Los Ascaso, una familia campesina comprometida con el
anarcosindicalismo
A lo largo de los tiempos han sido millones de personas
anónimas quienes han construido silenciosamente la historia; a veces tenemos la
fortuna de habernos encontrado la mención en el relato histórico de algunos de
estos hombres y mujeres gracias al esfuerzo por rescatar las memorias
colectivas. Las biografías personales componen un todo más grande, nos ayudan a
tirar del hilo rojo con el que se teje la historia de los pueblos, de sus
maneras de sobrevivir, relacionarse, organizarse y resistir en la lucha contra
el autoritarismo. En este caso el personaje es colectivo, se trata de la
familia Ascaso, aunque destacando la figura de Francisco, militante destacado
del anarcosindicalismo español, que integró junto a Buenaventura Durruti y Juan
García Oliver el grupo de acción conocido como ‘Los Solidarios’.
Francisco Ascaso nació en 1901 en Almudévar, un pequeño
pueblo aragonés de la provincia de Huesca, en el seno de una familia campesina,
igualmente naturales de la misma comarca histórica, conocida como la Hoya de
Huesca. Fueron un total de diez hermanos, pero tan solo sobrevivieron cuatro;
entre los cuales Domingo y Alejandro, también estuvieron comprometidos con las
ideas anarcosindicalistas, al igual que su primo Joaquín Ascaso, Presidente del
Consejo Regional de Defensa de Aragón entre 1936-1937. Este también participó
de un grupo armado conocido como ‘Los Indomables’, contemporáneo a ‘Los
Solidarios’ que integró su primo Francisco. En mayo de 1936 había sido nombrado
representante del sindicato de Construcción de CNT en Zaragoza, durante la
guerra, y tras haber sido hecho preso por cuadros políticos marxistas, huye a
Francia por Andorra, y más tarde se estableció en Venezuela junto a otros
exiliados anarcosindicalistas. No tanta suerte tuvieron la madre de Francisco,
su hermana María, y su compañero el anarquista Luis Riera, además de Sol, la
hija en común de ambos, todo murieron en el exilio en los campos de
concentración franceses. Alejandro Ascaso se asentó en Costa Rica con una
identidad falsa, y Domingo fue asesinado por militantes marxistas en los
Sucesos de Mayo de 1937, defendiendo el edificio de la Telefónica en Barcelona.
Desde muy joven, Francisco Ascaso, comenzó a trabajar como
camarero y panadero, vinculándose temprano al sindicato CNT, y más concretamente
al grupo de acción de ‘Los Justicieros’. Entre los años 1920 y 1922 estuvo
preso en la cárcel de Predicadores en Zaragoza acusado de atentados y subvertir
el orden social. Se trasladó ese mismo año a Barcelona, y se unió a
Buenaventura Durruti y Juan García Oliver, formando el grupo ‘Los Solidarios’.
Fueron un grupo de acción integrado por anarcosindicalistas que se enfrentaban
a las violencias de los pistoleros pagados por los empresarios catalanes para
asesinar a sindicalistas obreros.
Crearon una red perfectamente organizada con depósitos de
armas para hacer frente a la represión patronal y del gobierno, y se
financiaban mediante el atraco a sedes bancarias como la del Banco de España en
Gijón en septiembre de 1923. Se les atribuyó a Francisco Ascaso y Rafael Torres
Escartín la ejecución del cardenal zaragozano Juan Soldevilla el 4 de junio de
1923 como venganza por el asesinato del anarcosindicalista Salvador Seguí.
Fueron detenidos más tarde por la Audiencia de Zaragoza, aunque Francisco
Ascaso logró fugarse de la prisión antes de ser juzgado.
Con el inicio de la Dictadura de Miguel Primo de Rivera en
septiembre de 1923, los tres amigos de ‘Los Solidarios’ decidieron huir a
Francia, para después pasar a América Latina, donde continuarían atracando
bancos y enviando dinero a la lucha contra la dictadura en España. Regresaron a
Europa y se establecieron clandestinamente en París, donde organizaron un
intento de atentado contra el rey Alfonso XIII durante una visita oficial a la
capital francesa en junio de 1926, suceso por el cual fueron expulsados a
Bélgica, donde se les permitió su residencia. Con el comienzo de la Segunda
República española en 1931 regresaron a Barcelona, donde se integraron en la
FAI con el nombre de ‘Nosotros’.
