La llegada de los líderes de los regímenes europeos a Bélgica coincidió con la primera huelga general que enfrenta ese país en dos décadas
Los mandatarios arribaron a Bruselas, capital del país, para asistir a la decimoséptima cumbre regional en los últimos dos años, con el objetivo de buscar una solución a la crisis fiscal y económica en la zona.
La actividad paralizó varias zonas del país. La red ferroviaria al completo quedó cerrada, los autobuses y los tranvías sufrieron restricciones, muchos colegios y tiendas cerraron y la producción en las plantas de Coca Cola , Agfa Gevaert o las automovilísticas Audi y Volvo también se vio interrumpida.
El aeropuerto de Charleroi, de donde parte Ryanair y otras aerolíneas de bajo coste, se vio forzado a cancelar todos los vuelos ante los planes sindicales de bloquear el acceso por carretera.
Los trenes internacionales de gran velocidad, como el Eurostar desde Londres y el Thalys desde París, no salían o entraban en el país desde el domingo por la noche.
En el puerto de Amberes, el segundo más concurrido de Europa, todas las terminales de carga estaban cerradas, y el tráfico naviero sufría retrasos debido a los servicios portuarios suspendidos.
El atasco en las autopistas era menor del habitual, según el organismo de tráfico Touring-Mobilis, indicando que la gente que había decidido trabajar había salido antes, compartido coches o trabajado desde casa.
El paro coincide con la decimoséptima cumbre de la Unión Europea en dos años, mientras el bloque lucha para resolver sus problemas de deuda. Los líderes de la UE firmarán un fondo de rescate permanente para la eurozona y se espera que acuerden una norma de equilibrio presupuestario en la legislación nacional.
Los líderes sindicales se reunieron frente al lugar de celebración de la cumbre, donde instaron a la UE a emitir eurobonos conjuntos para suavizar los intereses que deben pagar los países más débiles y dijeron que los ricos deben asumir más carga en las medidas de austeridad.
“Europa debe ofrecer eurobonos, debe ayudar a los huelguistas que han rescatado bancos y debe dar pasos para el crecimiento a largo plazo”, dijo Rudy de Leeuw, presidente del sindicado ABVV.
Los sindicatos han convocado la huelga general, la primera del país desde 1993, por los planes gubernamentales para retrasar la edad de jubilación y otras medidas destinadas a ahorrar 11.300 millones de euros.
Bélgica ha prometido reducir el déficit público por debajo del límite de la UE del 3 por ciento del PIB este año para evitar una multa de la UE y para asegurar a los inversores que tiene sus finanzas bajo control.
El Gobierno sabe que el crecimiento este año estará por debajo del 0,8 por ciento asumido por el borrador presupuestario de diciembre. Un probable estancamiento o contracción forzaría a buscar más ajustes cuando revise el presupuesto el mes próximo.
Los economistas estiman que habrá de encontrar entre 1.500 millones y 2.000 millones de euros más.
fuente: http://www.lahaine.org/index.php?p=59108
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