Tolouse, un paseo
por la capital del exilio español
Tolouse fue uno de los epicentros de la oposición
contra el franquismo. Allí el anarquismo hispano arraigó. Y durante mucho
tiempo el Movimiento Libertario tuvo su bastión fuerte en esta ciudad occitana.
Mauricio
Basterra / Periódico cnt
Toulouse es una de esas ciudades del sur de Francia
que disfrutas en cada uno de sus rincones. Conocida como la Ciudad Rosa debido
a la gran cantidad de edificios que alberga de ladrillo visto, hacen de
Toulouse una ciudad que no es monumental ni especialmente bonita (desde un
punto de vista exclusivamente turístico) aunque es agradable y habitable.
Calles estrechas e irregulares en su casco histórico nos muestra un Toulouse
medieval, centro de toda una zona donde los cátaros o albigenses protagonizaron
junto al papado uno de los acontecimientos de guerras de religión más famoso de
la historia (la ciudad de Albi está a algo más de 70 kilometros de la ciudad
tolosiana). Una ciudad , capital de una zona, donde se hablan dos idiomas en su
población: el francés y el occitano (los carteles de la ciudad están en ambos
idiomas. Al igual que el metro que te avisa de las paradas en los dos idiomas).
Pero la importancia de Toulouse radica también en
otros aspectos de su historia. Una ciudad epicentro de la lucha contra el
invasor nazi. A pesar de estar en la denominada Francia Libre, no podemos
olvidar que la colaboración que el Petain hizo con Hitler fue más que evidente.
Y que por la zona camparon a sus anchas los soldados de Hitler también. Ello
motivó una fuerte resistencia del pueblo de Toulouse. La gran cantidad de
población judía que albergaba la ciudad le hizo el blanco de las operaciones de
exterminio de los nazis. Pero a cada paso que andas por Toulouse (como en casi
todas las ciudades francesas) se recuerda la epopeya de un pueblo y de unos
resistentes que hicieron frente al invasor. Placas y calles así lo recuerdan
aun en la Ciudad Rosa. Así como un pequeño y didáctico Museo de la Resistencia
y la Deportación, creado para mostrar a los alumnos de los distintos institutos
de la zona lo que significó el nazismo. No perder la memoria es fundamental.
Y en esa resistencia contra los nazis y contra los
colaboracionistas franceses, los españoles tuvieron un papel fundamental. Y es
que en Toulouse hay una parte importante de la historia de España. De la España
desterrada. De la España del exilio. De la España que combatió por la libertad.
De la España antifascista. Toulouse fue con diferencia la capital del exilio
antifascista español. Fue la ciudad que albergó el mayor número de españoles
exiliados por delante de otras como Montpellier, Perpiñán, París o Burdeos. La
diáspora española, que se extendió por todo el mundo, hizo de Toulouse la
capital del exilio español. Y los habitantes y la ciudad han sabido reconocer
la contribución de sangre y la entrega abnegada que los exiliados españoles
hicieron. Fue un exilio mayoritariamente anarquista y socialista, si bien hubo
un puñado de comunistas. Y no hay que olvidar que el gobierno republicano en el
exilio ubicó su sede durante un tiempo en la Ciudad Rosa.
A la misma altura que las grandezas de la lucha
heroíca del pueblo francés contra la invasión nazi está la participación de los
españoles en Toulouse. Porque los anarquistas, los socialistas, los comunistas
y los republicanos que se exiliaron allí participaron de esa resistencia. Uno
de los destacados resistentes de aquellas jornadas de lucha contra los nazis y
colaboracionistas fue Francisco Ponzán. Anarquista aragonés y maestro de profesión,
Ponzán participó en el Consejo de Aragón durante la Guerra Civil. Tras la
derrota se exilió a Francia y se instaló en Toulouse, donde continuó con la
resistencia al fascismo. Allí dirigió una red de evasión de los campos de
concentración y contra la deportación. Una vida apasionante la de Francisco
Ponzán Vidal que Antonio Téllez nos plasmó en su obra La Red de Evasión del
Grupo Ponzán. Anarquistas en la guerra secreta contra el franquismo y el
nazismo (1936-1944). Ponzán fue detenido y encarcelado en la prisión de
Saint-Michel. El día antes de la liberación fue entregado por los
colaboracionistas a los nazis que lo fusilaron y lo quemaron junto con otros
cincuenta y tres antifascistas en el bosque de Buzet. Francia reconoció la
labor de Ponzán, así como Gran Bretaña y Estados Unidos. El Ayuntamiento de
Toulouse dedicó una avenida a aquel que había salvado a unas 3000 personas de
una muerte segura en los campos de exterminio de los nazis. En España todavía
no se ha reconocido la valía de Francisco Ponzán y, como muchos otros, los
documentos aun lo tratan como un bandido o lo condenan al ostracismo.
