Juan Bautista Albesa Segura, el
Hijo de la Noche.
“Para unos es el espectro del diablo que mata
sin escrúpulos, para otros es el ángel salvador”
Han Magnus Enzensberger afirmaba
que, en ningún otro grupo político, se había encontrado con tantos tipos
apasionantes como entre los anarquistas, podríamos decir que el aragonés Juan
Bautista Albesa Segura sería uno de ellos. Como dice el refrán “Nunca es tarde
si la dicha es buena”, 76 años después del comienzo de la Guerra Civil, y 16
años después de la muerte de nuestro protagonista, gracias al periodista LLuis
Rajadell hemos podido conocer su historia gracias a la publicación de su
biografía en 2015 La ternura del pistolero. Batiste, el anarquista indómito.
Después de 40 años de Franquismo,
con la transacción pactada, y los años de postfranquismo que le han seguido, el
movimiento libertario nunca volvió a levantarse. Ello ha hecho que, al no
existir un movimiento fuerte, la Historiografía Oficial haya sepultado la
Historia del Anarquismo bajo una losa de ocultaciones y tergiversaciones que
todavía hoy perduran. No se trata de embellecer la Historia de la Revolución,
ni de idolatrar las personas que la llevaron a cabo, sino de hacer un balance
crítico de todo ello y de valorarlo en su justa magnitud.
En el momento en que descubrimos
el libro al cual nos referimos una curiosidad inmensa se apoderó de nosotros.
Un anarquista de un pueblo de Teruel que llegó a hacer un plan para liquidar a
Líster, una persona con unas ideas firmes, un “hombre de acción” de una modesta
comunidad campesina… Historia hecha desde abajo por los de abajo. Acostumbrados
a escuchar, en múltiples ocasiones, por las comarcas de Castellón y de Teruel,
que las Colectividades y las ideas por las que estas fueron establecidas,
fueron implantadas a “punta de pistola” por individuos catalanes, tenemos aquí,
uno más de tantos, a un individuo que en la misma comarca en la que nació,
conoció las ideas y las hizo propias. Uno de tantos que no delegó en políticos
las esperanzas de una vida mejor; uno de tantos que no pretendió escalar
socialmente dejando a sus compañeros atrás, sino eliminar esa escalera social y
luchar por los de abajo desde abajo; uno de tantos que luchó por el progreso
eliminando aquellas barreras que les impedían desarrollarse como un pueblo
libre haciendo posible, con todo lo que ello acarreó, la mayor experiencia
campesina autogestionaria de la Europa occidental.
Juan Bautista Albesa Segura nació
en 1911 en Valderrobres, en la comarca de Matarraña, provincia de Teruel.
Conoció la miseria, y la represión con la que vivían los campesinos, y ello le
acarreó un profundo distanciamiento por todo aquello que tuviera que ver con la
clase burguesa que le oprimía. Escapando de su miseria emigró a Barcelona de
los 11 a los 16 años volviendo de nuevo a Valderrobres, su pueblo. Debido al
título del libro La ternura del pistolero, y que en el libro de Juan García
Oliver El Eco de los pasos se nombre a un pistolero anarquista llamado Batiste,
caímos en el error de creer que había estado presente en los años del
pistolerismo en Barcelona, ya que en el ámbito libertario cuando nos hablan de
sus pistoleros suelen referirse a los que vivieron aquella convulsa época en Barcelona.
Poco se sabe de lo allí vio y conoció pero cuando regreso a su tierra la cosa
cambió.
Con la proclamación de la
Republica fue uno de los fundadores de la CNT en Valderrobres, intentando
mejorar las condiciones de vida de un campesinado que apenas habían mejorado en
el último siglo. Batiste siempre se mostró muy crítico con una República, que
aunque iba de obrera, seguía siendo burguesa. En 1933, a la vuelta de su
servicio militar obligatorio, donde extraería importantes lecciones para su
futura experiencia en la guerra, Batiste se encontró a la CNT descompuesta a
causa de la brutal represión que las autoridades republicanas llevaron a cabo
contra los anarquistas después de la insurrección llevada a cabo por estos.
Aquella sería una de sus épocas de más acción debido a la clandestinidad en la
que tuvo que actuar, y en donde se empezó a forjar, muy a su pesar, la leyenda
que siempre le acompañó tanto entre sus amigos como entre sus enemigos.
