Ricardo Mella Cea – intelectual anarquista de Vigo
El 23 de abril de 1861 nace en la Gamboa (Vigo, Pontevedra,
Galicia) el intelectual y teórico del anarquismo Ricardo Mella Cea. Hijo de una
modesta familia de artesanos, su padre, José Mella Buján, capeller de
profesión, militaba en las filas del republicanismo federal y educó a su hijo
en estas ideas y en el respeto por Francesc Pi y Margall. Un hermano de su
madre (Dolores Cea Fernández), denominado Francisco Cea, fue el delegado de
Valladolid en el I Congreso Obrero Español, celebrado el junio de 1870 en
Barcelona.
Ricardo Mella hizo los estudios primarios en su ciudad natal
inmerso en el ambiente republicanofederal. A los 16 años ingresó en el partido
de Pi y Margall, del cual pronto será secretario de la sección de Vigo.
Compaginó los estudios con el trabajo en una agencia marítima y el conocimiento
otros idiomas (francés, inglés e italiano), hecho que amplió su campo de
lecturas. En 1878 empezó a dirigir el periódico quincenal La Verdad. En 1881
fue denunciado por «injurias graves» por José Elduayen, marqués de Pazo de la
Merced y hombre fuerte de la política caciquista de Cánovas.
Este mismo año
fundará en Vigo el semanario federalista de cariz obrerista La Propaganda,
donde denunciará el servicio militar y sus escándalos (cuotas, redenciones en
metálico, etc.), hecho que popularizó el periódico en los círculos obreros. A
partir de 1882, a partir de la lectura de la Revista Social y de las
experiencias de los congresos obreros de Barcelona (1881) y de Sevilla (1882),
se decantará por el pensamiento anarquista, abandonando la ideología
republicanofederal.
En abril de 1882 la Audiencia Territorial coruñesa lo
condenó por el asunto Elduayen, a una sentencia de las más duras que se
conozcan a la época a un periodista; interpuesta apelación ante el Tribunal
Supremo, fue finalmente condenado a tres años y siete meses de destierro y a
200 pesetas de multa, condena que se hizo pública el noviembre de 1882, poco
después de que Mella volviera del Congreso de Sevilla de la Federación de
Trabajadores de la Región Española (FTRE) en septiembre de aquel año, al cual
había ido en representación de la Federación Local Libertaria de Vigo y donde
se alineó en la tendencia anarcocolectivista.
En este congreso
conocerá Juan Serrano Oteiza, su futuro suegro y hombre que influirá
fuertemente en su vida y en su pensamiento àcrata. En 1883, después de ser
condenado al destierro, y aunque con casi toda seguridad había sido perdonado
por Elduayen, marchó a Madrid, instalándose en el domicilio de Serrano Oteiza y
haciendo trabajo en su notaría.
En 1884 presentó una
memoria sobre la emigración en Galicia en un certamen literario convocado por
el Ayuntamiento de Vigo y que fue rechazada por su «radicalismo sociológico».
Este mismo año, con Ernesto Álvarez, tradujo Dios y el Estado de Bakunin, que
publicará como folleto en la Revista Social. En 1885 presentó su trabajo
rechazado («El problema de la emigración en Galicia») y otro («Diferencias
entre el comunismo y el colectivismo») en el Y Ciertamente Socialista,
organizado por el Centro de Amigos de Reus; ambos trabajos fue premiados.
En 1886, muere Serrano Oteiza, empezó a publicar una serie
de artículos en la revista Acracia, donde defendió el colectivismo contra las
tendencias anarcocomunistas. En 1887 acabó los estudios de topografía, carrera
aconsejada por su mentor Serrano Oteiza. En 1888 se instaló en Sevilla, puesto
que había ganado en oposición una plaza de topògrafo, con su esposa, Esperanza
Serrano Rivera, con la cual tendrá 12 hijos. En la capital andaluza compaginará
las tareas topográficas con las actividades periodísticas y fundará el
periódico La Solidaridad, que después se transformará en La Alarma. En esta
época se familiarizará con las ideas de Tucker, a través de la lectura del
periódico Liberty, de Boston.
En 1889 participó en
el II Certamen Socialista, que los libertarios del grupo «Once de Noviembre» de
Barcelona organizaron en esta ciudad; todos sus trabajos fueron premiados.
Durante estos años colaborará en varias publicaciones anarquistas: La Anarquía
y La Idea Libre, de Madrid; El Corsario, coruñés; El Despertar, de Brooklyn
(Nueva York); Ciencia Social, de Buenos Aires; El Humanité Nouvelle, de
Bruselas; Acracia, de Barcelona, etc. De esta época es su exitosa conferencia
Evolución y revolución, que será publicada por los republicanofederales de
Vigo.
