Navantia traslada por
«operatividad» a Ferrol una sección del segundo petrolero
Razones de operatividad han
llevado a la dirección de Navantia a trasladar al centro gallego de Ferrol una
de los secciones del segundo petrolero que se fabrica en el astillero de Puerto
Real. La empresa quiere garantizar con ello los plazos de entrega y evitar más
retrasos. No obstante, el contrato de construcción de las cuatro unidades de la
serie Suezmax recoge que la planta puertorrealeña sería el epicentro del
proyecto, aunque las factorías de Ferrol y San Fernando también participarían
del mismo. De hecho, el astillero isleño lleva varias semanas trabajando en el
corte de chapa de algunas estructuras de estos barcos.
La plantilla de la planta de
Puerto Real no comparte la decisión de la empresa y ha denunciado el desvío de
la carga de trabajo por sorpresa. El acuerdo de fabricación establece, entre
otras cosas, que el astillero gallego ejecutaría, al menos, ocho bloques, sin
embargo, y es aquí donde surge la polémica, la unidad que se acaba de trasladar
a la factoría ferrolana es adicional, lo que ha crispado a los trabajadores
gaditanos.
LA VOZ adelantó hace dos semanas
que la obra de los cuatro petroleros, con opción a dos más, para el grupo vasco
Ibaizabal se encontraba en un difícil compás de espera como consecuencia de los
bajos precios de su producción, es decir, las secciones que salen a
subcontratación no resultan atractivas para la industria auxiliar. Los
empresarios del sector naval de la Bahía reconocen que no resulta rentable
embarcarse en estas ofertas, ya que el margen de beneficio es nulo. No es la
primera vez que el comité de empresa de la planta de Puerto Real ha lanzado la
voz de alarma ante el retraso que ya acumula el proyecto, algo más de cuatro
meses con respecto al calendario fijado. El motivo de la demora no es otro que
los problemas de la subcontrata. El socio estratégico que buscó Navantia para
sacar adelante este proyecto, el astillero coreano de Daewoo, ha sido el que ha
marcado los costes, demasiado bajos para la mano de obra de la Bahía.
Finalmente, Navantia ha tirado
por la calle de en medio y ha empezado a reorganizar su sistema de trabajo para
cumplir a rajatabla con los 23 meses marcados en el contrato. El propio
presidente de la compañía, José Manuel Revuelta, ha destacado en varias
ocasiones que el contrato de obra no es patrimonio de un único astillero, en
clara referencia a un reparto equilibrado de la carga de trabajo entre todas
las plantas. Cabe recordar que la factoría ferrolana ultima en estos momentos
el barco-hotel para la empresa Pemex y la carga de trabajo que recibirá de la
Bahía de Cádiz servirá de puente hasta la puesta en marcha en sus instalaciones
de nueva carga de trabajo procedente de otros contratos, como es el caso de los
dos BAC de Australia.
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