José Santos González Vera - periodista y anarquista chileno
El 17 de septiembre
de 1897 - aunque oficialmente nació el 2 de noviembre de ese año, pero su
padre, contrario al registro civil, se vio obligado a inscribirlo - nace en San
Francisco del Monte, hoy conocida simplemente como El Monte, situada cerca de
Santiago de Chile (Chile), el periodista y escritor anarquista José Santos
González Vera. Sus padres fueron José Santos, alfabetizador de los carabineros
rurales y que llegó a ser comandante de policía en Tiltil, y Laura Vera. En
1903 se trasladó a Talagante, donde estudió en la escuela rural del pueblo -
experiencia que luego le serviría de inspiración para su obra Aluhé.
Cuando tenía 11 años se estableció en la capital chilena y
se matriculó en el Liceo Santiago - actual Liceo Valentín Letelier -, sin lograr
aprobar el primer año de Humanidades ya que fue expulsado por no querer
estudiar caligrafía, canto y gimnasia y para reírse de los frailes, pero donde
conoció Sergio Atria, que lo introdujo en la literatura de los naturalistas
franceses (Daudet, Zola, Balzac, Francia, etc.). Bajo la influencia de sus
padres y de otros amigos, como José Domingo Gómez Rojas, centró su actividad
intelectual en la escritura.
En 1915 dejó su familia y se instaló en un conventillo de la
calle Maruri de Santiago, lo que ejercerá una gran influencia en su obra, y se
puso a trabajar en diversos oficios (rotulista, pintor de carruajes, mensajero,
limpiabotas en un club, obrero de fundición, aprendiz de barbero, empleado de
sastrería, cargador en una casa de subastas, tabernero los ferrocarriles, mozo
de biblioteca, encuadernador, secretario de una sociedad de carniceros,
comisionista, cajero de almacén, vendedor de libros , cobrador de tranvías en
Valparaíso, etc.) y entró en contacto con el mundo de los marginados de la
ciudad, hasta que pudo decantarse claramente por la literatura. En estos años
comenzó a militar en los círculos anarquistas, especialmente el «Centro
Francisco Ferrer Guardia", leyendo los clásicos (Maksim Gorki, Piotr
Kropotkin, Élisée Reclus, Max Stirner, Mikhail Bakunin, etc.) Y poniendo su
escritura al servicio de el anarcocomunisme.
Fue redactor y fundador de la revista La Pluma, con el
escritor anarquista Manuel Rojas, y Numen, y colaboró en la revista Claridad,
órgano de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), a la
que estaba afiliado, y en La Batalla. También escribió en las revistas Atenea
de la ciudad de Concepción y Selva Lírica y en el periódico La Mañana de
Temuco. Como la literatura no le da para vivir, se hizo ayudante de forja en
Valdivia y luego peletero y corrector de pruebas. En 1920, durante la
persecución a la FECh, a raíz del montaje político-militar de la conocida como
«Guerra de don Ladislao", huye al sur del país, donde conoció a Temuco el
joven estudiante Pablo Neruda y la poetisa Gabriela Mistral, con quien hizo una
firme amistad.
En esta época su gran compañero fue el escritor anarquista
José Domingo Gómez Rojas, que fue detenido en el asalto de la FECh y murió en
prisión a consecuencia de las torturas infligidas. En 1932 se casó con María
Marchant, maestra y militante comunista, con quien tuvo dos niños, Alvaro y
María Elena. Realizó viajes por Argentina, Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú.
En 1950 se le otorgó el Premio Nacional de Literatura en su obra literaria,
considerada «minimalista», lo que le ayudó a vivir más honestamente ya que
siempre había vivido al límite de la pobreza, aunque el corredor de sus
acciones hizo quiebra en la Bolsa huyendo del país con lo que le quedaba - «el
corredor, corrió», bromea.
En 1951 publicó su autobiografía Cuando era muchacho. En
1957 se jubiló funcionario, como jefe del Departamento de Cooperación
Intelectual de la Universidad de Chile, donde obtuvo el cargo de secretario de
la Comisión Chilena, encargado de las becas en instituciones internacionales.
En 1959 publicó unos ensayos sobre los autores de su generación (Manuel Rojas,
Augusto D'Almar, Federico Gana, Gabriela Mistral, Jorge González Bastías,
Alone, Mariano Latorre, Baldomero Lillo y Ernesto Montenegro) bajo el título
Algunos.
Entre sus obras,
donde el mundo proletario es omnipresente, destacan Vidas mínimas. Novelas
breves (1923), El conventillo (1928), Una mujer (1928), Alhué. Espampas de una
aldea (1928), Eutrapelia, honesta recreaciones (1955), La copia y otros originales
(1961) y Necesidad de compañia (1968). Siempre dijo que su vida literaria era
consecuencia de su vida de anarquista y no al revés. José Santos González Vera
murió el 27 de febrero de 1970 en su domicilio de Ñuñoa en Santiago de Chile
(Chile). En 1971 el Municipio Providencia bautiza una pequeña plaza con su
nombre. Actualmente existe la «Biblioteca Popular y Libertaria José González
Vera», ubicada en la Población Santa Ana de Recoleta (Santiago de Chile) donde
vivió.
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