A seis años de la muerte de Samba
Martine en el CIE de Aluche
Samba Martine nació en la
República Democrática del Congo. No sabemos demasiado de su vida, sí que el
camino a Europa lo emprendió acompañada de su marido y su hija Binjou, que por
entonces tendría unos ocho años. Su destino era Francia, donde vivían unos
familiares.
Cuando llegan a Marruecos, y como
sucede tantas veces, las familias deben separarse para enfrentar el monstruo de
la frontera y así Samba, sola, consiguió llegar en patera a Melilla, donde fue
ingresada en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) y tras unos
meses trasladada a la península e internada en el Centro de Internamiento de
Madrid.
Mientras estuvo en el CETI de
Melilla se le realizaron dos análisis de sangre, ambos demostraron que Samba
era portadora del virus VIH. No hubo medicación, no hubo medidas preventivas,
no hubo ni siquiera un informe que acompañara su traslado a Madrid.
Así fue como Samba llegó al CIE
de Aluche.
Ya al día siguiente de su
ingreso, Samba pidió ir al médico porque se encontraba mal. Tal y como está
documentado, al menos en diez ocasiones más durante los 38 días que estuvo
encerrada en el CIE solicitó asistencia médica, sin que a pesar de su
insistencia se indagaran las razones de su mal estado de salud, claramente
perceptible a los ojos de sus compañeras.
Al día siguiente, ante su estado
crítico, sin siquiera poder acostarse de los fuertes dolores que le aquejaban y
con unas formas totalmente inadecuadas, fue trasladada al Hospital, donde murió
a las pocas horas de su ingreso.
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