Ciudad de México- Un grupo de comunistas cubanos, en su mayoría alejados de las posiciones importantes dentro del Gobierno de la isla, ha pedido a Raúl Castro «dejar atrás el fracasado sistema centrista, autoritario y estatista», como única forma de sacar al país de la «continuada crisis económica, política y social» en la que vive. En 13 «propuestas programáticas» reproducidas en la web www.kaosenlared.net, sus promotores afirman que «mayoritariamente los cubanos están frustrados, enajenados y desesperanzados» . «La disminución de la población -prosiguen-, su envejecimiento prematuro, la baja tasa de natalidad, la salida masiva del país de jóvenes por cualquier vía y la insatisfacción generalizada son consecuencias palpables de esa crisis», apuntan. Se trata de la primera vez en casi medio siglo que partidarios de la revolución cubana hacen formulaciones de tal naturaleza al margen de las estructuras oficiales. Entre los firmantes del documento, «en el que colaboramos un conjunto de compañeros preocupados por el futuro del socialismo en Cuba», según recoge la introducción, sólo se identifican a Félix Sautié, fundador del diario oficial «Juventud Rebelde», y al ex diplomático Pedro Campos. Las propuestas tratan de la sustitución de la propiedad estatal en la producción, los servicios y la comercialización, por el desarrollo de cooperativas, la autogestión empresarial y la creación de entidades cogestionadas por el Estado y los trabajadores. Los firmantes mantienen, además, que estas fórmulas podrían ser examinadas en el congreso del Partido Comunista, a finales de 2009. «Nada ha cambiado» En contra de lo que podría pensarse desde fuera de la isla, los cubanos mayoritariamente piensan que «poco» o «nada» ha cambiado desde que Raúl Castro asumió la primera magistratura el 24 de febrero, cinco días después de que su hermano Fidel renunciara por razones de salud a otra reelección presidencial. «Estamos dirigidos por líderes del siglo pasado, con una visión anciana del tiempo, de los riesgos, y eso puede ser sabio, pero también muy peligroso por la cantidad de insatisfacciones acumuladas», señala Jorge Pérez Díaz, de 63 años.
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