Francisco Ascaso participó activamente de las huelgas e
insurrecciones obreras durante el periodo republicano, en concreto tras la
rebelión en el Alto Llobregat fue detenido en 1932 y deportado a la isla
Fernando Poo en la colonia española de Guinea Ecuatorial; posteriormente
trasladado nuevamente a la Península, al penal del Puerto de Santa María. En
1933 fue puesto en libertad, y nuevamente detenido en Sevilla, sufriendo así
varios episodios represivos por parte de las autoridades republicanas. En 1934
fue nombrado secretario general del Comité regional de la CNT en Catalunya.
Durante el Golpe de Estado del 18 de julio de 1936,
Francisco Ascaso se encuentra en Barcelona, que vivió un estallido
revolucionario organizado por los obreros, primeramente defendiendo el
territorio de la amenaza fascista, y posteriormente tomando el control de la
ciudad. Ascaso participó del asalto al cuartel de Atarazanas junto a otros
compañeros de la CNT, sin embargo, será durante este suceso que recibirá un
balazo mortal en la frente, muriendo el 20 de julio de 1936.
Entre las columnas de las milicias populares que se
organizaron para liberar el territorio de Aragón, una de ellas llevó por nombre
‘Columna Ascaso’, y partió de Barcelona tan solo cinco días después de la
muerte de Francisco. Actualmente un memorial en el cementerio de Montjuïc,
junto a Durruti y Ferrer i Guardia, recuerda a este histórico luchador del
pueblo.
[Ensayo histórico] La bala y la palabra. Francisco Ascaso
(1901-1936)
Vida accidental de un
anarquista.
Luís Antonio Palacio Pilacés y Kike García Francés. Ed. La
Malatesta
Francisco Ascaso, sin ningún género de dudas, una de las más
renombradas, y, a la vez, menos conocidas figuras del universo libertario
ibérico.
La información sobre
su apasionante y desconocida vida siempre ha estado reducida a los escasos y
contradictorios datos que pueden entresacarse de las autobiografías raramente
objetivas de sus compañeros de militancia.
Entró en contacto con
el poderoso ideario ácrata en la ciudad de Zaragoza, donde fue encarcelado
injustamente durante dos años por el asesinato de un periodista en el que no
tuvo ninguna participación.
Una vez en libertad
se tomó la revancha cuando, ya formando en las filas de Los Solidarios, acabó
con la vida del cardenal Juan Soldevila, bastión de las posturas
ultraconservadoras en el seno de la Iglesia española.
Detenido al cabo de
pocos días se fugó de la cárcel y buscó refugio en Francia, país desde el que,
junto a Durruti y otros compañeros, atravesó el Atlántico para emprender un
increíble periplo que a través de media América les llevaría desde Cuba hasta
Argentina, actuando por un igual como agitadores de masas o como expropiadores
de bancos.
De vuelta a Francia,
un intento fallido para acabar con la vida de Alfonso XIII les llevó a dar con
sus huesos en Bruselas, deportados por las autoridades galas tras un tortuoso
proceso judicial que no pudo imponerse a una impresionante campaña
internacional de apoyo. Francisco regresó a la nueva España republicana
convertido en una figura política de primer orden y durante esos años compaginó
su trabajo en el grupo Nosotros con su cargo de secretario general del Comité
Regional de Cataluña de la CNT.
Su faceta pública
nunca le impulsó a renunciar a su papel como hombre de acción y no dudó en
implicarse a fondo en las insurrecciones de enero y diciembre de 1933. Las
autoridades no perdonaron su presente ni olvidaron su pasado, por lo que fue
víctima de torturas, cárcel y hasta deportación en las colonias africanas.
Murió el 20 de julio
de 1936 cuando luchaba al frente del pueblo en armas ante el cuartel de
Atarazanas, el último obstáculo que le separaba de la victoria y del inicio de
la Revolución por la que tanto había entregado desde su primera juventud. Este
trabajo, primera monografía extensa sobre la formidable aventura de su vida,
saca a la luz nuevos detalles en torno a su figura, resuelve algunas
contradicciones historiográficas y arroja luz sobre una personalidad digna del
mejor guión cinematrográfico.
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