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jueves, 24 de septiembre de 2015

CONFERENCIA DE SALVADOR SEGUI EN LA PRISION DEL CASTILLO DE LA MOLA 1920


Salvador SEGUÍ (1887-1923)
ANARQUISMO Y SINDICALISMO
 
Conferencia pronunciada en el la prisión del Castillo de la Mola (Maó - Illes Balears), 31 de diciembre de 1920
Es creencia general que el sindicalismo no significa nada. Los equívocos que alrededor de esta negación se han formado son tantos, y algunos de tal magnitud, que conviene, de una vez para siempre, deshacerlos, destruirlos.
Que el sindicalismo no es nada, no sería nada, sin la espiritualidad irradiada del anarquismo, como afirman algunos, es condicionalmente verdad. Pero sólo condicionalmente.

QUÉ ES EL ANARQUISMO. El anarquismo es una gradación del pensamiento humano. Diríamos, mejor, que es la gradación más alta del pensamiento humano. Es una consecuencia lógica de las diversas fases que, a través de los tiempos, han sufrido las ideas, pasadas por el filtro del sentimiento.
Todas las ideas no son nada sin las personas que las crean. Si las personas no las creasen, no existirían. Por lo tanto, pues, las ideas han sido determinadas por las personas.
La anarquía, repitámoslo, no es anterior al ser humano, porque si fuera así, los anarquistas dejarían de ser, espiritual y moralmente, lo que fueron y lo que son, para rendir culto fanáticamente a lo sobrenatural.
En este caso no se distinguirían los principios anarquistas de los deístas.
Y, precisamente porque las ideas son creadas por el ser humano, concebidas por el ser humano, tienen consistencia y valor humano. En caso contrario, ya lo hemos dicho, nada serían; nada valdrían. Serían, sí, un valor negativo. Serían una negación de la conciencia de las personas. Concretemos.
Cualquier idea que no pase o que no haya pasado por los procesos de la evolución no es más que elucubraciones mentales.
El anarquismo tuvo que pasar por este proceso evolutivo del que hablamos. Si no fuera así, no se concebiría la anarquía como manifestación humana.
Tenemos que tener en cuenta también otra cosa. Que todas las ideas, tanto las más modestas como las más atrevidas, han sufrido este proceso de evolución. Lo demuestra el hecho que ni una sola de las concebidas ha sido llevada a la práctica, se ha plasmado en realidad, en su concepción primitiva, en su integridad y pureza. Así las religiones; así todas las concepciones filosóficas, económicas y políticas. Así nuestras ideas.
Hasta incluso algunas, de la concepción a la realización, han dejado en el tránsito pedazos de sus principios.
Ahora bien. Con cuanta más fe luchemos y cuanto más integramente sea planteada la lucha, más pronto y más felizmente se llegará a la realización de las ideas. De lo contrario, tardarán más a realizarse cuanto más indiferentes seamos.
Pero tengamos en cuenta también, no lo olvideis, porque el desengaño sería funesto, que las ideas pierden la integridad de la concepción originaria, de la misma manera que todas las ideas se bifurcan, con tal que se puedan llevar a la práctica, más o menos tarde, por los nuevos caminos abiertos, el de realización más inmediata.
Una idea puede dar margen a nuevas concepciones ideológicas; a nuevas exposiciones. Puede ser motivo para crear organizaciones que, basándose en la concepción espiritual de la misma idea, cree de nuevas. Y aunque fundamentalmente no sean las mismas, no se pueden diferenciar en nada.

