El Ayuntamiento de Marbella (Málaga) quiere que sus policías locales, que tan mala fama cosecharon durante la época del Grupo Independiente Liberal (GIL), se sometan a controles para detectar el consumo de droga. La medida sería pionera, ya que hasta ahora no se practican este tipo de exámenes de forma genérica en ningún cuerpo policial. El Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil sólo hacen estos exámenes médicos cuando hay una investigación o un expediente disciplinario de por medio, o en los periodos de formación.
El policía intoxicado con éxtasis líquido tiene un expediente por falta muy grave
"Llevamos estudiándolo cerca de un año, estamos hablando con los sindicatos y sopesando la forma de hacerlo", asegura la concejal de Seguridad Ciudadana, María Francisca Caracuel (PP). El 90% de los mandos marbellíes se ha ofrecido a someterse a las pruebas de forma voluntaria, pero el Consistorio quiere que no sean "unos pocos, sino todos" quienes las hagan, por eso trabaja en la fórmula que lo haga posible. Para empezar someterán a los narcotest a los 30 policías locales en formación. Primero, durante el reconocimiento médico y de forma periódica en los nueve meses que dure la academia. "Es la primera vez que se va a hacer", precisa la edil.
La decisión se ha hecho más necesaria tras el encarcelamiento hace un mes de dos de sus policías por una investigación de tráfico de drogas y agresiones a dos prostitutas. El caso ha terminado salpicando a otros cuatro agentes más, acusados de consentir el menudeo en un club de alterne. Las testigos de la causa afirmaron en diversos medios que dos de los policías eran consumidores de cocaína e incluso se llegó a reconocer de forma oficiosa que se tenían sospechas sobre uno de ellos, pero no se habían podido confirmar. Los seis están en libertad, pero suspendidos de empleo y sueldo.
Un policía local que consuma drogas y sea detectado se enfrenta a una sanción que puede acarrear hasta la expulsión. En esta tesitura se encuentra un policía local de Málaga que entró en coma en septiembre por una intoxicación con éxtasis líquido. El agente, todavía de baja, tiene abierto un expediente disciplinario por falta muy grave. Aunque todo depende de la instrucción, su castigo parte de una suspensión de tres a seis años de empleo y sueldo, y puede alcanzar la separación del servicio.
Los sindicatos policiales están a favor de los test antidroga siempre y cuando se hagan de forma voluntaria. "Con carácter preventivo no lo permitiríamos. Si fuera obligatorio chocaría contra el derecho a la libertad individual y la dignidad del individuo", comenta Francisco Corpas, secretario de la Unión de Policía Local y Bomberos (UPLB). "La ley de prevención de riesgos laborales establece como derecho de los trabajadores las revisiones médicas, pero en ningún caso lo hace obligatorio", añade.
En el Sindicato Independiente de Policía de Andalucía (SIP-AN) creen que sería una "muy buena medida" para lavar la imagen de la Policía Local. "A los pilotos se les hace cada tres meses y se ve como algo primordial, cuanto menos si llevas un arma", considera Eduardo Ruiz, secretario en Marbella del SIP-AN. Para que la lista de agentes que acudan a la prueba sea lo más larga posible, Ruiz ha propuesto a la concejal Caracuel que se les incentive económicamente por someterse al test.
Hasta ahora, los controles de droga se pueden hacer a los aspirantes a policía local durante su formación, pero no una vez que han recibido la placa. Algo similar ocurre con el Cuerpo Nacional de Policía. "En la academia se hace cada semana y de improviso. De los 20 o 40 que se expulsan muchos son por consumo de estupefacientes", explica Manuel Expósito, secretario del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Málaga.
Como policías nacionales, se les puede obligar si algún ciudadano les denuncia por consumo de estupefacientes o si otro policía eleva una información denunciando un mal comportamiento. "Partimos de la base de que el sistema funciona, así que por el momento no nos lo hemos planteado", dice Expósito.
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