NO HAY NOCHE SIN DIA NI LIBERTAD SIN ANARQUIA - LOS BIENES MAS PRECIADOS SON LA VIDA Y LA LIBERTAD - SALUD, ANARQUIA Y REVOLUCIÓN SOCIAL-

sábado, 7 de enero de 2012

LA ANARQUIA AL ALCANCE DE TODOS 4ª PARTE Y FINAL

los hijos; y a estos aborrecer a la madre y hemos visto a los seres humanos todos, tratarse como enemigos. Hemos visto, también al entupido en las cumbres y al sabio vilipendiado; al honrado en presidio y al criminal en el trono; a la mujer candida y amorosa echada al lupanar, y a astuta y viciosa respetarla, santificarla; y no cubriendo con un velo infamia tal, no idealizando para engañarnos mismos, no negando las pasiones, sino estudiándolas y ahondando en las causas hemos podido encontrar el germen de aberraciones semejantes: el capitalismo, la autoridad y las desigualdades sociales.


Y que ningún efecto real tienen para detener el mal las limitaciones escritas ni las represiones efectivas, pruébalo abundantemente que con tanto código, tantas leyes, tanto decreto, contactos crueles castigos, presidios y demás medios de represión, el mal existe y los descontentos también.

Demostrando, pues, que la sociedad actual es fatalmente desastrosa y que sus códigos y leyes para nada bueno sirve, queda echa la defensa de una sociedad libertaria.

Para establecerla es preciso desentumecer las inteligencias aletargadas por siglos de opresión sacerdotal, por siglos de opresión legal, por siglos de opresión gubernamental.

Hay que decir y demostrar a los hombres que son esclavos por que quieren; que tienen amos por que quieren; que tienen jefes por que quieren; que padecen por que quieren.

Hay que decir a todo el mundo que sacudan los nervios y los avente para que de ellos salgan la poquedad, la cobardía, la creencia de que sin protección ajena no seria posible la vida, cuando, precisamente aquella protección es causa de la muerte de su felicidad y de su individualidad.

Es preciso alzar la frente; es preciso reconstituir nuestro espíritu y mirar cara a cara a los hombres que se creen de una clase mejor. Si tal hacemos habremos de ver que los gobernantes, en todos los ordenes, son madera de nuestra madera, condición de nuestra condición, y que si no sabemos gobernar por incapaces, tampoco ellos han de saber por esa misma incapacidad; entonces veremos que todos aquellos que, merced a nuestra buena fe, pasan por buenos gobernantes están gobernados, a su vez, por un rey, o por un presidente, o por una favorita, o por un hijo, o por una mayoría.

La paradoja seria admirable si no encerrase la injusticia la iniquidad que encierra.

Creo que la lógica de mis razonamientos, que estimo incontrovertibles, habrá convencido a mis buenos lectores de la justicia y de la posibilidad de una vida humana superior y racionalmente anarquista.

Creo, además, que en el animo de cuantos me han leído habrá penetrado la convicción de que querer es poder y de que estando la Naturaleza toda constituida para una sociedad y para un hombre libre solo hace falta prescindir de amos y directores para que no tengamos necesidad de ellos. Sobre todo no hay que olvidar que el seno de una familia o de una colectividad que tenga bien provista la despensa, poco han de intervenir los gobernantes y los directores, como no sea para perturbar las buenas relaciones sociales. Ya hemos demostrado que individual y colectivamente, los hombres, todos pueden tener bien provista la despensa, y que siendo sus discordias de una maldad social que la misma sociedad produce cambiando las causas, cambiarían los efectos.

No ignoramos que a esta visión sencilla y simple de la vida y de los hombres la llaman ilusión los que estiman que las personas son malas por naturaleza, a pesar de que demostrado queda que son demasiado buenas; pero cuantos oponen la maldad del hombre al establecimiento de una sociedad donde los seres humanos sean absolutamente dueños de sus vidas por serlo de la Naturaleza, se estiman dignos de vivir la vida patrocinada por los anarquistas.

