COMUNICADO
La dignidad se organiza de abajo-arriba
Muchos de los partidos que acuden a la campa se encuentran
en plena campaña electoral. Esta campaña (como las demás) arrastra un discurso
“útil” en el que se ofrecen como alternativa a los graves problemas que
arrastra nuestra sociedad, dicho esto último en el término global que esta
crisis ha generado.
Nos dicen que ellos (los partidos) son parte de la solución,
también dicen que si no votas te vas a arrepentir y encima no tienes derecho a
quejarte. Nos hacen creer que votar no sólo es lo menos malo, sino que es un
ejercicio de pureza democrática. Puede que esto cale en algunos trabajadores,
pero no hay más que analizar la situación actual del pueblo productor a lo
largo y ancho de nuestro mundo, para ver que estas son afirmaciones falsas y
vacías de contenido.
El ascenso de la extrema-derecha en Europa no hace más que
corroborar el flaco favor que hace a la izquierda maquillar el capitalismo. En
muchos países la demagogia y populismo de corte nacionalista y fascista se abre
paso en los barrios obreros, que paradójicamente eran feudo antes de la
izquierda pro-estado o parlamentarista. Desde dentro de las instituciones no
sólo no se cambia nada, sino que empeora nuestra situación, abandonando con ello
la clase trabajadora la solidaridad y el internacionalismo, que eran buena
muestra -como dicen algunos-, de nuestra ternura, y un ejemplo de la
superioridad moral frente a nuestros enemigos de clase.
Los estados de cualquier signo político no dudan en ejercer
la represión ante su propio pueblo. En el estado español son ya varios los
casos de agresiones, lesiones y torturas (en las que incluso se han producido
varias muertes) que nos muestran prácticas fuera de cualquier legalidad y de
los mínimos derechos que deberíamos de tener (y no tenemos) las personas. No
dudamos que las muertes en las vallas de Ceuta y Melilla y las
desproporcionadas agresiones en las manifestaciones, son 2 caras de la misma
moneda. Represión pura y dura de un estado contra civiles desarmados,
desprotección de cualquier derecho internacional y abuso de poder… que por
supuesto nadie asume.
Es el mismo Jefe del Estado nombrado por Franco a título de
rey, el que felicita esas intervenciones policiales en las manifestaciones. Es
el mismo monarca el que tras la muerte de Suárez se hace protagonista de la mal
llamada transición, olvidándose de las huelgas en todo el Estado, de las luchas
vecinales, de los que quedaron en el camino por traer la poca libertad que
hemos disfrutado hasta ahora y el que se olvida de todos los asesinados y
represaliados del franquismo… un ejercicio de ego y soberbia que no puede pasar
desapercibido a la clase trabajadora.
En CNT lo tenemos muy claro, pues nosotras somos enemigas de
los estados, no participamos en sus aparatos, ni tampoco de sus prebendas.
Entendemos que como ha ocurrido históricamente y en la actualidad los
trabajadores se tienen que organizar en asambleas, con un discurso propio y con
una forma de actuar firme, que desmonte la paz social a la que nos han llevado
los «agentes sociales mayoritarios» estas últimas décadas.
Las victorias de las trabajadoras por lo tanto, se deben a
la capacidad que éstas tengan para organizarse al margen de las estructuras
podridas del Estado. El caso de Gamonal en Burgos o el de la huelga de la
limpieza en Madrid son claros, pues son los propios vecinos o trabajadoras (y
no en los que delegan), los que han llevado el protagonismo y han conseguido
paralizar el proceso especulativo en su barrio y frenar los despidos en masa
que anunciaban las contratas de limpieza. Muchos son los que han reivindicado
este funcionamiento y esta victoria como ejemplo, pero casi ninguno se plantea
que su funcionamiento interno y externo copie el modelo ancestral que han
utilizado esas vecinas y trabajadores para organizarse.
Y es que, la forma de organizarse, ahora que las redes
sociales son capaces en ocasiones de suplir toda la maquinaria propagandística
del Estado y de la burguesía, es clave. Si hay algo positivo en las marchas de
la dignidad del pasado mes, es la inmensa capacidad de convocatoria al margen
de los que hasta ahora eran tomados (desde el poder) por los portavoces de
todos los trabajadores y de la ciudadanía en general. Quizás lo menos positivo
en estas marchas para la CNT es la línea electoralista de algunos de los
convocantes, como también parte de las reivindicaciones que allí se tradujeron,
que pensamos nada tenían que ver con la dignidad y la falta de futuro para el
conjunto de la clase obrera.
Delegar las decisiones nunca ha sido una opción para las
trabajadoras que estamos afiliadas a este sindicato, no entendemos cómo se
sigue participando en este circo cuando una y otra vez los intereses del común
son apartados por las políticas diseñadas por los aparatos de los partidos.
¿Todavía alguien se cree que los diputados elegidos en una demarcación
territorial hacen algo por las personas que les han votado? ¿Les tiembla el
pulso a la hora de aprobar leyes que saben van en perjuicio de nuestra gente
como la reforma laboral, los recortes sociales, los desahucios o el rescate a
la banca privada? ¿Tienen algún tipo de escrúpulo en atentar contra el medio
ambiente instalando allí empresas que se dedican al fracking o los residuos
nucleares?
No, por lo tanto recuperar la conciencia de clase es una
prioridad. Hacemos un llamamiento a todas las trabajadoras en general, activas
y paradas, exiliados económicos o inmigrantes, a que utilicen las herramientas
para crear un verdadero poder popular, no nos dejemos embaucar por los cantos
de sirena de partidos y sindicatos del sistema y recuperemos la huelga como
medio de lucha y transformación.
Anarcosindicalismo es dignidad y respeto para la clase
trabajadora
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