QUÉ ES EL SINDICALISMO. Eso pasa con el sindicalismo. Porque el anarquismo, asentemos esta afirmación, da lugar al sindicalismo.
El sindicalismo es la base, la orientación económica del anarquismo. Digamos que es la concepción. La anarquía no es un ideal de realización inmediata.
No lo limita nada. Por su extensión espiritual, es infinito. Para su implantación, no tiene lugar ni tiempo. En el orden social de las ideas, las personas no conseguirán dominarlo nunca.
Hagamos otra afirmación referente al anarquismo, y es: que siendo la concepción ideal de la vida de las personas, no llegará a tener realización, porque es una perfección tal de pensamiento que por tenerla hace falta pasar por fases del definitivo.
Al contrario de lo que ha pasado con las religiones positivas, que dieron formas tangibles a todo aquello que se propusieron que las tuviera, el anarquismo, por los motivos antes expuestos, no lo pude hacer.
Admitiendo que el anarquismo, a través de los tiempos, pudiera ser una realidad, no dudeis que -antes- dará margen a la creación de otras concepciones y otras escuelas, nacidas, evidentemente, de la concepción primitiva de la Idea.
El anarquismo no llegará a hacerse realidad en su verdadera filosofía. Sería tanto como definirlo y matarlo. Y eso, no.
El anarquismo no tiene un origen material. No nace en un punto para morir en otro. Es propio de la inteligencia y del sentimiento. Es la suma, como decíamos, de perfecciones humanas.
Por eso, anarquismo es ya individualismo. De la misma manera que aquel ideal en su integridad es individualista, hay también la concepción colectivista que acepta las cosas más fácilmente realizables del anarquismo.
Es innegable, por tanto, que nuestra organización, que el sindicalismo, es hijo espiritual del anarquismo ¿Y qué significado tiene el sindicalismo?
Históricamente, es el resultado y una condensación del proceso del pensamiento; ideológicamente, es la condensación del pensamiento al cual dieron vida los compañeros de la Interrnacional; práticamente es el arma, es el instrumento del Anarquismo para llevar a la práctica aquello más inmediato de su doctrina.
Dicen que el sindicato no es nada. Se niega el valor del sindicato. Esta afirmación es un error. El sindicato es. Es cerebro. Cerebro y brazo. No se puede comprender el uno sin el otro. Creo que los anarquistas pueden estar orgullosos si el sindicalismo y su instrumento, el sindicato, plasman en realidad alguna o algunas de las concepciones del Anarquismo. El sindicalismo tiende a usufructuar las prerrogativas que le son propias en el orden social.
Es claro que el sindicalismo no es anarquismo. Pero sí que es una gradación del anarquismo.
También se dice que el sindicalismo no tiene ideas propias. No es cierto. Es un error más en otra afirmación.
En los congresos celebrados en los años 1910, 15, 16, 18, 19, el sindicalismo llega a precisar que se amparará de los instrumentos de trabajo. Y cuando se habla de la idea práctica del comunismo, se dice que eso es anarquismo. Sí, bueno bien. Pero ¿de qué instrumento se valdría el anarquismo para conseguir la realización de su postulado económico? Del sindicato ¿verdad?
El anarquismo da alma y espíritu al sindicalismo. Pero que nadie dude que el sindicalismo es una promesa y una garantía para la precipitación de las ideas anarquistas.
¿Quién niega que el sindicalismo plantea y resuelve el problema económico, problema de los problemas? ¿Quién osará negar que el sindicalismo revolucionario y libertario, en su concepción económica, quién dudará, quién negará, repito, que sea el auxiliar poderoso y eficaz del anarquismo?
Helo aquí la virtualidad del sindicalismo. Por esta razón no estamos de acuerdo con los socialistas. Ellos hacen hombres que no creen en su personalidad.
Los socialistas, con la obra que realizan retrasan el momento de la posesión integral de las prerrogativas sociales de la humanidad. Mientras haya quien crea que los problemas no los hemos de resolver por ellos mismos, delante de ellos mismos, , sino que su solución depende de los otros, el ser humano no hará nunca nada. Quien crea en la organización es un esclavo.
La virtud del sindicalismo, como tiene ideas propias, es revelar y substituir los factores del capitalismo y de la burguesía.
La organización profesional del sindicalismo, orientado en un sentido revolucionario y libertario, se acerca al anarquismo.
Sindicalismo es la agrupación natural de los elementos de una misma profesión. Éste no solamente sustituirá los valores burgueses y capitalistas, de los cuales he hablado antes, sino que dará garantías de moralidad y personalidad no dadas, hasta ahora, por ningún régimen burgués.
El sindicalismo, digámoslo ya, es la avanzada del anarquismo.


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