Detroit: La noche de los lobos
Por: Mumia Abu Jamal
Un tribunal federal aprueba la quiebra de la ciudad de Detroit, poniendo
en la tajadera las pensiones de miles de trabajadores jubilados.
Ya empezó. El
desmantelamiento y desmembramiento de Detroit está por llegar, ya que un
tribunal federal de Estados Unidos abre la puerta a un programa de desastre.
Con su aprobación de
la quiebra, se ponen en la tajadera las pensiones de miles de trabajadores
jubilados de esta ciudad. Ellos y ellas trabajaron durante décadas. Luego se
jubilaron y esperaban vivir de sus pensiones en sus últimos años.
Sin embargo, una
camarilla de abogados, jueces, políticos y financieros han proporcionado el
marco para quebrantar los contratos y disfrutar del banquete como vampiros en
un hogar de ancianos.
El capitalismo se
devora a sí mismo. En su infernal búsqueda de cada vez más ganancias,
absolutamente nada es sagrado.
Con sus escuelas clausuradas, sus casas hipotecadas y su
enorme población negra, Detroit está en el menú.
Y lo crean o no,
Detroit es solo el comienzo; esto no acaba ahí. Hoy, Detroit, mañana, cualquier
lugar.
Este es el saldo de
la guerra cada vez mayor contra las y los trabajadores, especialmente los
sindicatos.
Próximamente,
California. Y a partir de ahí, la moneda está en el aire.
Desde la nación encarcelada, soy Mumia Abu-Jamal.
--©’13maj
4 de diciembre de
2013
Audio grabado por
Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto circulado por
Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de
Mumia, México
Mumia Abu Jamal (Pantera negra)
Mumia Abu-Jamal (nacido con el nombre de Wesley Cook el 24
de abril de 1954 en Filadelfia) es un periodista y activista político
afroamericanoestadounidense, acusado del asesinato del policía Daniel Faulkner
y sentenciado a muerte en 1982.
Su caso ha generado campañas masivas por su liberación en
Estados Unidos y el resto del mundo y las fraternidades policiacas
estadounidenses han buscado activamente acelerar su ejecución.
Técnicamente, estuvo esperando ser ejecutado entre 1982 y
diciembre de 2001, cuando el juez federal de distrito William Yohn revocó la
pena de muerte de Jamal.
Sin embargo, Yohn reafirmó los cargos contra Jamal,
condenándolo a cadena perpetua. El 27 de marzo de 2008, un tribunal
estadounidense ordenó revisar la condena a muerte.1
La Jornada, Nueva York, 7 de diciembre 2011. El ex pantera
negra Mumia Abu-Jamal, uno de los condenados a muerte más famosos de Estados
Unidos, no será ejecutado y su pena se conmutará a cadena perpetua.
El fiscal de Filadelfia, Seth Williams, dijo que no volverá
a solicitar la pena de muerte para el periodista y activista por los derechos
de los afroestadunidenses en los años 1960 y 1970, condenado por matar a un
policía blanco en 1981. Abu-Jamal siempre se declaró inocente del crimen.
Williams añadió que no tenía "ninguna duda" de que
Abu-Jamal, de 57 años de edad, asesinó al policía Daniel Faulkner el 9 de
diciembre de 1981.
Por su parte, los abogados defensores –Judith Ritter y el
equipo legal de la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color
(NAACP), la mayor organización de derechos civiles de los estadunidenses
negros– valoraron positivamente el anuncio.
"Los fiscales hicieron lo correcto", dijo John
Payton. "Después de 30 años, ya era hora de poner fin a esta carrera en
pos de la pena de muerte", agregó.
La NAACP siempre denunció la parcialidad de las audiencias
que llevaron a la condena a muerte de Abu-Jamal, pues lo sentenció un jurado
sólo de blancos.
La causa de Abu-Jamal se convirtió en emblema de los
esfuerzos internacionales para abolir la pena de muerte en Estados Unidos.
Fotogénico y elocuente, el ex pantera negra continuó realizando en prisión su
programa de radio "Live from Death Row" (En vivo desde el corredor de
la muerte), que fue también el título de su exitoso libro editado en 1995.
Una petición lanzada en Internet en enero de 2010 para pedir
al presidente Barack Obama que rechazara la pena de muerte recogió miles de
firmas, incluidas las de la ex primera dama francesa Danielle Mitterrand, ya
fallecida, el escritor alemán Günter Grass y el estadunidense Noam Chomsky.
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