Béjar, “pata negra” de
Intxaurrondo, detenido por narcotráfico en Algeciras
En la cara oculta de estas
estanterías el sargento de la Guardia Civil José Romero Béjar, destinado en la
Comandancia de Algeciras, guardaba la nada despreciable suma de medio millón de
euros. Fueron sus propios compañeros del instituto armado, pertrechados con un
gran taladro para levantar hormigón, los encargados de hallarlos tras el
registro practicado en su vivienda de una urbanización gaditana.
La operación policial, de nombre
Jinete, comenzó el pasado 5 de noviembre y se desarrolló en distintas
localidades de Cádiz, aunque su epicentro se situó en Tarifa.
Como resultado de la misma han
sido detenidas 11 personas, nueve de las cuales han ingresado ya en prisión.
Entre ellas está el sargento Romero Béjar, junto a otras dos personas que se
hallan en libertad bajo fianza. Fuentes de la investigación no descartan que
entre los arrestados figure al menos otro agente de la Guardia Civil.
La Policía ha incautado dos
embarcaciones y 15 vehículos de alta gama
Con la Operación Jinete se da por
desmantelada una organización de presuntos narcotraficantes que, además de
introducir importantes cantidades de hachís en la península, contaban con la
infraestructura necesaria para el blanqueo de capitales. No en vano en la
investigación llevada a cabo aparecen implicadas varias sedes bancarias, que
habrían participado en el lavado del dinero negro. Entre los detenidos figura
también el conocido empresario tarifeño Antonio Guerrero.
La Policía Judicial se ha
incautado de valioso material informático, abundante documentación, dos
embarcaciones de recreo y 15 vehículos, la mayoría de gama alta. Asimismo se ha
procedido al bloqueo de numerosas cuentas bancarias.
Sospechoso tren de vida
El sargento José Romero Béjar
estaba a punto de jubilarse, pero tal vez cometió un error de principiante. Su
página en Facebook delataba su alto nivel de vida, impropio de un suboficial de
la Guardia civil: en él se podían ver caballos, embarcaciones y casas de lujo.
A principios de los años 80 el
entonces guardia José Romero Béjar estuvo destinado en el cuartel de
Intxaurrondo de San Sebastián bajo las órdenes del Comandante Galindo. Fueron
los años más duros del terrorismo etarra y también los años de la existencia de
los GAL.
Fue imputado por la Audiencia
Nacional a mediados de los noventa en los sumarios referentes a la guerra sucia
que salpicaron al cuartel de Intxaurrondo. Su nombre aparece en el sumario del
caso Lasa y Zabala. Allí supimos que su apodo de guerra era el Moro, tal vez
por su conocimiento del idioma árabe.
También el juez Garzón le implicó
en otras causas de guerra sucia aunque finalmente quedó exonerado de todo. El
silencio fue su mejor aliado. El propio General Galindo le exculpó a él y al
resto de sus subordinados en una declaración firmada antes de entrar en la
cárcel por su condena en el caso Lasa y Zabala.
Las sospechas de su participación en episodios de guerra sucia no
fueron obstáculo para su inclusión en el grupo Omega, una creación del entonces
director de la Benemérita, Luis Roldán, compuesto por agentes de élite de la
Guardia Civil que fueron conocidos como los pata negra.
El propio general Galindo le
exculpó de la causa en el Caso Lasa y Zabala
Con esa aureola de intocable
Romero Béjar llegó al cuartel de Tarifa en el año 1996. Fue responsable del
Grupo de Investigación Fiscal y Antidroga (GIFA) y sus primeros trabajos se
desarrollaron realizando importantes operaciones de lucha contra el
narcotráfico.
En el año 2002 fue fichado por el
alcalde socialista de Los Barrios para ocupar el puesto de Jefe de la Policía
Municipal. Su nombramiento estuvo envuelto en la polémica ya que el sindicato
Comisiones Obreras denunció que no poseía la titulación necesaria para el
puesto. Finalmente Romero Béjar tiró la toalla y regreso como guardia civil al
puesto de Tarifa.
No se sabe bien cuando el
sargento decidió cambiar de bando y empezar a trabajar presuntamente para las
organizaciones de narcotraficantes. La investigación afirma que fue hace poco
más de un año cuando se empezó a tener constancia de que el sargento estaba
facilitando la entrada de grandes cantidades de droga. Tras un año de
pesquisas, uno de los intocables pasó a ser detenido.
Un mal endémico
Sobre muchos de los agentes que
pasaron por Intxaurrondo no deja de pesar una extraña maldición que les vincula
con el mundo de las drogas. Uno de los primeros casos fue la Operación Pitón,
en el año 92, ya que uno de los agentes detenidos estuvo destinado en
Intxaurrondo. Fue responsable fiscal del puerto de Pasajes.
En el 93, el conocido como Caso
Ucifa, relativo al pago de droga a confidentes, se llevó por delante, entre
otros, al coronel Quintero y al comandante Pindado. El primero era conocedor de
todo lo que se cocía en el cuartel de San Sebastián, mientras que el segundo
estuvo destinado en el citado acuartelamiento.
En el año 93 fue arrestado el
considerado como la mano derecha de Galindo, el coronel Máximo Blanco, en una
operación contra el narcotráfico en Tarragona. En el año 2001 se produjo la
detención del teniente coronel Masa, implicado en varias causas de guerra
sucia, por otro asunto de narcotráfico.
Varios agentes que pasaron por
Intxaurrondo estuvieron vinculados al mundo de las drogas
Tal vez el caso más sorprendente
y el que menos se conoce fue el de la detención del teniente coronel Castañeda
en el año 2009. El entonces capitán Castañeda fue uno de los guardias civiles
que participaron en la elaboración del conocido Informe Navajas, un escrito que
alertaba, a finales de los ochenta, de la presunta implicación de guardias
civiles de Intxaurrondo en el tráfico de drogas, tabaco y prostitución junto a
conocidos narcos y contrabandistas vascos y gallegos.
Veinte años después de la
elaboración de ese informe el ya teniente coronel Castañeda, conocido como El
Califa y destinado en Guadalajara, fue imputado de los delitos de blanqueo de
capitales y asociación ilícita al trabajar presuntamente para la red del
conocido narco gallego Marcial Dorado. Su fallecimiento prematuro impidió
conocer el fondo de ese asunto.
Paradojas del destino, el último
mensaje que colocó en su muro personal de Facebook el sargento Romero Béjar,
antes de su detención, fue para compartir y apoyar una iniciativa en la red
para proclamar héroe nacional al general Galindo.
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