Enfermedades relacionadas con el amianto
Los riesgos derivados del amianto
están producidos por la inhalación de las fibras de amianto, siendo las de
menor tamaño las que alcanzan las vías aéreas inferiores. La longitud y
configuración de las fibras (pequeño tamaño y forma larga y delgada) influye en
su capacidad de penetración en las vías respiratorias, ya que pueden permanecer
en suspensión en el aire durante mucho tiempo y por lo tanto poder ser
respiradas.
Una vez dentro de los pulmones,
los mecanismos de defensa del organismo tratan de descomponerlas y expulsarlas,
siendo muchas las fibras de amianto que consiguen quedarse en el cuerpo y
permanecer en él durante mucho tiempo.
El amianto (en todas sus
variedades) está clasificado según la Legislación Española como cancerígeno de
primera categoría, es decir, "sustancias que se sabe, son carcinógenas
para el hombre", por lo tanto le es de aplicación plena el Real Decreto
665/1997 , de 12 de mayo, sobre la protección de los trabajadores contra los
riesgos relacionados con la exposición a agentes cancerígenos durante el
trabajo Este enlace se abrirá en una ventana nueva
La patología profesional
producida por la exposición a fibras de amianto está recogida en el Real
Decreto 1299/2006 Este enlace se abrirá en una ventana nueva de 10 de
noviembre, por el que se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el
sistema de la Seguridad Social y se establecen criterios para su notificación y
registro, siendo conocida como asbestosis o fibrosis pulmonar, el cáncer de
pulmón y el mesotelioma pleural o peritoneal.
Los principales efectos sobre la
salud derivados de la exposición al asbesto son: La asbestosis (fibrosis
pulmonar), el cáncer de pulmón y el mesotelioma (pleural o peritoneal),
habiéndose encontrado también asociación con otras neoplasias (carcinomas
gastrointestinales o de laringe). Existe sospecha, no confirmada, de que el
asbesto puede producir otros cánceres (riñón, ovario, mama).
Asbestosis
La asbestosis se define como una
fibrosis intersticial pulmonar difusa producida por exposición a polvo de
amianto, que puede afectar al parénquima y a la pleura visceral y parietal. Es
clínicamente indistinguible de las fibrosis pulmonares producidas por otras
causas. A veces se presenta en forma de neumonía intersticial descamativa
(NID), inflamación granulomatosa o bronquiolitis obliterante con neumopatía
organizada (BONO).
Los síntomas y signos clínicos
que suelen acompañar a la asbestosis son disnea y tos, crepitantes
inspiratorios en campos medios y bases pulmonares, y acropaquia. Pueden
producirse anomalías funcionales respiratorias tales como alteración de la
difusión alveolocapilar y un patrón restrictivo que puede asociarse a
obstrucción. La disminución de la capacidad de difusión pulmonar es el parámetro
que se altera más precozmente y su deterioro suele ir parejo a la evolución de
la enfermedad. La alteración de la función pulmonar puede continuar aun cuando
ha cesado la exposición y en ausencia de signos radiológicos de asbestosis, y
parece haber relación dosis-respuesta entre aquélla y el nivel de exposición.
La disnea al esfuerzo es
habitualmente el primer síntoma, aunque es de aparición tardía, tras 15-20 años
del comienzo de la exposición. La tos es no productiva, y no aparece en todos
los casos. En estadios avanzados puede aparecer astenia, cianosis y síntomas de
cor pulmonale.
La afectación pleuralse da en
alrededor del 50% de los casos de asbestosis. Da lugar a placas pleurales
-sobre todo de la pleura parietal, a veces calcificada-, con engrosamiento
pleural difuso a veces fusionando ambas pleuras, parietal y visceral
(principalmente en la mitad inferior de los pulmones), derrame pleural benigno,
aplanamiento del ángulo costofrénico, fibrosis pleuroparenquimatosa y
atelectasias. Habitualmente es asintomática.
Mesotelioma maligno
Es un tumor difuso maligno del
mesotelio, que puede afectar a la pleura, el peritoneo y el pericardio, aunque
es más frecuente la localización pleural. La localización peritoneal requiere
una mayor exposición al asbesto.
Los anfiboles, sobre todo la
crocidolita, muestran mayor poder carcinogénico que el crisotilo. Ello parece
estar relacionado con el diámetro y la configuración de las fibras, las de
crocidolita son de diámetro y longitud pequeños; ello favorecería la penetración
de las fibras hasta alcanzar la pleura.
El mesotelioma pleural se asocia
a asbestosis en un 25% de los casos, mientras que el mesotelioma peritoneal se
asocia frecuentemente a la asbestosis, debido en estos casos a exposiciones
intensas al amianto. La gran mayoría de mesoteliomas se deben a la exposición a
asbesto (en el 80-85% se constata exposición laboral). El tabaquismo y la
presencia de metales o de sustancias orgánicas parecen no tener influencia en
el riesgo de contraer la enfermedad.
El mesotelioma pleural cursa con
derrame pleural, disnea y dolor torácico. Puede acompañarse de derrame o
engrosamiento pleural.
Cáncer de pulmón
El cáncer de pulmón por
exposición al asbesto puede pertenecer a cualquier tipo histológico, y su
historia natural no difiere de la del cáncer producido por otras causas. Parece
existir una relación dosis-respuesta entre el riesgo de contraer cáncer de
pulmón y el nivel de exposición a asbesto; exposiciones muy bajas parecen no
incrementar el riesgo. El riesgo de cáncer de pulmón se incrementa notablemente
si la exposición al asbesto se combina con el hábito tabáquico.
La atribución del cáncer al
asbesto se basa en la historia anterior de exposición a este producto. Se
requiere un período de latencia mínimo de 10 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario