El próximo 24 de mayo, No votes.
Organízate y lucha
¿Con que argumentos te piden los
partidos políticos que les votes?.
•En primer lugar, necesitan tu
voto para desarrollar su programa electoral, como si fuera un contrato con los
electores que lo firman con su voto. Ya se sabe, quien firma, pierde.
Especialmente en este caso, pues no se trata de un contrato, sino de un cheque
en blanco. Hay dos tipos de programa electoral; el partido en el gobierno
promete cosas que no ha hecho; los de la oposición prometen cosas que no saben
si pueden hacer. En realidad, nada de nada, porque los programas políticos sólo
están hechos para atraer al elector, como la zanahoria colgando del palo con la
que se hace andar al borrico.
•Un segundo argumento para pedir
el voto es responsabilizarnos de lo que pueda pasar si nos abstenemos. En la
antigua Grecia llamaban idiota (del griego idios, privado, uno mismo) al
ciudadano egoísta que no se preocupaba de los asuntos públicos. Pero es
precisamente al votar cuando te desentiendes de los asuntos públicos al
ponerlos en manos de una élite que no rinde cuentas, en muchos casos ni ante
Hacienda. Vota, idiota.
•El tercer argumento es el miedo,
asustar al electorado con la llegada de los enemigos políticos. ¿Qué prefieres,
arsénico, o estricnina?. Optar por el mal menor es optar por el mal. Si la
democracia la tienen secuestrada los partidos políticos, que designan los
candidatos a dedo y los presentan en listas cerradas donde el único criterio es
el amiguismo, con estos malos amigos ¿qué más enemigos políticos quieres?
•Y eso nos lleva al cuarto y más
reciente argumento, la necesidad de regenerar la política desde dentro. Desde
dentro ellos, los “mejor preparados”, pues al votante se le ofrece más de lo
mismo, quedarse fuera tras delegar en otros para resolver tus asuntos por ti.
Desde pequeños se nos educa en la delegación, mediante la religión que nos pone
en manos de dioses inexistentes, mediante la educación patriarcal que nos
inculca el respeto a la autoridad, y mediante la propaganda de los medios de
comunicación que nos hace creer que no somos válidos para resolver nuestros
asuntos, pues son tan complicados que solo los comprenden los “mejor
preparados”. Y por eso saltan a la palestra eruditos de la política y caras
nuevas cuyo único mérito es no haberse corrompido aún, y que atesoran un
sinnúmero de recetas de alta cocina política; crear círculos participativos
teledirigidos por una cúpula endogámica, tocar el IVA por aquí y por allí para
que pagues menos por el transporte pero más por el pan y la leche, apelar al
patriotismo y la decencia y, en definitiva, desmovilizar a los descontentos.
¿Para qué movilizarse, pudiendo votar y esperar sentados a ver por donde sale
esto?. De ilusión también se vive, y así llevamos desde 1978, esperando como
unos ilusos mientras el paro, la precariedad, la carestía de la vida y la
estafa inmobiliaria en el acceso a la vivienda se empecinan en demostrarnos que
la política no nos resuelve nada.
¿Porque debemos abstenernos?
Porque no podemos esperar más a
que nos arreglen la vida. La situación social de los trabajadores es
inaguantable en el mundo entero. El paro, el crimen y la guerra imperan,
mientras los políticas siguen vendiendo la moto del desarrollo económico, es
decir, aumentar la explotación del medio ambiente hasta que todos seamos ricos,
y por eso mismo prohíben tocar la riqueza acumulada ante nuestras narices por
los poderosos.
Ni la hipocresía de la izquierda
ni el cinismo de la derecha deben engatusarnos. Los términos izquierda y
derecha provienen del parlamento, y por tanto forman parte del mismo tinglado,
el tinglado que debemos desmontar, pues forma parte del problema, no de
solución. la única solución para construir una sociedad social y ecológicamente
viable es el reparto del empleo y de la riqueza, y la forma de conseguirlo no
es ningún secreto.
Todo el mundo sabe que si no abordas los problemas, los problemas te
abordan a ti. Sólo la auto-organización y la lucha diaria sin líderes ni
jerarquías nos permite construir espacios de libertad. En palabras de Durruti,
el que se quede en su casa y no vaya a votar, no será mejor que el que vote y
después se vaya a su casa. Lo importante es actuar, y el movimiento se
demuestra andando. Por eso hay que movilizarse antes, durante y después de las elecciones.
La abstención activa es la única respuesta, y consiste en no votar y en algo
más; UNIÓN, ACCIÓN, AUTOGESTIÓN.
Fuente: https://cnthuelva.wordpress.com/2015/05/11/el-proximo-24-de-mayo-no-votes-organizate-y-lucha/
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