Once
años del asesinato de Carlos Palomino
Hoy
se cumplen once años del asesinato del joven antifascista Carlos Palomino a
manos del militar Josué Estébanez.
11
de noviembre de 2007. El partido de ultraderecha Democracia Nacional convoca
una manifestación de corte racista en el barrio de Usera. Su lema: ‘Contra el
racismo antiespañol, contra la inmigración’. La Delegación de Gobierno de
Madrid permitió la manifestación racista. Colectivos antifascistas convocaron
un contramanifestación. Hacia allí se dirigió Carlos Palomino, un joven
antifascista de 16 años.
Así
comenzó la jornada en la que Palomino perdería su vida, asesinado por Josué
Estébanez de la Hija, un militar del Ejército de Tierra neonazi de 23 años que
se dirigía a la manifestación convocada por Democracia Nacional –así lo
considera probado la sentencia sobre el asesinato emitida por la Audiencia
Provincial de Madrid–. Palomino y Estébanez se encontraron en la línea 3 de
metro, a la altura de Legazpi. Dentro del vagón, Josué sacó la navaja y le
asestó una puñalada en el corazón a Carlos. Siete centímetros de hoja clavados
en el ventrículo izquierdo. