El embajador en Chile veta un homenaje a los exiliados españoles
José Bautista - redaccion@lamarea.com
El próximo 2 de septiembre se cumplen 78 años de la llegada a Chile del
Winnipeg, el ‘barco esperanza’ fletado por Pablo Neruda en 1939 en el que más
de 2.000 refugiados españoles, entre ellos numerosas autoridades
republicanas, embarcaron para escapar ante la victoria inminente de Franco. Sin embargo, este año no habrá acto de conmemoración, al menos no en el
marco institucional. El embajador de España en Chile, Carlos Robles Fraga, ha vetado el homenaje que iba a tener lugar
en el Centro
Cultural de España en Santiago, institución adscrita a la Embajada
española.
Todo empezó a finales de julio, cuando el Centro Cultural y la rama en
Chile del colectivo de emigrantes españoles Marea Granate, a través de su Comisión por
la Memoria del Exilio Republicano, se pusieron de acuerdo
para celebrar un homenaje a los exiliados españoles en Chile
coincidiendo con el aniversario del Winnipeg. Al acto, previsto en un principio para
el 8 de septiembre, fueron invitados tanto organizaciones, diputados y otros
representantes chilenos, como descendientes del exilio republicano y miembros
destacados de la comunidad española en ese país, incluidos el cónsul y el
embajador, Carlos Robles Fraga, que es hijo del ministro franquista Carlos Robles y sobrino de Manuel
Fraga, también ministro con Franco y fundador del Partido Popular.
Cuando la noticia llegó a oídos del embajador, este dio la orden de anular
el homenaje, tal y como explicaron los representantes del Centro Cultural a los
organizadores de Marea Granate. “Hay quejas del embajador por el tema de la
República”, explicó la encargada del Centro Cultural a la comisión
organizadora. No obstante, esta responsable aceptó volver a hablar con
Robles Fraga para tratar de replantear su postura, pero una semana
después volvió a convocar a los organizadores para comunicarles lo que ya
preveían: el acto había sido cancelado porque “el tema de la República
es controvertido” y no había marcha atrás.
“Nosotros lo sentimos como un veto porque nos dicen que
viene del embajador y que se trata del exilio republicano”, explica Héctor
Pujols, miembro de Marea Granate y de la comisión creada para organizar el
homenaje, quien además subraya que en todo momento fue el Centro Cultural
“quien dio la cara”. Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores explican a La Marea que en el pasado ya rindieron homenaje al Winnipeg y que en esta
ocasión “se canceló por deficiencias en la organización“, aunque no explican
cuáles. También aseguran que desde la Embajada ofrecieron a la comisión
organizadora varios contactos académicos y la posibilidad de realizar el acto
más adelante y sin concretar una fecha, una información que Marea Granate Chile
niega de forma tajante.
“Queríamos que las instituciones
participaran, estamos hablando de más de 10.000 exiliados
españoles y sus descendientes en Chile”. Chile es uno de los países donde más
influencia tuvo la comunidad de refugiados españoles tras la Guerra Civil.
De aquella generación destacan figuras como la de Víctor Pey, con 102 años de edad, que fue íntimo colaborador del presidente Allende;
el escritor y dramaturgo José Ricardo Morales (fallecido el año
pasado); o los pintores José Balmes (murió hace un año) y Roser Bru (93 años), galardonados con el Premio Nacional de Artes Plásticas de
Chile, o la maestra y líder feminista Dolors Piera. Esta no es la primera
vez que la Embajada de España en Chile pone trabas a actos de memoria
histórica en ese país. Sucedió algo parecido cuando Marea Granate quiso
celebrar un acto en memoria de los detenidos desaparecidos durante la dictadura
de Pinochet, entre los que había varios ciudadanos españoles. Según el
colectivo de emigrantes, en aquella ocasión la Embajada se negó a difundir el
acto, como hace habitualmente con cualquier actividad relacionada con la
comunidad española, objetando la pertenencia a Podemos de Marea Granate, un
colectivo independiente, horizontal y apartidista.
Los activistas de Marea Granate Chile están tejiendo nexos entre la
generación que abandonó España por la Guerra Civil, la actual y los nuevos
emigrantes españoles que se mudan al país latinoamericano en busca de
oportunidades laborales. En la actualidad hay aproximadamente 69.000 españoles viviendo en Chile, según datos del último padrón de
españoles residentes en el extranjero elaborado por el Instituto Nacional de
Estadística.
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