El Golfo de Cádiz está considerado como zona de «alto riesgo» de sufrir maremotos Desde la provincia se coordinará el primer sistema de detección del país.
Un 1 de noviembre como hoy (también sábado), pero de 1755, un maremoto arrasaba el Golfo de Cádiz con olas de 10 metros de altura provocadas por uno de los movimientos de tierra más devastadores que ha conocido Europa, el terremoto de Lisboa, que derruyó casi en su totalidad la capital portuguesa. En la provincia de Cádiz acabó con la vida de hasta 270 personas, quedando aquel suceso en la memoria colectiva de los gaditanos. A pesar de su nombre, el terremoto de Lisboa tuvo lugar en un punto indeterminado al sur de la barbilla de Portugal, en el Cabo de San Vicente, por donde discurre la falla que separa las placas tectónicas Eurásica y Africana, que se extiende hacia el Mediterráneo. Esta falla convierte la zona del Estrecho en uno de los puntos calientes de la actividad sísmica de Europa. Posible, pero improbablePero, ¿es posible que se repita un terremoto como el de 1755 en esta zona? Cuando se cumplen 253 de aquel terremoto, la amenaza ante un nuevo temblor de las mismas características no ha desaparecido. De hecho, desde aquel 1755, el Estrecho ha sido testigo de miles de terremotos de diferentes magnitudes. Algunas, capaces de repetir maremotos, aunque no con la suficiente entidad. El último de ellos ocurrió en febrero de 2007, cuando la tensión volvió a romperse en el fondo del Cabo de San Vicente (muy cerca de donde se estima estuvo el epicentro del terremoto de Lisboa) con una intensidad de 6 grados en la escala Richter, el suficiente para generar un pequeño maremoto que, por fortuna, no pasó más allá de en un sencillo susto al llegar a la costa de Huelva. «Posible, aunque improbable», el riesgo sigue ahí, ya que la provincia se sitúa en medio «de una zona de alto riesgo», según lo considera Mauricio González, uno de los expertos en sismografía de la Universidad de Cantabria que desde hace dos años participan en un programa de estudio de tsunamis a nivel europeo en el que Cádiz y la falla del Estrecho se han convertido en un modelo a estudiar. Objeto de estudioEl programa está financiado por la Unión Europea, y en él participan una treintena de grupos de investigación de diferentes paises. Se puede considerar como uno de los primeros estudios integrales sobre la generación y comportamiento de estas olas gigantes en Europa, y un primer paso antes de la instalación del sistema de alertas a nivel europeo que la Unesco ha comenzado a gestar.El proyecto, que se denomina Transfer, creará un mapa de inundaciones en el litoral gaditano, a través de simulaciones matemáticas y por ordenador que permitirán determinar, no sólo la probabilidad de maremotos en este territorio, sino también realizar predicciones de tsunamis en el instante de producirse un terremoto. Un sistema de detecciónNo es el único proyecto relacionado con los maremotos en el que la provincia de Cádiz aparece en escena. De hecho, de la Bahía parte una de las primeras iniciativas en detección de tsunamis que se tomarán en España y que podrían estar listas antes de que finalice el año.Se trata de una red de sismógrafos de fondo oceánico (OBS), cuya instalación y coordinación dependerá del Real Observatorio de la Armada de San Fernando y que permitirá no sólo detectar la generación de terremotos bajo el mar, sino además, predecir si estos temblores podrían generar un maremoto. El proyecto nació en octubre de 2006, siguiendo el precedente del Instituto Geológico de Cataluña, que ya posee un sismógrafo oceánico (OBS) similar ante las costas de Tarragona. Sin embargo, la iniciativa del Real Observatorio tiene un objetivo más ambicioso ya que además de la colocación de detectores de temblores, se prevé construir toda una plataforma de medición marina en el fondo del mar, y extender una red de aparatos sismógrafos desde el Cabo de San Vicente hasta el Mediterráneo.La red de detectores se sumará a la que el Observatorio de la Armada ya cuenta en tierra, recorriendo en este caso la línea que forma la falla Eurasiática- Africana, donde un terremoto, como se ha visto, tiene una incidencia directa sobre la provincia gaditana. La plataforma marina, sin embargo, estará fija junto a la isla de Alborán, en el Mediterráneo, y estará compuesta por un sismógrafo enterrado que se completará con sensores de corrientes y de presión, encargados de captar los cambios inmediatos que el temblor genera en el mar y que son indicativos de un posible tsunami. Un protocolo por crear¿Estará la costa gaditana más segura a partir de entonces? «Por desgracia no», confirma Mauricio González, ya que estudios, proyectos y sistemas de detección siguen en España sin una organización por parte del Gobierno que, una vez que se establezca la alarma, ésta llegue hasta los ciudadanos. Este siguiente paso, basado en crear un protocolo de actuación en caso de emergencias fue iniciado hace también dos años, en coordinación con el Instituto Geográfico y Protección civil, pero por ahora sigue paralizado.mgarcia@lavozdigital.es
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