Cada prisión es igual, y cada prisión es diferente. Cada prisión tiene su propio mitología (piensen en Alcatráz, Sing Sing, Ática), su propio ritmo –– duro, suave, firme, relajado, severo o super max. Y cada prisión se administra por un sistema de clase, es decir, por la manera en que las cortes o administradores han clasificado un delito, según los intereses amenazados por él.
Por ejemplo, en el área de aislamiento (el hueco) de cada prisión del estado, encuentras el corredor de la muerte, donde los hombres y mujeres con las peores sentencias viven las vidas menos contenciosas. Si tienen el dinero (o en realidad, si sus familias lo tienen), tal vez pueden tener un televisor, un radio, u otras cosas ––pero sólo si pueden pagar. Algunos presos trabajan en la prisión por el magnífico sueldo de $35 o $50 dólares al mes. Sí. Al mes. En estos lugares es difícil pensar en cualquier cosa que no sea la máxima condena ––la muerte–– y en vista de esta inmensidad, cualquier comodidad parece insignificante.
Sin embargo, el corredor de la muerte es una clase en un sistema de clasificación, y más allá de ésta existe un abismo de categorías que son tan enloquecedoras como rutinarias. Se conocen, por sus siglas en inglés, como AC (Detención Administrativa), DC (Custodia Disciplinaria), o PC (Prisión Preventiva), entre otras. Todas se refieren a un estado de encerramiento especial, todas tienen distintas reglas con respecto a lo que se permite o no se permite, y todas tienen varios niveles de represión.
Los libros más reconocidos sobre la historia de Estados Unidos hablan de un país sin clases. Dicen que las rígidas distinciones de clase son más bien una cosa inglesa o europea. ¿Entonces cómo es posible que una nación que presume de ser una sociedad sin clases haya fundado instituciones tan plagadas con diferenciaciones de clase?
A decir verdad, Estados Unidos nunca ha sido una sociedad sin clases. Y además de tener clases muy rígidas desde el principio, tuvo (y tiene) un sistema de casta más rígida que la piedra. Millones de negros viven en una casta, como Michelle Alexander ha señalado en su excelente obra, El Nuevo Jim Crow.
La adinerada clase dominante construyó prisiones y cortes para protegerse y proteger su riqueza ante los reclamos de las masas. También construyó la ilusión ideológica de un país sin clases, la cual se difunde hasta la fecha en sus medios de comunicación. Rebuznaron sobre la libertad, mientras construyeron un complejo carcelario industrial ––el complejo carcelario más masivo jamás visto en el planeta.
Construyeron una nación carcelaria.
Desde el corredor de la muerte soy Mumia Abu-Jamal
(c) '11 maj
17 diciembre 2011
Audio grabado en voz de Marc Lamont Hill por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de Mumia, México
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Desde el 12 de diciembre, Mumia Abu-Jamal ha estado en Detención Administrativa en la prisión Mahanoy en Frackville PA. Las restricciones son severas. No ha podido comunicarse con nadie por teléfono y por eso Prison Radio no puede grabar sus ensayos en su propia voz. Aunque técnicamente no está en el corredor de la muerte, Mumia sigue en aislamiento. Durante sus primeros días en Frackville, le permitieron tener ocho hojas de papel y una pluma de goma. Ahora tiene acceso a cuatro libros y más hojas. Sus visitas (pocas y cortas) todavía se realizan a través de un plexiglás, sin contacto físico. Está encadenado con grilletes en las manos y los pies durante las visitas.
Recordemos que en la prisión Greene, donde Mumia estuvo encerrado en el corredor de la muerte, los oficiales abandonaron la práctica de encadenar a los presos durante sus visitas después de que el ex arzobispo Desmond Tutu puso el grito en el cielo al encontrar a Mumia en grilletes durante su visita con él en octubre de 2007.
En otras palabras, en varios aspectos la vida diaria de Mumia ahora es igual o peor que antes. Se supone que estas condiciones deben cambiar cuando lo trasladen a Población General, pero no podemos contar con esto.
Por otro lado, a pesar de que la Suprema Corte de Estados Unidos ha declarado inconstitucional la pena de muerte en el caso de Mumia, podemos contar con la Orden Fraternal de Policía y la Fiscalía de Filadelfia para hacer todo lo posible para silenciarlo. Expresaron su odio para él públicamente en su mitin anti-Mumia el 8 de diciembre en el Keswick Theatre. Todavía lo quieren muerto. Si esta pandilla no ordena un atentado contra Mumia dentro de la prisión, lo menos que van a hacer (y seguramente lo están haciendo ahora mismo) es presionar a las autoridades carcelarias para hacer su vida un infierno e impedir que él siga luchando a través de sus escritos. Quieren su silencio.
Mientras seguimos exigiendo la libertad inmediata de Mumia, hay cosas que podemos hacer con respecto a su situación actual. Ramona África pide que le enviemos tarjetas a él y que llamemos al Director de la prisión John Kerestes o a la Sub-Directora Bernadette Masan (570 773-2158) para dejarles saber que estamos viendo por su seguridad y bienestar en prisión. Su nueva dirección es:
Mumia Abu-Jamal, #AM8335
SCI Mahanoy
301 Morea Road
Frackville, PA 17932
Con los mejores deseos para un año de rebelión revolucionaria en el mundo entero,
Amig@s de Mumia de México
fuente: http://www.lahaine.org/index.php?p=58527
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