Imperial Tobacco inicia hoy el trámite para el cierre
ordenado de Altadis en Cádiz
El comité de empresa de la factoría gaditana de Altadis está
convocado esta mañana a una reunión con el director de producción para Europa
Occidental de Imperial Tobacco, compañía que compró la tabacalera
francoespañola en 2008. El encuentro servirá para comunicar los planes de
futuro que pesan sobre las plantas del sur del viejo continente. La compañía
inglesa tiene que hacer frente a una fuerte caída del consumo de tabaco en
España, que en 2012 superó el 5,3%, y a los altos costes de producción que
supone su manufactura en los países más desarrollados de la Unión Europea.
Además, el precio de las cajetillas y el paro han dado lugar a un cambio de
hábito entre los consumidores, que han abandonado el cigarro tradicional por el
de liar. Este periódico adelantó el pasado fin de semana que la factoría
gaditana no entra en los planes de expansión de Imperial Tobacco. Sus gestores
han diseñado una reestructuración internacional que incluye, entre otras cosas,
el cierre ordenado de la factoría de Cádiz. Se trata de un proceso, muy similar
al llevado a cabo en 2011 con la fábrica de Palazuelos, en Cáceres, que en el
caso de Cádiz culminará a finales de 2014. La dirección de Imperial Tobacco
tendría que decidir aún si parte de las instalaciones de la Bahía se quedan
como almacén o, por el contrario, las cierra en su totalidad.
Imperial Tobacco se hizo con la tabaquera Altadis en 2008 y
justo al año siguiente de su compra presentó un ambicioso plan de
reorganización de sus plantas. La reestructuración impuesta por los nuevos
gestores obligó a cerrar la factoría de Alicante, a concentrar la actividad en
las de Logroño y Santander, y recortar las líneas de producción en las de Cádiz
y Palazuelos (Cáceres). En el caso de la factoría extremeña, la agonía duró un
año y parte de sus trabajadores fueron recolocados en la de Cádiz. La planta
gaditana sufrió un ERE que afectó a 223 trabajadores y vio como en un año
también se cerraron dos de sus tres líneas de producción: la de tabaco
reconstituido y la de preparación de liga. Solo quedó abierta la línea de
tabaco expandido y los almacenes. En estos momentos, la plantilla de la
factoría de Cádiz es de 76 trabajadores. La sobrecarga de trabajo en la línea
que quedo abierta obligó hace dos años a la ampliación de un cuarto turno de
trabajo, debido a la reordenación también de las plantas alemanas, pero este
cuarto turno se eliminará a finales de este mes.
Los trabajadores gaditanos saben que los planes que presentó
Imperial Tobacco en 2009 eran la crónica de una muerte para la planta de Cádiz.
Es decir, si primero cerró la de Alicante y luego la de Palazuelos, la tercera
en caer sería la gaditana. Los acontecimientos se han acelerado tras la apertura
el pasado abril de un complejo logístico de producción y distribución en la
localidad polaca de Tarnovo. Imperial Tobacco ha desplazado sus intereses a los
países emergentes de la Unión Europea, donde los costes laborales son más
bajos.
LA VOZ ha contactado con los representantes de la dirección
de Imperial Tobacco en Madrid que se han limitado a confirmar la visita del
alto ejecutivo hoy a Cádiz pero, sin embargo, han mantenido un escrupuloso
silencio sobre las decisiones de futuro que tomarán con la citada planta.
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