCE, cuyo silencio atronador ya le hace cómplice activo de las fechorías de un estado cada vez menos democrático y más cercano al modelo turco o sea al fascismo de nuevo cuño.
La madre de Txiki, luchador antifranquista fue vilmente humillada el pasado domingo ante la tumba de su hijo fusilado por los franquistas hace 34 años. No tuvieron ningún miramiento de una mujer de 80 años, que tan solo quería llorar ante la tumba de su hijo y recordar a ese joven de tan solo 21 años, que recibió en su pecho las balas asesinas del fascismo.
El PCE que presume de su pasado antifranquista, no ha dicho esta boca es mía. Silencio atronador. Silencio ante las salvajadas de esta democracia, cada vez de peor calidad. Ante el oprobio de tener que aguantar como se humilla a las victimas del franquismo, el PCE, calla y mira a otro lado, como si lloviese en abril. Su antifranquismo, parece ser que tiene límites, y esos límites son los que al parecer le impiden solidarizarse con victimas del franquismo.
Pero es que 48 horas antes, en un local de Deusto, el retrato de Lenin, fue vejado y tratado como si se tratase de un retrato de Jack el Destripador. Aquí ya no estamos hablando de apologías de ningún terrorismo ni de nada semejante, incluso retratos de Lenin, son fotografiados como prueba de alguna disparatada investigación, igual que en el Chile de Pinochet o la Italia de Mussolini. Y el PCE calla, ante el oprobio de ver como, la foto de uno de los que se supone, una de sus fuentes ideológicas es tratada de semejante forma.
La bandera republicana, aquella por la que murió luchando miles de militantes comunistas y la ikurriña, bandera legal, obligadas a retirarse de la tumba de Txiki…¿A que victima puede ofender una ikurriña y una bandera republicana?
En resumen, bajo el pretexto de evitar la humillación a ciertas victimas se esta atacando directamente, símbolos y retratos absolutamente legales en lo que supone el mayor retroceso de la ya limitada democracia española y la acerca peligrosamente a un espacio abiertamente fascista. Ni ikurriñas, ni banderas republicanas ni fotos de Lenin se libran de la neurosis represiva del estado.
Y el PCE calla y otorga. Ni sus propios símbolos es capaz de defender y ni una sola nota de prensa protestando por tales atropellos. El PCE y su sucursal vasca, el EPK, callados como comadrejas y con su silencio protegiendo sus culos y barrigas, y entregando a los pies de los caballos a los sectores mas combativos de las sociedad.
El PCE por una triste legalización, firmo la llamada reconciliación nacional, congraciandose con los fascistas y de aquellos barros viene estos lodos. Traiciono y entrego a toda esa generación de comunistas que de una forma tan brava se batió contra el fascismo, por el bajísimo precio de dejarles participar en esta democracia a la española, heredera del alzamiento nacional.
Y el precio que tiene que pagar es seguir callado y seguir mirando a otro lado. Y ponerse lazos azules, cuando papaito estado se lo mande.
No es extraño, que a su fiesta vayan 4 y el del tambor o que la financiase unos conocidos almacenes. No es extraño que en Bilbao mantuviesen un contrato con Veolia, o callen ante los accidentes laborales. Nada debe extrañar de este PCE.
Son los silencios cobardes de los cómplices del fascismo.
Fuente: Baserrigorri (La Haine)
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