Las dificultades de orden moral que a la sociedad libertaria oponen algunos, no están en ellos, están en los demás ¡Ha si todo el mundo fuera como yo! Exclaman. Y todo el mundo dice lo mismo.

De suerte que todos nos creemos dignos de una sociedad de intereses generales y que todos vemos los defectos en los otros y no en nosotros.

¿Y no puede ocurrir que si nosotros somos buenos por naturaleza, los malos o los llamados malos lo sean por necesidad social? ¿No puede ocurrir que la maldad que vemos en los demás y que a veces los otros nos aplican, surja, no de la maldad individual, sino del amparo que el mal encuentra en las injusticias de la sociedad?

Porque, ¿Que haría del dinero el que para adquirirlo matase o robase directamente con su brazo, o indirectamente con su industria si de nada le habría de servir en una sociedad en que solo el trabajo valiera?

Por dinero todo se hace hoy porque con dinero todo se alcanza, pero quitemos al dinero su imperio, y quedara reducido a la nada como a la nada quedaran reducidas estas monstruosas maquinas de guerra el día que los hombres digan: ¡No queremos guerrear!

Demostrada la justicia de una sociedad libertaria y la injusticia de la presente y todas las que conserven el mando y el privilegio individual, daremos un bosquejo de practicas anarquistas para luego disipar las dudas que los presentes escritos pueden haber dejado en el animo de algún lector.

Hasta ahora ninguna hemos recibido.

Capitulo V

Trazar una visión mas o menos aproximada de la sociedad sin gobernantes ni propietarios, tal como los anarquistas nos imaginamos, es la cosa mas fácil del mundo y la mas difícil, la mas fácil, porque al hacerlo no contraemos ninguna responsabilidad y en caso de error nadie nos ha de pedir cuentas de él. La mas difícil, porque la sociedad anarquista ni siquiera podrá llamarse sociedad desde el momento que no será la libertaria, una vida uniforme ni podrá otorgar reglas ni leyes de ninguna clase a la colectividad.

La vida habrá de ser nuestra vida y como nuestra vida no podrá ser la de otros ni estará a la de otros ligada por ningún interés, es inútil que nos empeñemos en prescribir programas ni en encasillar ideas.

Ya dijimos en otra ocasión que en lo único que ha de haber uniformidad, en la vida anarquista que es la vida libre y natural será en condenar todo sistema de gobierno y de propiedad privada.

Fuera el Poder que traza y limita un Estado y fuera el poder que traza y limita una propiedad, todas las opiniones y todos los sistemas que pueden surgir de la evolución de las ideas y de las costumbres, han de ser por todo el mundo respetadas, y han de entrar, para todo el mundo también, dentro de las posibilidades individuales, posibilidades que no llamamos sociales para sacarlas, desde este momento, de la coacción del mayor numero.

Así, pues, para el hombre partidario de una sociedad libre entendiéndose por sociedad libre una sin poder económico ni político, una sin la tiranía del que puede mas que tu porque tiene mas que tú y mientras haya mas que tú habrá quien pueda mas que tú, no podrán existir enemigos ni adversarios por practicar la vida y profesar la idea de modo distinto unos de otros.

De esta suerte no podrá haber mas, ni fuera bien que los hubiera, que una condición de anarquistas la de no preocuparse de la vida ni de la idea de nadie: de esta suerte no podrá haber mas, y fuere mal que los hubiera que una condición de hombres: la condición que a todos impone la Naturaleza con sus atributos.

Y la anarquía no podrá ser un sistema social ni individual: ha de ser la madre y amparo de todos los sistemas sociales e individuales que se practiquen sin gobiernos ni propietarios.

