LA TRAICION DE LA LEY DE AMNISTIA DE 1977
YO, FRANCISCO ARAGÓN
GARCÉS PREGUNTO: ¿ALGUIEN ME PUEDE EXPLICAR SI CON ESTA LEY SE LE PERDONÓ A
FRANCO – MILLAN ASTRAY – CASTEJON -- YAGUE – VARELA – QUEIPO DE LLANO –
FALANGISTAS DE PUERTO REAL, SUS CRIMENES?
"Amnistía de 1977"
Discurso de Marcelino Camacho y el texto de los dos primeros articulos
Debate de la ley de Amnistía en el Congreso del diputado
comunista Marcelino Camacho Abad el 14.10.1977
"Señor Presidente, señoras y señores Diputados, me cabe
el honor y el deber de explicar, en nombre de la Minoría Comunista del Partido
Comunista de España y del Partido Socialista Unificado de Cataluña, en esta
sesión, que debe ser histórica para nuestro país, en honor de explicar, repito,
nuestro voto.
Quiero señalar que la primera propuesta presentada en esta
Cámara ha sido precisamente hecha por la Minoría Parlamentaria del Partido
Comunista y del PSUC el 14 de julio y orientada precisamente a esta amnistía. Y
no fue un fenómeno de la casualidad, señoras y señores Diputados, es el
resultado de una política coherente y consecuente que comienza con la política
de reconciliación nacional de nuestro Partido, ya en 1956.
Nosotros considerábamos que la pieza capital de esta
política de reconciliación nacional tenía que ser la amnistía. ¿Cómo podríamos
reconciliarnos los que nos habíamos estado matando los ‘unos a los otros, si no
borrábamos ese pasado de una vez para siempre?
Para nosotros, tanto como reparación de injusticias
cometidas a lo largo de estos cuarenta años de dictadura, la amnistía es una
política nacional y democrática, la única consecuente que puede cerrar ese
pasado de guerras civiles y de cruzadas. Queremos abrir la vía a la paz y a la
libertad. Queremos cerrar una etapa; queremos abrir otra. Nosotros, precisamente,
los comunistas, que tantas heridas tenemos, que tanto hemos sufrido, hemos
enterrado nuestros muertos y nuestros rencores. Nosotros estamos resueltos a
marchar hacia adelante en esa vía de la libertad, en esa vía de la paz y del
progreso.
Hay que decir que durante largos años sólo los comunistas
nos batíamos por la amnistía. Hay que decir, y yo lo recuerdo, que en las
reuniones de la Junta Democrática y de la Plataforma de Convergencia, sobre
todo en las primeras, se borraba la palabra “amnistía” ; se buscaba otra
palabra porque aquella expresaba de alguna manera —se decía— algo que los
comunistas habíamos hecho, algo que se identificaba en cierta medida con los
comunistas.
Yo recuerdo que en las cárceles por las que he pasado,
cuando discutíamos con algunos grupos que allí había de otros compañeros de
otras tendencias —que después alguna vez la han reclamado a tiros— estaban
también en contra de la palabra «amnistía».
Recuerdo también un compañero que ha pasado más de veinte
años en la cárcel: Horacio Femández Inguanzo, a cuyo expediente se le llamó “el
expediente de la reconciliación”, y que fue condenado a veinte años en 1956.
Cuando monseñor Oliver, Obispo auxiliar de Madrid, nos visitaba en 1972 en
Carabanchel, y le hablaba del año de reconciliación que abría la Iglesia,
Horacio le decía: «Si quiere ser consecuente la Iglesia con la reconciliación,
debe pedir también en este año la amnistía, ya que lo uno sin lo otro es
imposible». Y le explicaba que él había sido condenado a veinte años como dirigente
del Partido Comunista de Asturias, precisamente por la amnistía, y que su
expediente se llamó “el expediente de la reconciliación”.
