Toledo clama contra un vertedero
de amianto a 300 metros de las casas
Hace 70 años llegaba a España el
amianto, un producto económico y multiusos, del que años más tarde se
descubrieron sus efectos nocivos para la salud. Fue prohibido en toda Europa,
aunque en España fue legal hasta 2002, y todavía hoy los vecinos de muchos municipios
reclaman su retirada. Es el caso de los residentes en Santa María de
Benquerencia, un barrio de Toledo que denuncia sufrir las consecuencias de
tener un vertedero de amianto a apenas 300 metros de sus casas ante "la
pasividad de las administraciones".
Una de las fábricas que utilizaba
este mineral era Ibertubo S.A, que comenzó a funcionar en la década de los 80
en una parcela del polígono industrial de Toledo. Desde su apertura, la empresa
depositaba sus residuos de amianto de forma "incontrolada" e
"ilegal" en la zona del arroyo Ramabujas y en las fincas de los
alrededores de la fábrica, según denuncia la Asociación de Vecinos El Tajo.
Ibertubo quebró en 2002 y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha
procedió a la descontaminación de la zona entre 2006 y 2007. Sin embargo, el
portavoz de Medio Ambiente de la Asociación de Vecinos El Tajo, Victor Villén,
asegura que "en la parcela donde estaba ubicada la fábrica aún quedan
restos".
"Desde hace 12 años, los
vecinos pedimos que se les dé un tratamiento a estos restos"., explica
Villén. Se han dirigido a todas las administraciones implicadas (Junta,
Confederación Hidrográfica del Tajo y Ayuntamiento), pero "no hemos
obtenido ninguna respuesta, sólo mentiras". "La Confederación ha
hecho un paripé diciendo que han limpiado los restos, pero siguen en el mismo
sitio", relata Villén.
La Confederación, por su parte,
asegura que ha retirado "todos los restos de fibrocemento del dominio
público hidráulico" en el cauce del arroyo Ramabujas en Toledo, unas 40
toneladas, y que si queda amianto en otro lugar, su retirada no es de su
competencia, sino de los propietarios de las fincas afectadas. Y apunta al
Gobierno de Castilla-La Mancha, "que es el competente en materia
medioambiental, sanitaria e industrial" y, por lo tanto, para exigir la
retirada del amianto.
Un informe admite el problema
Ante "la falta de
respuesta" pública, la Asociación de Vecinos denunció hace dos años la
situación a la Fiscalía General de Medio Ambiente, que a su vez requirió a
todas las administraciones la documentación existente. "Así salió a la luz
un informe que el Ministerio de Medio Ambiente había encargado al Seprona de la
Guardia Civil y que detectaba la presencia de partículas de amianto en el
aire", explica uno de los integrantes de la plataforma 'Mi barrio Sin
amianto' y vecino de las viviendas más cercanas, Héctor Cano. "A partir de
ese momento, los vecinos empezamos a ser conscientes del problema".
Sin embargo, el informe recoge
que la cantidad de amianto detectada en el aire está por debajo de lo permitido
(0,1 fibras/cm). El consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural
de la Junta, Francisco Martínez Arroyo, sostiene que el informe del Seprona
sólo detecta 0,00017 fibras/cm, muy lejos del límite de 0,1 fibras/cm que
contempla la legislación. Los vecinos replican a Arroyo que "no existe una
legislación sobre los límites máximos de amianto en exteriores, sino que sólo
está regulado en interiores", en palabras de Víctor Villén, por lo que
consideran que la medición del Seprona no refleja la gravedad del problema.
El portavoz del Ayuntamiento de
Toledo, José Pablo Sabrido, reconoce que "hay restos de amianto al aire
libre en algunas parcelas" y que los vecinos tienen "razón" al
estar preocupados, pero que el Consistorio no tiene competencia en salud ni en
medio ambiente, aunque está "tratando de solucionar el problema"
porque afecta a la "salud de los toledanos".
El Ayuntamiento ha creado una
comisión, en la que participan la Junta y la Confederación, que ha encargado un
informe técnico a la empresa Emgrisa para conocer exactamente el estado de los
residuos y "buscar entre todas las administraciones una solución integral
que se traduzca en riesgo cero para la población", según Sabrido. En la
misma línea, el consejero de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo, asegura
que "se está buscando una solución".
Rafael García es vecino del
barrio de Santa María de Benquerencia y convive a menos de 300 metros de los
vertidos de amianto. "Cuando descontaminaron la fábrica se centraron
únicamente en limpiar lo que la ley les exigía, ¿por qué no lo hicieron también
con los restos al aire libre que se encuentran a pocos metros de nuestra
viviendas?", se pregunta.
Omnipresente y peligroso
El ecologista y experto en
amianto Francisco Puche asegura que hay muchas zonas de España afectadas por la
aparición de restos de amianto, especialmenten en aquellas que ha tenido
"industria naval, fábricas de fibrocemento y ferroviarias". Así, en
Galicia hay mucha población que estuvo expuesta al amianto por la industria
naval. Como en el País Vasco, por ser una de las zonas más industrializadas de
España, o Cataluña, donde el amianto llegaba al puerto de Barcelona y se
descargaba en sacos con orificios, sin ninguna seguridad para los vecinos. En
la Comunidad Valenciana y en Andalucía, según Puche, todavía quedan muchos
centros escolares y otros edificios construidos con amianto.
"El amianto penetra en el
cuerpo por las vías respiratorias y puede provocar cáncer de pulmón",
explica el neumólogo Josep Tarrés. Según este experto, hay tres fuentes de
exposición al amianto: la laboral (un 66% de los casos), la vecindad con un
foco contaminante (19,%) y la convivencia con un trabajador que está en
contacto con este producto (13,%). "Lo que dificulta tomar medidas
eficaces es que pueden pasar hasta 40 años antes de que las consecuencias del
contacto con el amianto se hagan evidentes", sostiene Tarrés, para quien
el riesgo también existe aunque la presencia del amianto sea reducida. "Me
da igual que digan que sólo hay un 0,00001 de fibras/cm, porque con muy pocas
fibras una persona puede padecer cáncer", añade.
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