No puede ser el anarquismo un determinado sistema social sin gobierno (Comunista, individualista o colectivista) por que entonces declararíamos la uniformidad de la Naturaleza humana, tan variada e infinita; tan poco puede serlo porque implicaría la uniformidad del temperamento y el espíritu, la anarquía ha de ser una infinidad de sistemas y de vidas libres de toda traba. Ha de ser así como un campo de experimentación para todas las semillas humanas, y ha de ser además, un amparo para todas las orientaciones y para todos los atrevimientos.

Anarquismo no puede suponer, no ha de suponer, comunismo ni individualismo: ha de suponer anarquía solamente; esto es; libertad para que cada individuo sea y haga lo que se le antoje dentro de una sociedad, mejor dicho, dentro de una humanidad de intereses políticos y económicos generales. De intereses políticos hemos dicho por que la libertad de uno habrá de ser la de todos, y de intereses económicos dijimos, porque la propiedad de uno habrá de ser la de todos, también.

Es así, universal e infinitamente, como nosotros entendemos ha de ser interpretada la anarquía, por que otra interpretación supone capilla y limite. Encasillamiento de la libertad de todos dentro de la opinión de uno, por que moralmente de uno es la opinión aunque sea colectiva, cuando cierra la puerta al porvenir, cuando limita el porvenir, que, dentro de la anarquía, ha de ser un porvenir continuo, siempre constituyente y jamás constituido.

Si damos por acabada una evolución político – social en un determinado programa de vida, en una idea de vida social, continuamos la tradición de los principios absolutos que dieron lugar a las preocupaciones, y, en cierto modo, las continuamos. Las continuamos en cierto modo desde el momento que estimamos adversario al que no piensa ni obra como nosotros, aunque como nosotros diga pensar y obrar.

Es la fuerza del atavismo que nos convierte en inquisidores por haberlo sido nuestro árbol genealógico.

Es preciso arrancar tantas veces arrancado y siempre vuelto a brotar por haber dejado, en la tierra, las raíces del poder económico.

Nadie, en el anarquismo, habrá de creer que lleva dentro de si la verdad, porque la evolución ha vivido, hasta ahora, de verdades que se iba comiendo así que iba avanzando. Y si todas la verdades pasadas han sido, a la postre, mentiras, de cuerdos será suponer que todas las verdades futuras serán, al fin, mentiras también. Así se mataran, las ideas absolutas que tantas muertes y tantas persecuciones han causado. Así se evitara que una verdad vaya en contra de otra, y causen todas la victimas para resultar todas inútiles. No hay mas verdad que la vida y a ella, únicamente hemos de atender y de defender de toda imposición. Y no la vida colectiva sino la vida individual., que si la por la libertad queda amparada la vida de uno, por la misma libertad quedara la amparada la vida de todos.

Será mas hombre evolutivo, más hombre de mañana el que mas libertad quiera para si y mas respete la ajena.

Razón tenemos innegablemente, contra todas las formas de la autoridad y de la propiedad. Razón podemos no tener en contra no tener una visión de la sociedad futura que nos sea la nuestra, porque de la vida futura no sabemos una palabra ni hace falta. Con que seamos libres, nos debe bastar. De lo que piensen los otros no nos ha de importar mas que el momento que piensen coartar nuestros pensamientos y nuestras acciones.

Es la razón que deberíamos poner en practica todas las personas que nos estimamos emancipadas, iremos solamente contra los hombres y contra los regimenes que coarten nuestra libertad, directamente por medio de la represión o indirectamente por medio de las instituciones, por medio de los privilegios políticos y sociales y cuando hayamos constituido una forma de vida que no coarte la de nadie, dejaremos libres a los hombres y a los regimenes.

Pero entre tanto hemos de acarcarnos lo mas posible a la vida futura y la única manera de acercarnos a ella es siendo tolerantes con todas las opiniones. Así nos será dable empezar las prácticas libres de mañana.

Nuestra vida actual ha de ser una aproximación de la de otro día, y no solo ha de serlo en nuestras afinidades doctrinales, ha de serlo, también, en todas las relaciones que nos imponga, la injusta y triste vida que surge de la sociedad presente.

CNT-AIT Puerto Real

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