FALSA REHABILITACION DE LA JUNTA EN CADIZ
Once años de hipoteca para acabar siendo propietario de una
casa inhabitable. Es la odisea por la que está pasando David González Caravaca,
un joven gaditano que adquirió un piso en el número 14 de la calle Obispo Félix
Soto. Este inmueble fue rehabilitado hace más de seis años con el programa de
Transformación de Infravivienda, es decir, mediante un convenio entre la Junta
de Andalucía y los titulares. Para ello el gobierno andaluz aportó 945.034
euros, mientras que 427.139 corrieron por parte de los propios vecinos.
Ya no quiero ese piso. ¿Quién va a querer vivir en una casa
que le ha dado once años de problemas? Ahora mismo estoy preso en algo que no
tengo ni quiero"
Los primeros inconvenientes fueron causados por los plazos,
ya que se retrasaron bastante en la entrega de llaves. “Cuando finalmente llega
este momento se me dice, a través de la comunidad, que hay un problemilla con
mi piso porque no estaba muy bien, que tenía algo de humedad y que querían
pintarla de nuevo. Cuando llego a la casa veo que las manchas no son las
normales de humedad, sino que se trata de manchas de filtraciones en paredes,
suelo e incluso desde los enchufes”, nos cuenta David. Frente a esta situación
se negó a aceptar las llaves, pero finalmente, bajo la presión de la comunidad
tuvo que acceder.
Esto ocurre hace, aproximadamente, cinco años. Entonces
decide comprar los muebles para el piso e irse a vivir allí. “Al segundo día de
estar allí tuve que irme de la casa corriendo a devolverlo todo porque el agua
me llegaba a los tobillos”, señala. Tras esto se desplazó a las oficinas de la
Junta de Andalucía para hacer entrega de la llave y notificar lo acaecido.
Desde la institución le dicen que mandarán a alguien para arreglarlo. “Mandaron
a alguien que lo que hizo fue pintar el suelo, como si no exitieran problemas
más importantes que solucionar”.
Frente a la negativa por parte de la Junta de hacer nada
más, David se ve obligado a contratar un abogado que, tras muchos intentos
fallidos de sentarse a negociar con la administración pública, le recomienda
hacer un peritaje de la vivienda para presentarlo. A los gastos del abogado se
suman también los de los servicios del perito. “Ante el informe tampoco me dan
respuesta y hace dos años decidimos poner una denuncia. A día de hoy no tenemos
nada en firme por su parte”, relata.
La última baza de González Caravaca hace apenas un mes ha
sido emplear sus ahorros en contratar a una empresa para conocer cuáles son los
problemas reales de la vivienda. “Estos profesionales han abierto los techos,
las paredes y el suelo para ver dónde caen las tuberías y conocer la
procedencia de las filtraciones. Al dejarlo todo al descubierto han comenzado a
aparecer vicios ocultos”. Entre estos defectos han descubierto un puntal
actuando como biga y soportando el peso de todo el techo de escayola de la
cocina-salón, tuberías rotas o tuberías que desembocan sin que haya desagüe.
“Aparecen muchas cosas que el perito inicial al que contraté no pudo ver al
encontrarse todas ocultas. Y esto es el colmo de los colmos, porque el
arquitecto que respaldó la obra pertenecía a la Junta y él debía conocer lo que
estaba pasando. Ahora no me queda más remedio que hacer todo esto público”,
explica.
Este gaditano lo único que requiere es que la Junta
reconozca su responsabilidad ante la entrega de un piso rehabilitado en
“pésimas condiciones” y que le devuelva el dinero invertido en el inmueble, ya
que hace más de un año que terminó de pagar la hipoteca. “Ya no quiero ese
piso. ¿Quién va a querer vivir en una casa que le ha dado once años de
problemas? Ahora mismo estoy preso en algo que no tengo ni quiero”, concluye
David.
No hay comentarios:
Publicar un comentario