Muchas de las vidas de los
“hombres de acción”, acostumbrados a la clandestinidad y obsesionados con el
anonimato, no solo por su seguridad si no por la costumbre anarquista de
rechazar el culto a la personalidad, son un misterio en lo que se refiere a
algunos aspectos de estas. Batiste no era una excepción, y unido esto a varios
rumores que se forman inevitablemente, veremos que su vida tiene algunos
aspectos oscuros criticados incluso entre sus propios compañeros. Ferrer Guasp
en su libro Juan March. El hombre más misterioso del mundo asegura que Batiste
actuó como guardaespaldas del banquero Juan March en su salida de la cárcel de
Madrid hasta Francia, huyendo de la justicia republicana. Dos años después, en
1935, nuestro protagonista, y más compañeros, intentaron secuestrar en Palma de
Mallorca a un primo del banquero por lo que uno de ellos murió y los demás
fueron hecho presos hasta la entrada del Frente Popular en el poder en 1936.
Con el estallido del Golpe
militar Batiste intento convencer a las autoridades republicanas de
Valderrobres del peligro que se avecinada y sin que estas hicieran nada por
remediarlo se tuvo que marchar en dirección a Barcelona. Batiste estaba en la
lista de las 119 personas a eliminar de la comarca del Matarraña. En cuanto
pudo el pueblo fue tomado por una columna anarquista con la consecuente
represión y proceso revolucionario. Aquí empieza el momento álgido del
protagonismo de Batiste tanto en el frente como en la retaguardia. En el frente
forma un grupo de dinamiteros, uno de los conocidos como los “Hijos de la
Noche”, de infiltración en las líneas enemigas, tanto para sabotearlos,
espiarlos, rescatar compañeros de Zaragoza, robar ganado y armas…etc y en la
retaguardia se encarga de una labor represiva de enemigos del proceso
revolucionario. Encuadrados en la Columna Carod-Ferrer, integrada esta después
en la Columna Ortiz, que luego será la 25 División, se convertirán también en
el brazo armado de la Colectividad de la comarca del Matarraña. La guerra de
guerrillas será algo defendido desde las filas anarquistas, pero debido a la ocultación
y la tergiversación, que ha habido a posteriori de la verdadera contribución en
la guerra de estos, son poco conocidas las iniciativas que hubieron desde abajo
para llevarla a cabo. En el libro de Los Gimenólogos En Busca de los Hijos de
la Noche hay un párrafo de Ramón Rufat en el que nos habla de estos grupos:
“El mes de octubre, las columnas
se vieron en la necesidad de crear sus propis servicios de información. […]
Casi simultáneamente, grupos de acción nocturna, los Hijos de la Noche, o
guerrilleros de penetración profunda en zona enemiga, fueron constituidos bajo
la autoridad y el control exclusivo de
las columnas. […] Algunos de esos grupos y sus responsables estaban rodeados,
en Aragón, de una aureola de prestigio y de misterio, como los mayores héroes
de guerra. Citemos, de pasada, el grupo La Noche de Gallart, que atravesaba el
Ebro en Fuentes de Ebro; Los Dinamiteros de Utrillas, cuyo Jefe más conocido
era Batista, de Valderrobres; Los Iguales, que tenían como líder a Remiro, de
Épila; sin olvidar a Francisco Ponzán que, después de un breve paso por el
Consejo de Aragón, fue uno de los mejores jefes guerrilleros-agentes de
información en los frentes de Aragón y Cataluña”.
Rajadell también nombra el grupo de Cayetano
Continente. Con un frente estancado, debido a diferentes cuestiones de la clase
política, estos grupos hacen una labor de desgaste del enemigo en el que llegan
a adquirir una habilidad para la infiltración que deja estupefactos tanto a sus
propios compañeros como a las autoridades militares. Grupos que, debido a su
originalidad y a su independencia muchas veces incluso desde las altas
instancias republicanas se ignora su
existencia y que con la militarización llegaron a seguir durante un tiempo con
su modus operandi. Fueron tan efectivos que García Oliver elaboró un plan para
llevar la guerra a través de sus estrategias.
En 1938, el teniente general Juan
Perea crea Unidades de operaciones especiales que son los Batallones de
ametralladoras A, B, C y D en donde los diferentes Grupos de los “Hijos de la
Noche” se integran cuando se ven acorralados con la imposición de la
militarización. Las continuas renuncias de los dirigentes de la CNT
traicionando la revolución suponen duros golpes para muchos anarquistas que
como Batiste no acaban nunca viendo todo aquello que se les prometía. Él era
antimilitarista por lo que nunca firmó su carnet de militar. Este tipo nuevo de
unidades fueron creadas para aprovechar la eficaz experiencia de estos grupos
que encuadrados a la manera militar clásica perderían todo su potencial.
En cuanto al tema represivo en la
retaguardia vemos otra vez la ambivalencia de nuestro personaje. Calificado por
algunos como el “terror de la comarca”, al mismo tiempo que intercede para
evitar más derramamiento de sangre, no le tiembla la mano contra los enemigos
que han formado parte del golpe militar. Esto le volvió a pasar factura en
forma de otra nueva tanda de múltiples rumores, tanto de amigos como de
enemigos. Pero nada que ver con aquellos que confundían la revolución con una
matanza de burgueses o con aquellos que la veían como una oportunidad de mejora
individual, por lo que Batiste siguió viviendo en su misma casa y fue muy
crítico todos aquellos que se aprovecharon de la nueva situación para su medro
personal.
