NUCLEO AIT MADRID |
Tomás González Morago – militante
anarquista y fundador de la AIT en Madrid
El 26 de agosto de 1885 muere de cólera en la prisión de
Granada (Andalucía, España) el militante anarquista bakuninista y miembro de la
Internacional Tomás González Morago, Paulo. Nacido en un pueblo madrileño en
fecha desconocida en una familia carlista, tuvo como profesión la de grabador,
con taller en la madrileña calle Caballero de Gracia, centro también de
reuniones políticas. En 1865 participó en la dirección del Casino o Ateneo
Artístico de Madrid. Tres años más tarde, como republicano individualista y
seguidor de Emilio Castelar, se alistó en el batallón de Francisco García
López, del sector más intransigente del republicanismo federal, y fue miembro
del Orfeó del Fomento de las Artes. A finales de 1869 intervino en un mitin
republicano, pero pronto inicia los contactos para la creación de la Asociación
Internacional de los Trabajadores (AIT).
A González Morago se debe que Manuel Cano Martínez, Anselmo
Lorenzo y otros se acercaran a la Internacional. Fue el encargado de preparar
la famosa reunión con Giuseppe Fanelli --l'italià se dirigió a través de Rubau
Donadeu-- y reclutó los primeros internacionalistas, procediendo muchos del
republicanismo y del carbonerisme. Miembro de la primera comisión de propaganda
del núcleo madrileño de la AIT, su labor en pro de la organización fue inmensa
durante la década de los setenta: intervino en mítines (Madrid, Barcelona,
Málaga) y conferencias, mostrándose como un genial improvisador y orador de
talento; asistió al Congreso Obrero de Barcelona de junio de 1870, donde fue
elegido para el Consejo Federal y defendió los acuerdos antirrepublicanos); fue
miembro de la bakuninista Alianza para la Democracia Socialista ginebrina y
desde noviembre de 1869 mantuvo correspondencia con Bakunin. Emigrado a Lisboa
a partir de junio de 1871 con Anselmo Lorenzo y Francisco Mora, se separó de
ellos en agosto, dimitiendo vez del Consejo Federal. Permaneció en Lisboa,
rechazando participar en el Consejo Federal, y contactó con Antero Tarquínio de
Quental y José Fontana, a los que ayudó decisivamente a fundar la AIT lusa.
Como delegado de
Jerez, Constantina y El Arahal, asistió en 1872 al Congreso de Zaragoza y atacó
con dureza el autoritarismo de los estatutos de la AIT, destacándose como un
firme baluarte contra las maniobras marxistas. Fue elegido por referéndum para
participar en el Congreso de La Haya de 1872 y allí se opuso a las tácticas antibakuninistes.
También participó en el Congreso de Saint-Imier, los acuerdos de los que
defendió en el Congreso de Córdoba en representación de Alcoy. Durante los años
siguientes se caracterizó por su oposición a los republicanos ya los marxistas,
un ejemplo de la cual fue la disputa dialéctica que mantuvo con Fernando
Garrido. En febrero de 1872 fundó el periódico El condenado, de carácter
netamente bakuninista y claramente opuesto a La Emancipación, dirigido por José
Mesa. El 13 de julio de 1873 se entrevistó con Pi y Margall para protestar
contra las persecuciones que sufrían las sociedades obreras. Parece que redactó
con Francisco Tomás y Oliver el Manifiesto de marzo y abril de 1874 No aceptó
la propuesta de los aliancistas barceloneses que querían que se presentara para
diputado a Cortes en 1874 En esta época colaboró en el periódico La
Federación.
En 1877 se delegado
en los congresos de Verviers y Gante. Fue colaborador de La Solidaridad y
redactor de El Orden, que dirigió en su época madrileña, periódicos desde los
cuales impugnó el desviacionismo promarxista de la Federación madrileña. El 30
de diciembre de 1883 se expulsado de la Federación madrileña por «conducta
inmoral y perjudicial a la organización», términos que encubrían el hecho de
haber falsificado moneda desde la imprenta oficial de la Casa de la Moneda
donde trabajaba como grabador. Un episodio muy discutido, ya que para algunos
la Federación madrileña estaba al tanto de sus actividades y pecó de
insolidaridad. González Morago hizo un cliché de mil pesetas para financiar las
actividades orgánicas y desacreditar el gobierno lanzando billetes falsos.
Denunciado por un italiano, fue encarcelado en Madrid por este delito.
Abandonado por todos, incluso la Comisión Federal, fue trasladado a la prisión
de Granada, donde contó con la solidaridad de los compañeros hasta su muerte.
Tomás González Morago fue, junto con Francisco Tomás y
Oliver, el verdadero artífice del triunfo del bakuninismo en la península y de
la derrota del marxismo, más aún que figuras mucho más conocidas como Anselmo
Lorenzo; y siempre quiso pasar desapercibido --poco antes de abandonar Madrid
en enero de 1869, Fanelli se fotografió junto a los miembros de lo que sería el
primer núcleo organizador de la Internacional, y González Morago rechazó la
invitación a poner con el grupo al alegando que tenía sueño y quería seguir
durmiendo.
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