miércoles, 4 de enero de 2012
LA ANARQUIA AL ALCANCE DE TODOS por Federico Urales 1ª parte de 4
Capitulo I. En la serie de capítulos que este inaugura nos proponemos explicar, con frase corriente y concepto claro, el funcionamiento de una sociedad sin gobernantes ni propietarios.
Consideramos necesario, ya que no ha llegado el momento, porque estos momentos llegan siempre, de reconstituir y exponer el pensamiento libertario en su oposición a la actual manera de vida y en su razón y bondad.
Y para ser más comprensivos, particularmente para aquellas personas que por primera vez lean una exposición de nuestros principios, los iremos exponiendo de lo simple a lo compuesto, usando, siempre, un lenguaje que este al alcance de toda condición de lectores.
Primero pondremos de manifiesto los defectos y las injusticias de la sociedad presente y luego levantaremos ante quien nos oyera una visión de la sociedad por nosotros vislumbrada para que si tanto fuere nuestro acierto y nuestra influencia, sirviese de tanteo en estos albores de la revolución social.
Cualquiera que sea el concepto que sobre la idealidad anarquista tenga el lector, el que la va a exponer le ruega que no deje de leerla con buena voluntad y que si luego de leída le quedare alguna duda sobre su practica o su justicia, la exponga en una cuartilla prometiéndole que le será publicada y desvanecida además.
¿ Que es la anarquía? Adelantaremos que es el mas bello y mejor pensamiento que han tenido todas las criaturas, solo en el anarquismo es posible y cuantas dificultades ha tenido, en la practica, la mejor y mas bella intención de nuestra vida, han surgido de una sociedad antianarquista; esto es, de una sociedad constituida sobre la preocupación religiosa, la tiranía política y la desigualdad económica.
Es una falta de medios materiales o de sobra de autoridad o de temores divinos lo que se ha opuesto a la realización de nuestras bellas y buenas intenciones.
Pero no basta decir que anarquía es una sociedad sin gobierno, precisa demostrar que tal sociedad es posible. Yo quisiera que cuantos me leen pensaran en que asunto de su vida ha intervenido el gobierno, por si o por delegación, que haya resultado en bien suyo o de algunas de sus relaciones.
Yo quisiera se me demostrase cuando ha intervenido la autoridad para imponer justicia donde no la hubiere.
Yo quisiera que mis lectores recorrieran con la imaginación, los actos y los momentos de su vida y me dijeran cuando el temor a la autoridad les ha obligado a cumplir con su deber o bien realizar un acto que hayan estimado justo.
La conclusión será que el temor a la autoridad o a la intervención del gobierno en los actos de nuestra vida, no la ha mejorado moralmente.
Ahora, recuerda, lector, tu existencia a la inversa, piensa en las malas intenciones que la conducta de los gobernantes han hecho brota de tu cerebro; piensa en las malas acciones que las injusticias de la justicia te obligaron a realizar, y te convencerás de que la intervención del gobierno, con todos sus resortes, ha influido para mal y no para bien en tu vida.
¿ A que, pues, sostener una organización autoritaria que no tiene, en nuestros actos, ninguna influencia bienhechora?.
Supongamos que de repente han desaparecido del mundo los gobiernos y autoridades. ¿Creéis que en la humanidad caería en el caos del crimen y del desorden? No, porque los gobiernos y sus auxiliares, no solo no impiden los crímenes y los desordenes, sino que ellos derivan de ese sistema social que hace necesaria la autoridad para sostener la injusticia.
Si mañana se dijera: de aquí en adelante a nadie le faltaran elementos de vida ni albergue; trabajando todo el mundo podrá comer y vestir, pero no se dispondrá de gobierno ni de autoridades que os administren o dirijan. ¿Creéis que no se viviría mejor que ahora? ¿Creéis que se acometerían más crímenes?.
Al contrario, viviríamos tranquilos y seguros, no habiendo quien tuviera la misión de desgobernarnos y perturbarnos.¿ Que falta, pues, harían los gobiernos en una sociedad en la que todos los hombres tuvieran la vida asegurada y el mismo derecho a ella?.
Ninguna.