Pero esa victoria sobre el nazismo permitió que
Toulouse fuese uno de los epicentros de la oposición contra el franquismo. Allí
el anarquismo hispano arraigó. Y durante mucho tiempo el Movimiento Libertario
tuvo su bastión fuerte en esta ciudad occitana. Así, muy cerca de la estación
de trenes, en el número 4 de la Rue Belfort se instaló la sede la CNT. En un
barrio cosmopolita los anarcosindicalistas tuvieron su centro de actuación, que
el exilio libertario ha mantenido hasta hace apenas unos años. Allí, durante
muchísimo tiempo, se editaron los periódicos del exilio confederal. El último
periódico que salió de allí fue CeNiT, órgano de la Regional Exterior de la CNT
cuando está volvió a recuperar su legalidad en España. Un edificio con una
entrada de una antigua brasserie era la sede de la CNT y de los libertarios
españoles. No fue la única sede. Antes de la Rue Belfort estuvieron instalados
en la Bourse du Travail, entre la Place Saint-Sernin y la Rue Merly. Allí, en
octubre de 1944 se celebró uno de los Plenos más importantes del Movimiento
Libertario en el exilio
Otro centro emblemático del Movimiento Libertario
español se situó en la Rue de l´Etoile. Allí, en el número 14, se fundó en 1959
el Ateneo Español. Si bien fue impulsado por los anarconsindicalistas, sus
puertas se abrieron a todas las organizaciones del exilio para convertirse en
un centro de debate y de oposición a la dictadura franquista. Hoy el Ateneo
está desaparecido.
De entre las zonas públicas que los libertarios más
utilizaron habría que destacar la Place Wilson, pues alrededor de la misma se
instalaban tenderetes y puntos de propaganda donde se podía encontrar los
periódico CNT o Ruta. Algo que hacían también los otros partidos y sindicatos
en exilio. También en cines como "Les Nouveautés", en el Boulevard
Carnot, acogió conferencias y mítines. Pero en esa línea quizá habría que
destacar la importancia de la Place Dupuy, en La Halle aux Grains, donde cada
19 de julio el Movimiento Libertario recordaba el triunfo de la Revolución
española y el aplastamiento de los militares rebeldes contra la República en
Barcelona y en distintos lugares de España. Un acontecimiento que se extendió
en el tiempo hasta no hace muchas fechas.
Destaquemos por último que en la Rue du Cimetière
Saint-Cyprien número 63, está la tumba de Federica Montseny. Federica vivió en
Toulouse y, a pesar de la muerte de Franco y las largas estancias que pasó en
España desde 1977, no dejó de vivir allí. Y en la Ciudad Rosa falleció el 14 de
enero de 1994. La actividad de Federica Montseny en Toulouse es ampliamente
reconocida.
Son muchos más los lugares emblemáticos del exilio
español, no solo libertario. Por ejemplo en la Place du Capitole (plaza del
Ayuntamiento) se celebraron numerosas manifestaciones de exilio. Muy cerca de
allí, en la Rue de Taur número 69 fue donde instaló su sede el PSOE y la UGT.
Allí los socialistas albergaron un cine que hoy es la Cinemateca de Toulouse. Los
catalanistas también tu vieron su hueco y en la Rive Gauche (ribera izquierda)
del río Garona, en la Rue de Novars número 7, todavía se mantiene el Casal
Catalá (muy cerca del Quai de l´Exil republicaine espagnol). También en la Rue
Pargaminières se celebraron importantes comicios de los socialistas españoles,
así como en muchos de los sitios antes citados, también lo hicieron comunistas
y los republicanos. La excepción es que estos dos últimos tuvieron otros
lugares donde desarrollaron más sus actividades. El exilio comunista se centró
sobre todo en los países del Este europeo y en Latinoamérica, así como el
epicentro de los republicanos fue México y algunas zonas de Francia.
Esos lugares, esas plazas públicas, esos centros de
reunión y manifestación son parte de la historia de España. De una historia
proscrita por la oficialidad. Perseguida por cuarenta años de franquismo y
silenciada por casi otros tantos de democracia. Nuestra misión es recordar y
recuperar la historia de lo que sucedió. Caminando por esas calles, recorriendo
los lugares de ese exilio empatizas con los que entonces luchaban por un mundo
mejor. Toulouse lo ha sabido reconocer. Y por ello, muy cerca de la actual Casa
de España (uno de los pocos centros que quedan del exilio republicano), en la
Avenue de Minimes número 85, a la entrada del Jardín de Claude Nougaró se
encuentra una obra de Joan Jordá que se llama "Monumento al exilio
español".
Sirva esto como un pequeño reconocimiento para
demostrar que una parte de la historia del España esta a unos cientos de
kilometros de la frontera francesa, en una hermosa ciudad que se llama
Toulouse.
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