Son numerosas las hazañas que
relata el libro realizadas por el Grupo de Batiste y los de Valderrobres.
Citaremos algunas: volaron un puente de
la línea del ferrocarril Zaragoza-Teruel-Valencia para inutilizar la vía y
evitar que llegaran más fascistas de
Teruel a Zaragoza; gracias a su labor de espionaje en Zaragoza descubren una
célula de la quinta columna, afincada en Barcelona y afiliada al PSUC, que es
desmantelada; se enfrentan en al menos una ocasión, y elaboran un plan para
eliminar a Líster, que acaba siendo rechazado por el Comité Nacional; Batiste
es detenido en al menos siete ocasiones por las autoridades republicanas
durante la duración de la contienda; tienen un papel decisivo en la Batalla de
Belchite, y en la de Teruel, junto a los demás grupos de dinamiteros
anteriormente nombrados; hacen frente a una columna de Guardias de Asalto,
procedente de Castellón, para disolver la colectividad de la comarca del
Matarraña y del bajo Aragón; crean una colonia para doscientos niños aragoneses
refugiados en Cataluña que además sirve de refugio para anarquistas perseguidos
por las autoridades republicanas; son encargados de la voladura de puentes,
presas y demás infraestructuras para retardar el avance franquista hacia
Cataluña…etc
Al final de la Guerra consigue
pasar a Francia consiguiendo eludir los campos de concentración. Aquí empieza
otra etapa de su vida, otro episodio más lleno de polémicas. Se instaló en el
mediodía francés y según el libro Maquis: el puño que golpeó al franquismo
“desde 1944 sirvió de guía a muchos guerrilleros y al mismo tiempo era enlace
con los dirigentes que estaban en Toulouse”. En 1943 forma parte del Comité de
Beziers, la rama más apolítica del Movimiento Libertario en el Exilio. Con la
ocupación militar alemana es acusado de colaboracionismo con el invasor junto
con su compañero Fermín Tejedor, asunto que vuelve a enturbiar su figura. Por
ello son condenados a cinco años de reclusión mientras muchos libertarios
lanzan durísimas críticas contra los dos acusados, sobretodo del sector
reformista encabezado por Juanel, por lo que Tejedor redacta un dossier llamado
Rapport sur mon affaire combatiendo las duras críticas vertidas contra él, y
contra su compañero Batiste. Lo que si es cierto es que existió una relación
comercial entre Albesa y Tejedor por una parte, y los alemanes por otra, debido
a la finca agrícola para la producción y venta de verduras que tenían. Aunque
también tuvieron defensores como T.C quien fue testigo del juicio y escribió el
“Informe remitido por un asistente al famoso juicio de Batista y Tejedor”.
Importante testimonio ya que la CNT no llego ni a enviar ni a un solo testigo
al juicio y este argumenta que “No hubo ni un solo testigo que inculpara a
Batista ni a Tejedor del más mínimo hecho de colaboración con los alemanes, ni
con la Resistencia, ni de violencias, ni de robos… En fin, de nada”. Otro
asunto que ha quedado sin aclarar totalmente de la intensa vida de este
personaje que acabó siendo expulsado de la organización libertaria por ello.
Como un dato más a favor de Albesa, según Ramira Guerri, este hizo una
convocatoria después de recuperar su libertad para dar las explicaciones
oportunas sobre el caso a la que no acudió ninguno de los compañeros que le
habían denunciado.
El historiador Antonio Téllez estuvo
insistiéndole a través de cartas para la confección de un libro sobre su grupo
para “sacar del olvido a tantos compañeros que dieron la vida con el mayor de
los entusiasmos”. Proyecto que no llego a materializarse ya que Batiste siempre
fue muy reacio a darse protagonismo,
asunto con el cual podría haber ganado mucho dinero debido al auge editorial
que sobre estos temas hubo al final del franquismo y principios de la
democracia. Acabó montando su propia empresa de hortalizas “Fruits Primeurs
J.Albesa” que servirá como puerta de entrada a Europa a muchos exiliados e
hijos de anarquistas. Albesa, el Hijo de la Noche, terminó sus días un 29 de
julio de 1999, en su casa de Francia con 87 años. Gracias a Lluis Rajadell el
grupo de Batiste no pasará a la historia a través de “la imagen que de ellos da
el franquismo” como temía Antonio Téllez; Batiste, en una de sus misivas, le
recomendaba que no se preocupara por sus compañeros ya que “están tan altos que
las piedras de Franco y otras pestes les puedan tirar no les alcanzaran”.
Cecilio Rodríguez
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