Analizad, lectores, la causa de los crímenes que hayáis visto o bien oído contar. O se tratara de una injusticia del rico contra el pobre, del fuerte contra el débil, injusticia que la justicia no ha sabido o no ha querido evitar, o es una cuestión de intereses, de diferencias sociales que no habrían de existir en una sociedad igualitaria.
En muchos pueblos no hay más que alcalde y juez municipal, y cuando el juez y el alcalde no se meten a caciquear, para nada útil y bueno se les necesita como tales autoridades. Son precisamente ellos los que perturban la tranquilidad del vecindario estableciendo injustos repartos de recargos públicos y contribuciones que han de servir para sostener un Estado que te pide dinero o hijos y algunas veces hijos y dinero, sin que a cambio de tu sangre, te proporcione ningún beneficio.
De los que acuden a los tribunales para sostener algún derecho puesto en litigio, ¿Cuántos salen satisfechos del pleito? Nadie. El que ha perdido porque no ha ganado, y el que ha ganado porque la llamada justicia se quedo con todo.
Acordaos de los motivos de vuestro malhumor, cuando lo sufrís o de vuestras querellas familiares, cuando las tenéis.
Siempre obedecerán a haber sido despedidos del taller, a falta de dinero con que afrontar una necesidad o curaros algún dolor; al poco cariño que os rodea si tenéis intereses que testar. Es decir, el motivo de vuestros disgustos o de vuestras querellas será siempre de orden económico.
Ya dice un refrán castellano que donde no hay harina todo es mohína. Lo que equivale a decir que donde no existen preocupaciones económicas se puede vivir relativamente feliz.
A los partidarios de la autoridad les ocurre lo que a los católicos. Creen que todo el mundo sustenta su religión y que las demás son obra de media docena de herejes. Tal opina la mayoría católica, a pesar de que el catolicismo es una minoría aun dentro del cristianismo.
Con la autoridad pasa otro tanto. Los partidarios del gobierno creen que el mundo no podría vivir sin autoridades y que los anarquistas somos media docena de locos, cuando no de criminales, como eran, para los gentiles, los primeros cristianos. No obstante, son muchos millones de seres humanos que viven sin gobierno propiamente dicho. Los habitantes del centro de África, los habitantes del centro de la India, los habitantes del centro de la China, los habitantes del centro de América. Es decir, toda la parte del mundo que no esta dominada por gente extraña ni por esta civilización que solo manifiesta sus adelantos en maquinas de guerra y en el modo de robar al prójimo.
Se dirá que en los países que viven las libertades naturales se respeta la autoridad del jefe de familia o del jefe de la tribu, conjunto de familias o conjunto de una muy numerosa. Pero una cosa es la autoridad paternal o pratiarcal que aconseja y dirige amorosamente y otra es la autoridad que reprime, persigue y mata.
Capitulo II. Ya hemos dicho que las diversas opiniones que hacen necesaria la intervención de la autoridad nacen de la diversidad de intereses y de privilegios. Si el interés de uno fuese el de todos, ¿a santo de que la existencia de unas autoridades que te obligaran a servir conveniencias que no fuesen tuyas?.
Mientras el interés de uno fue el de todos, no hubo necesidad de autoridades coercitivas. No la hay aun donde el ganado y la tierra es de la familia o de la tribu. La autoridad nació cuando uno quiso para si lo que necesitaban otros y cuando hubo quien, a cambio de parte de lo robado, hacia leyes, considerandos y sermones, o perseguía, armado, a los despojados sin armas.
Quizá algún lector diga que el que tiene más talento y cultura justo es que ilustre y dirija a los otros.
Cuando la observación es bien intencionada, basta decir, que la inteligencia, como la tierra, cuando se cultiva por igual, por igual produce, sometiéndola, naturalmente, a una producción adecuada a sus condiciones.
Unas tienen sobra de arcilla, otras, sobra de arena, cal o yeso, pero todas se pueden aprovechar y hacer buenas para algún cultivo necesario a la vida.
En las inteligencias ocurre lo propio. Si queremos que todas sirvan para una misma finalidad, naturalmente unas producirán mas que otras, pero si las damos aplicación distinta y apropiada, todas
SEGUIRA EN LA 2ª PARTE MAÑANA DIA 5 DE ENERO
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