Hoy podríamos citar más compañeros aquí: Simón Sánchez
Montero y tantos otros, que hemos pasado por trances parecidos, pero hoy no
queremos recordar ese pasado; hemos enterrado, como decía, nuestros muertos y
nuestros rencores, y por eso, hoy, más que hablar de ese pasado, queremos decir
que la minoría comunista se congratula del consenso de los Grupos Mixto, Vasco-Catalán
y Socialista, y hubiéramos deseado también que éste fuera un acto de unanimidad
nacional.
Todavía yo pediría a los señores de Alianza Popular que
reconsideren este problema. Nosotros afirmamos desde esta tribuna que ésta es
la amnistía que el país reclama y que, a partir de ella, el crimen y el robo no
pueden ser considerados, se hagan desde el ángulo que sea, como actos
políticos. Por eso hacemos un llamamiento a nuestros colegas de Alianza Popular
de que reconsideren su actitud en este acto que debe ser de unanimidad
nacional. En esta hora de alegría, en cierta medida, para los que tantos años
hemos pasado en los lugares que sabéis, sólo lamentamos que, en aras de ese
consenso y de la realidad, amigos, patriotas, trabajadores de uniforme, no
puedan disfrutar plenamente de esta alegría. Desde esta tribuna queremos
decirlo, que no les olvidamos y que esperamos del Gobierno que en un futuro
próximo puedan ser reparadas estas cuestiones y restituidos a sus puestos.
También a las mujeres de nuestro país queremos indicarles
que si hoy no se discute este problema, que si en esta ley faltara la amnistía
para los llamados “delitos de la mujer”: adulterio, etc., les queremos recordar
que el Grupo Parlamentario Comunista presentó una proposición de ley el 14 de julio
que creemos que es urgente discutir y que vamos naturalmente a discutir. Pero,
es natural, señoras y señores Diputados, que tratándose de un militante obrero,
en mi caso, si hablaba antes de que era un deber y un honor defender aquí, en
nombre de esta minoría, esta amnistía política y general, para mí, explicar
nuestro voto a favor de la amnistía, cuando en ella se comprende la amnistía
laboral, es un triple honor.
Se trata de un miembro de un partido de trabajadores
manuales e intelectuales, de un viejo militante del Movimiento Obrero Sindical,
de un hombre encarcelado, perseguido y despedido muchas veces y durante largos
años, y, además, hacerlo sin resentimiento.
Pedimos amnistía para todos, sin exclusión del lugar en que
hubiera estado nadie. Yo creo que este acto, esta intervención, esta propuesta
nuestra será, sin duda, para mí el mejor recuerdo que guardaré toda mi vida de
este Parlamento.
La amnistía laboral tiene una gran importancia. Hemos sido
la (clase más reprimida y más oprimida durante estos cuarenta años de historia
que queremos cerrar. Por otra parte, lo que nos enseña la historia de nuestro
país es que después de un período de represión, después de la huelga de 1917 y
la represión que siguió; después de octubre del treinta y cuatro y la represión
que siguió, cada vez que la libertad vuelve a reconquistar las posiciones que
había perdido, siempre se ha dado una amnistía laboral. Yo he conocido —mi
padre era ferroviario en una estación de ferrocarril— que en 1931 todavía
ingresaban los últimos ferroviarios que habían sido despedidos en 1917.
La amnistía laboral, pues, está claro que es un acto
extremadamente importante, conjuntamente con la otra. Si la democracia no debe
detenerse a las puertas de la fábrica, la amnistía tampoco. Por eso el proyecto
de ley que hoy vamos a votar aquí tiene, además de la vertiente humana y
política, otra social y económica para nuestro país.
Francia e Italia, al salir de la II Guerra Mundial, para
abordar la reconstrucción nacional y la crisis, necesitaron el apoyo y el
concurso de la clase obrera. Días pasados los representantes del arco
parlamentario dieron los primeros pasos en esa vía; la amnistía laboral será el
primer hecho concreto en esa dirección que marcan los acuerdos de la Moncloa.