En enero de 1892 se
entrevistó con el anarquista italiano Errico Malatesta y con el libertario
catalán Pere Esteve, llegados a Sevilla desde Córdoba en una gira de
conferencias. En 1893 publicó La coacción moral y salió en forma de folleto su
obra sobre los Hechos jerezanos (8 enero 1892 - 10 febrero 1892. Los Sucesos
jerezanos) y El 1º de Mayo. En 1894 se publicó en Madrid el libro de César
Lombroso Los anarquistas y dos años después Mella hará la réplica en su trabajo
Lombroso y los anarquistas. Entre 1895 y 1900 residirá entre Pontevedra y Vigo,
y en esta época escribirá algunos de sus trabajos más conocidos: La ley del
número. Contra el Parlamento burgués y Del amor: modo de acción y finalidad
social.
En estos años gallegos recibirá en su casa a Josep Prat, que
huía de la represión surgida a raíz del atentado de la procesión del Corpus, y
preparará su embarcamiento hacia América. Desde el 1897 hasta el 1899 vivirá en
Pontevedra, donde hará trabajo de topògrafo en la construcción del ferrocarril,
participando a la vez con la compañera contra los procesos de Montjuic y
escribiendo en El Corsario; también, preocupado por la lucha agrarista en
Galicia, publicará su folleto A los campesinos.
En 1900 participó, como delegado del movimiento obrero
peninsular, en el Congreso Anarquista Internacional de París, que se tuvo que
reunir ilegalmente puesto que las autoridades francesas lo prohibieron, y donde
presentó su memoria «La cooperación libre y los sistemas de comunidad», que
será publicada por Las Tiempos Nouveaux, y el trabajo «El colectivismo y el
comunismo anarquista». Entre 1900 y 1910 vivirá por cuestiones profesionales en
Asturias, primero a Sariego, donde hará de topògrafo en la construcción del
ferrocarril, y después a Sotroncio.
Mella influenciará a
los anarquistas de aquella región, como por ejemplo Eleuterio Quintanilla y
Pedro Sierra, que será su primer biógrafo, con los cuales lanzará varias publicaciones
asturianas. En 1902 colaborará en La Protesta Humana, de Buenos Aires, y en La
Revista Blanca. En 1903 hará una conferencia («Las grandes obras de la
humanidad») al Instituto Jovellanos de Gijón organizada por la Junta Directiva
de Extensión Universitaria de Oviedo.
En esta época
colaborará asiduamente en la revista Natura, dirigida a Barcelona por su amigo
Josep Prat, y escribirá en contra del anarquismo violento varios artículos y
folletos, a la vez que reivindicará el «anarquismo sin adjetivos» de Tárrida
del Mármol. En 1905, con la desaparición de la revista Natura, como que no
encontró ningún órgano de expresión libertario adecuado para sus escritos, dejó
de publicar artículos en favor del anarquismo, descontento del «jacobinismo»
del sindicalismo revolucionario y de su prensa. En 1909, a raíz de los hechos
de la Semana Trágica, retomó su actividad literaria en defensa de los ideales
anarquistas más puros y radicalmente antiautoritarios, especialmente en Tribuna
Libre y Solidaridad Obrera, de Gijón.
Entre 1910 y 1914
publicó, bajo varios pseudónimos (Raúl, Mario, Dr. Alén), en Acción Libertaria
y El Libertario, etapa que será de las más fructíferas ya instalado
definitivamente en Vigo y participando activamente en la construcción de la red
de tranvías eléctricos de esta ciudad, tarea bastante popular entonces. En 1912
publicó la traducción de La ciencia moderna y el anarquismode Kropotkin;
también publicará este año su compilación de artículos ampliados Cuestiones
sociales.
El año siguiente publicará Cuestiones de enseñanza, donde se
muestra partidario de una educación neutra, sin influencias religiosas,
políticas o sociales de ninguna casta, apuesta por la Escuela Moderna de Ferrer
y Guardia. En 1914, acabada la
construcción de la red de tranvías de Vigo, fue nombrado director gerente de la
compañía. Cuando estalla el conflicto mundial, en plena polémica entre
aliadòfils y neutralistas, tomó partir, junto con Federico Urales, por la causa
belicista o aliadòfila, actitud que responde a la creencia que una victoria
frente al Imperio alemán era una victoria de la libertad y del progreso.
El triunfo de las
tesis neutralistas en el movimiento anarquista peninsular y el renacimiento de
aquello que él denominaba «jacobinismo anarquista» motivó su retirada de la
lucha activa anarquista, retirada que sólo fue interrumpida por la aparición,
el agosto de 1916, de la revista Renovación, que redactaron los discípulos de
Mella, Eleuterio Quintanilla y Pedro Sierra. En 1922 Abad de Santillán lo
embarcó en la traducción de la Ética de Kropotkin, traducción que empezó pero
que tuvo que abandonar por la deficiente traducción inglesa sobre la que tenía
que trabajar.
Ricardo Mella murió
el 7 de agosto de 1925 en Vigo (Pontevedra, Galicia) y su entierro fue una
verdadera manifestación de luto popular; los actos duraron varios días y los
periódicos de todas las tendencias animaban a participar.
El Ayuntamiento de
Vigo le dio el nombre de Avenida de Ricardo Mella a la que hoy es La Florida.
Asorey, el escultor gallego más importante de entonces,
realizó el mausoleo que guarda sus restos al cementerio civil de Pereiró.
ALEN
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