Democracia S.A. Papeles de Panamá
Ahora otro caso sobre este
sistema y esta democracia podrida, desde sus cimientos. Ya de que nos
sorprendemos…
La corrupción es el alma del
capitalismo. La mecánica de intercambios económicos, comisiones, márgenes de
beneficios, subvenciones, competitividad y otras formas de mercantilismo
interesado en las transacciones propias entre empresas y agentes que sirven al
capital es una práctica cotidiana en la que se sustenta este sistema del que
tan solo se benefician los mejor dotados para la rapiña, el expolio, la
explotación, el saqueo y el gansterismo, por citar algunas “cualidades”.
Las organizaciones políticas son
el medio natural por el que se organizan, en esta sofisticada era capitalista,
toda clase de depravados, corruptos, criminales, y sicarios, y que vienen a
sustituir la clásica organización mafiosa. Una vez acceden al poder y las
esferas institucionales del estado, con el voto de cómplices e incautos y
menesterosos, con su”mayoría
parlamentaria “promulgan las leyes a sus intereses y conveniencia. Esto es así, y lo padecemos cada día.
Cualquier ciudadano del mundo.
Cualquier operación en la que
intervenga el dinero pone a prueba a sus protagonistas. Y vemos las fatales
consecuencias. Nada edificantes ni ejemplarizantes. No hay nada que aprender de
los “valores” que pretenden imponernos en esta especie de democracia. Prevalece
el dinero y la codicia por encima de cualquier derecho humano y la misma vida
de sus víctimas. Esta “democracia” capitalista es un dulce envenenado para el
pueblo y los ciudadanos.
Y no es que ahora la corrupción y
la criminalidad de los detentadores del poder, cualesquiera sean, este en auge.
Tan solo es más visible, siempre ha sido así. El Estado cada vez necesita más
recursos productivos de los ciudadanos para mantener el alto costo económico
del ejército de parásitos sociales que necesita para sostenerse. Es por ello
que lo defienden desde banqueros hasta los políticos que ansían vivir de los
esfuerzos del pueblo a costa de “representarlos”. Y consiguen en una
legislatura hacerse ricos. Aparte de lo que han cobrado por votos, escaños,
representaciones en entidades financieras a las que han contribuido al
desfalco, y además obtienen subvenciones millonarias. Cuando está demostrado que
tan solo los servicios públicos son realmente necesarios.
El sistema nos está pudriendo,
porque no tiene nada constructivo que enseñarnos. ¿El sistema educativo? Ya se
ven los valores que mueven a la sociedad… Es alarmante que muchos quieran ser
como ellos.
No puede ser que una camarilla de
ignorantes e indocumentados intenten suplir el necesario y verdadero
conocimiento de científicos, intelectuales y profesionales capacitados. Podemos
cubrir nuestras necesidades más elementales sin esta abominable maquinaria en
la que tan solo somos piezas de repuesto. Nunca civilización alguna ha tenido
tan altas cotas de bienes y recursos, y nunca el ser humano ha sido tan
humillado y desechado.
La miserias y penalidades que
estamos padeciendo son gratuitas. Podemos prescindir y aplicar nuevos métodos,
nuevas formas de conducirnos en nuestras relaciones sociales en un nuevo modelo
de organización en todas la aéreas de nuestra vida. Pero ha de ser al margen de
este sistema y las organizaciones que lo representan y fortalece.
Mi reflexión en estos turbios
problemas interminables. No se acabara la corrupción ni tanta ignominia, por
mucho que estos depravados acaben ante un juez, que a veces proceden por su
propia ideología. A la mala hierba hay que arrancarla de raíz. Hasta desterrarlos
lejos de este país y de las vidas de las personas decentes y honestas que
luchan por sobrevivir.
Ver la investigación
periodística Todo sobre Los papeles de
Panamá
José Caballero I.
No hay comentarios:
Publicar un comentario