No hay que olvidar que salimos de una dictadura en medio de una grave crisis
económica, y que todos estamos de acuerdo en que hay que ir al saneamiento de
la economía y a la reconversión nacional también, que esto no es posible sin el
concurso de los trabajadores, que hay que llevar por ello este espíritu de la
Moncloa al hecho práctico concreto de esa realidad.
Señoras y señores Diputados, señores del Gobierno, lo que
hace un año parecía imposible, casi un milagro, salir de la dictadura sin
traumas graves, se está realizando ante nuestros ojos; estamos seguros de que
saldremos también de la crisis económica, que aseguraremos el pan y la libertad
si se establecen nuevas relaciones obrero-empresariales y si un código de
derecho de los trabajadores las garantiza; si conseguimos de una vez que los
trabajadores dejemos de ser extranjeros en nuestra propia patria. Sí, amnistía
para gobernar, amnistía para reforzar la autoridad y el orden basado en el
justo respeto de todos a todos y, naturalmente, en primer lugar, de los
trabajadores con respecto a los demás.
Con la amnistía saldremos al encuentro del pueblo vasco, que
tanto sufre bajo diferentes formas, de todos los pueblos y de todos los
trabajadores de España. Con la amnistía la democracia se acercará a los pueblos
y a los centros de trabajo. La amnistía política y laboral es una necesidad
nacional de estos momentos que nos toca vivir, de este Parlamento que tiene que
votar. Nuestro deber y nuestro honor, señoras y señores Diputados, exige un
voto unánime de toda la Cámara.
Muchas gracias."
La ley está vertebrada en torno a sus dos primeros
artículos, que son los siguientes:
Artículo primero.I. Quedan amnistiados:
a) Todos Ios actos de
intencionalidad política, cualquiera que fuese su resultado, tipificados como
delitos y faltas realizados con anterioridad al día quince de diciembre de mil
novecientos setenta y seis.
b) Todos los actos de
la misma naturaleza realizados entre el quince de diciembre de mil novecientos
setenta y seis y el quince de junio de mil novecientos setenta y siete, cuando
en la intencionalidad política se aprecie además un móvil de restablecimiento
de las libertades públicas o de reivindicación de autonomías de los pueblos de
España.
c) Todos los actos de
idéntica naturaleza e intencionalidad a los contemplados en el párrafo anterior
realizados hasta el seis de octubre de mil novecientos setenta y siete, siempre
que no hayan supuesto violencia grave contra la vida o la integridad de las
personas.
II. A. los meros
efectos de subsunción en cada uno de los párrafos del apartado anterior, se
entenderá por momento de realización del acto aquel en que se inició la
actividad criminal.
La amnistía también
comprenderá los delitos y faltas conexos con los del apartado anterior.
Artículo segundo.En todo caso están comprendidos en la
amnistía:
a) Los delitos de rebelión y sedición, así como los delitos
y faltas cometidos con ocasión o motivo de ellos, tipificados en el Código de
justicia Militar.
b) La objeción de conciencia a la prestación del servido
militar, por motivos éticos o religiosos.
c) Los delitos de denegación de auxilio a la Justicia por la
negativa a revelar hechos de naturaleza política, conocidos en el ejercicio
profesional.
d) Los actos de expresión de opinión, realizados a través de
prensa, imprenta o cualquier otro medio de comunicación.
e) Los delitos y faltas que pudieran haber cometido las autoridades,
funcionarios y agentes del orden público, con motivo u ocasión de la
investigación y persecución de los actos incluidos en esta Ley.
f) Los delitos cometidos por los funcionarios y agentes del
orden público contra el ejercicio de los derechos de las personas.
¡DEROGACION DE LA LEY YA!
¡JUICIOS PARA LOS ASESINOS FRANQUISTAS!
¡JUSTICIA PARA LAS VICTIMAS DEL FRANQUISMO!
NI OLVIDO NI PERDON
Paco Aragón – portavoz de la CNT-AIT en la Asociación
Memoria Histórica de Puerto Real
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