Editorial del periódico CNT nº 261, de Mayo de
2001
Desde muchas
instancias con nombre libertario, unas, generadoras de voces, otras, por ahora,
puros altavoces de esas voces, en un arco que va desde la SAC de Suecia hasta
la CGT de España, con sus organismos intermedios y en actos que van desde la
I-98 (primera reunión internacional de organizaciones reformistas que se
autodenominan libertarias), en el mes de junio en San Francisco, hasta la
también internacional "Reunión Libertaria" de Madrid (marzo, 2001),
se viene queriendo tejer una tela de araña que ponga cerco previo a la
Asociación Internacional de los Trabajadores (A.I.T.), la primera de las
Internacionales, creada en 1864, para su eventual asfixia o deglución
posteriores. Se trata de la operación reformista más amplia y ambiciosa que
jamás se haya visto por estos pagos.
Su capciosa consigna
es "unidad del movimiento libertario", o sea, la gran trampa, la gran
añagaza asistida de perifollos y maquillajes mediáticos, la gran patraña en
forma de cortina de humo destinada a encubrir la disolución de los principios
libertarios. Se trata, una vez más, de un esqueleto histórico que se repite:
los que, por sus conveniencias políticas, hacen, en determinados momentos,
bandera de la "unidad", son siempre, precisamente, aquellos que, en
su día, la rompieron. Así, la SAC, en 1957, con relación a la AIT; la
CGT-España, en 1980 y en 1984, con relación a la CNT; la CNT-Vignoles
(Francia), expulsada de la AIT en 1996, después de cuatro años de traiciones
orgánicas a la Internacional; la USI-Roma, en 1995, con relación a la
USI-AIT...Y la gran excusa para reclamar esa "unidad" es, justamente,
la que no tuvieron en cuenta para destruirla: "el enemigo es otro, el
capitalismo globalizador nos atenaza, venga, sal ya a la calle, no te pongas ni
la chaqueta y no preguntes más...". Hasta los menos avisados saben de qué
va la cosa.
Se trata de una vieja trampa sociológica consistente en
disfrazar situaciones, que, por sus componentes de visceralidad, pongan,
automáticamente, en movimiento el mecanismo psicológico cuya función es
impedir, compulsivamente, toda acción consciente y deliberada. Estos
peticionarios de la "unidad", en virtud de "la urgente necesidad
que nos acosa", no pensaron -es el caso de la CGT- si esa necesidad no era
urgente para la clase obrera española en 1980, cuando, presentándose como
"puros sindicalistas" frente a lo que ellos llamaban CNT-FAI, bebían
en los cuencos de las manos de Martín Villa, el ministro fascista de la UCD.
¿No era necesidad urgente el que se estuviera cociendo entonces la conspiración
militar que estallaría, un año más tarde, en el 23-F? ¿Quién, en aquellos
graves momentos, rompió la unidad de la CNT, debilitándola y privándola de una
fuerza que, con urgencia, necesitaba para oponerse con éxito a la política
antiobrera y procapitalista, que, por un decenio, se derivaría de los Pactos de
la Moncloa? ¿Quién maniató, con ello, a la CNT que, entonces, era la única
organización que podía impedirlo? ¿Quién se garantizó la cobertura y el favor
de Martín Villa y congéneres, asegurándose, así, su piratería sin trabas en
todas las oficinas de los IMACs, tras prometer suscribir las elecciones
sindicales, que constituyeron el gran y mortal parto de aquella incalificable
traición antiobrera? ¿No supuso todo ello el afianzamiento de una transición que,
a las claras, representaba un continuismo del régimen fascista? (¿o acaso son
tan torpes para no ver que estos lodos de hoy vinieron de aquellos polvos de
ayer?).
