PSA Peugeot planea el cierre de
la planta de Madrid con 2.300 empleados en riesgo
PSA Peugeot Citroën está inmerso
en un plan intensivo de ahorro de costes a nivel mundial que podría llevar al
cierre de la planta que el grupo francés de automóviles tiene en el barrio de
Villaverde, en Madrid. La intención de la multinacional gala ya ha sido
transmitida al Ministerio de Industria, que está preocupado por el futuro de
los 2.300 trabajadores de esta factoría.
Fuentes del sector aseguran que
esta decisión se enmarca en el plan de reestructuración que PSA Peugeot Citroën
está llevando a cabo en todo el mundo y que ha supuesto incluso trasladar la
sede central de París a las afueras de la capital gala para rebajar los costes
inmobiliarios.
Aunque la decisión no ha sido
comunicada oficialmente a los empleados, fuentes sindicales llevan tiempo
temiéndose lo peor porque el fabricante de coches francés ya ha aplicado varios
expedientes de regulación de empleo (ERE) en los dos últimos años. El primero
fue en 2014, cuando la compañía mandó a casa de forma temporal a unos 1.600
trabajadores. Este año anunció otro con carácter extintivo para 350 personas.
Estos planes de ajuste se han
producido al tiempo que PSA Peugeot Citroën ha agrupado las tres fábricas que
tiene en la Península Ibérica (Vigo, Madrid y Mangualde, en Portugal) bajo el
mando del actual director de la factoría gallega, Yann Martin, con el objetivo
de abaratar costes y aprovechar sinergias. Mientras que la Villaverde fabrica
90.000 vehículos al año (sólo se monta el modelo Cactus), de la planta de las
Rias Baixas salen 450.000 unidades.
Otras fuentes indican que a parte
de los 2.300 trabajadores de Madrid se les ofrecerá incorporarse a Vigo ya que
la estrategia de centralizar toda la producción en Galicia responde a una orden
impuesta desde la sede de París de reducir costes a toda velocidad. Una línea
de actuación con la que el grupo ha conseguido abaratar en 720 euros el precio
medio de fabricación de sus coches, lo que le permitió en 2014 volver a los beneficios
tras tres años consecutivos de pérdidas. Según fuentes sindicales, la dirección
de PSA necesita disminuir en 200 euros el coste de fabricación de cada vehículo
que se ensambla en Madrid, y que actualmente ronda los 1.500 euros, sin incluir
las piezas del coche.
La competencia de Marruecos
Entre las medidas adoptadas a
nivel mundial, Peugeot, el segundo mayor fabricante de Europa por detrás de
Renault, vendió su división de scooters, cerró alguna planta, ajustó su
presencia en Rusia y Latinoamérica y acordó con los sindicatos de Francia
congelar los salarios y elevar el número de horas trabajadas a cambio de
mantener las factorías en pie tan sólo hasta 2016.
La empresa francesa, que en
febrero de 2014 tuvo que ser rescatada por el Estado y por el grupo chino
Dongfeng con una inyección de capital de 3.000 millones de euros –ambos
compraron el 14% del capital cada uno–, acaba de anunciar la construcción de
una planta en Marruecos para fabricar coches para el mercado de África y de
Oriente Medio. Según fuentes oficiales, los modelos que se ensamblarán en
Kenitra serían el Peugeot 301 y el Citroën Elysée, que actualmente se montan en
Vigo. Toda una amenaza para la central gallega.
Fuentes oficiales de la compañía
han declinado hacer ningún comentario sobre esta información.
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