Aquel 11 de noviembre…
Aunque vivimos en una sociedad de
conmemoraciones y cumpleaños, hay ciertas fechas que no se celebran, que se
ocultan. Son efemérides incómodas y que, además, no se pueden maquillar para
que parezca que se está rememorando otra cosa.
Un caso típico es la conmemoración del Primero
de Mayo, celebrada como "fiesta" de los trabajadores por todo el
mundo. Esté instaurado el régimen político que sea, en todos (o casi todos) los
países se celebra el día del trabajador sin apenas alusiones a la
reivindicación de la jornada de ocho horas de trabajo como máximo
(reivindicación teóricamente superada) ni a la tragedia que se produjo en 1886
en la ciudad norteamericana de Chicago. Creemos oportuno, una vez más,
refrescar la memoria.
Se había decidido por parte de la clase obrera
de todo el mundo que el 1 de mayo de 1886 se reivindicaría la jornada laboral
de ocho horas. En Chicago, un gran emporio industrial, se desencadenaron
huelgas tendentes a la consecución de esa justa pretensión. El día 4, en la
plaza Haymarket, se celebró un mitin con una enorme asistencia de público. La
policía intentó por todos los medios impedir el acto. De pronto un artefacto
explosivo fue lanzado sobre un grupo de policías, causando la muerte de uno de
ellos. La policía respondió con una masacre: numerosos obreros, muertos y
heridos, quedaron en el suelo de la plaza y calles adyacentes. No se sabe quién
lanzó la bomba, pero fue la excusa para criminalizar al movimiento obrero
organizado y especialmente y especialmente a los anarquistas. Fueron detenidos
siete anarquistas, los oradores en el mitin. Se les acusó de asesinato y, tras
un juicio-farsa, se les condenó a muerte. Y fue en esa fecha olvidada, el 11 de
noviembre de 1887, hace ahora 130 años, cuando se les ajustició (a dos de ellos
se les conmutó la pena capital por cadena perpetua; otro se suicidó antes de
caer en manos del verdugo).
El 11 de noviembre fue, junto con el Primero
de Mayo, jornada de reivindicación, incluso algún grupo anarquista adoptó esa
fecha como nombre.
En estos tiempos que estamos atravesando, con
una tremenda involución social y un retroceso manifiesto en los logros de la
clase obrera, cuando la jornada laboral y otras reivindicaciones de la clase
obrera vuelven a estar sobre el tapete, nos parece importante que no caiga en
el olvido el 11 de noviembre, la fatídica fecha en la que la burguesía y el
Estado asestaron un golpe mortal contra el movimiento obrero insurgente y
contra el anarquismo que lo animaba. Por eso nos ha parecido una buena idea la
inmediata publicación, por parte de Ediciones Antorcha, del texto de Ricardo
Mella La tragedia de Chicago (Orígenes del Primero de Mayo).
En la tumba de los ajusticiados, en el
cementerio de Waldheim (Chicago), se puede leer: "Llegará el día en que
nuestro silencio será más poderoso que las voces que hoy sofocáis con la
muerte".
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