¿Todo eso no eran razones suficientes y graves para mantener
la unidad? Y, cuando los socialistas subieron al poder en su aventura de
"más de lo mismo", ¿no movieron los escisionistas,
los"paralelos" (así llamados por su apandador mimetismo paralelizante
de modelos originales), también entonces y muy rápidamente, los resortes
oportunos para garantizarse el favor sin límites del Subsecretario de Trabajo
Segismundo Crespo, a fin de continuar el expolio de la CNT y de seguir
manteniéndola aherrojada y en el ostracismo? ¿De qué unidad nos hablan esos
profesionales del reformismo? Está muy claro que de la CNT no les interesa ni
las ideas ni la historia, como no sea para servirles de máscara. Sólo les
interesan las letras, la C, la N y la T, los patrimonios y la confluencia de
colores para explotarlos en Internet hasta el paroxismo, no como base de razonamiento
(les está prohibido profundizar), sino como imagen para el espectáculo; no con
la misión de ilustrar y clarificar, sino como instrumento de obnubilación de
las mentes.
¡Unidad del
movimiento libertario! ¿Qué es?, ¿un frente, una federación, una alianza, una
coordinación?. ¿De quién, de quiénes? ¿Qué sería lo que haría libertaria a tal
coyunda?, ¿la superación final del Estado y la política?. Eso lo postulan
también los marxistas y los comunistas, incluido Lenin. ¿Acaso el
anticapitalismo? Idem de idem. Entonces, ¿será la lucha contra el estado y la
Patronal desde ya mismo? Bueno...sí...pero, sabes...hay estrategias... por
ejemplo, los Comités de Empresa, estructuras cooperativas, elecciones
sindicales, subvenciones del Estado, funcionarios sindicales liberados del
trabajo, sindicatos de policías que comparten local y anagrama con
organizaciones "libertarias", que también albergan represivos
funcionarios de prisiones, guardias de seguridad armados o estructuras
conjuntas con partidos políticos; que intervienen en las elecciones municipales
del sistema capitalista al grito de "¡gestionemos el municipio!"... y
patatín, patatán, patatán, patatín...
Y a todo eso lo
llaman "revolución gradual", o sea, revolución por grados. Es decir,
irse metiendo en los gobiernos, pero sólo para hacerse con la técnica
de...gobernar. "Eso sí ¡desde abajo!, oiga, no vaya usted a
creer...". Siempre creímos que a eso se lo llamaba, en el mejor de los
casos, "evolución reformista" y, a la postre, integración en el
sistema...Pero... claro "¡con la sana intención de transformarlo desde
dentro!". Es decir, que de lo que se trata es de volver el tiempo atrás y
partir, otra vez, de la conspiración marxiana de 1872, culminada en 1889 con la
creación de la II Internacional...Pero todo, naturalmente, envuelto en
retóricas fraseologías que no resisten el más mínimo análisis crítico, y, por
eso, "¡nada de hablar, de plantear, de confrontar, de definir!, ¡nada,
nada de eso!, ¡práctica y práctica!. Porque, sabes, el anarcosindicalismo es práctica".
O sea, que, si vendiendo chupachups conseguimos atraer a mucha gente, pues ¡ea,
chupachups! ¿Qué tremenda mistificación! Claro que el anarcosindicalismo es
práctica, pero con ideas, y sabiendo de la acción el cómo, el porqué y el
adónde. Justificar la práctica por la práctica es insultar la inteligencia de
la gente, tenernos por disminuidos mentales, pensar que no somos capaces de
distinguir entre el puro activismo y la acción consciente...
Pues bien, todo eso
es lo que están armando, y, como resulta muy evidentemente contradictorio
tratar de atraer prosélitos en nombre de la unidad y, simultáneamente, estar
conspirando contra la unidad de la AIT, pues, entonces, entonan, con cara de
circunstancias: "No, no es una Internacional, es..." ¿A quién está
esta gente llamando tontos de baba? Ahí están San Francisco, Roma, Málaga,
París, Madrid, Gotemburgo, de nuevo París (¿de dónde sale tanto dinero para
tanta movida?)...Esa es la "Internacional paralela", la denunciada
ante la opinión internacional en los Congresos XXI, XXII y XXIII de la AIT y a
la que el anarcosindicalismo sigue y seguirá denunciando y combatiendo.
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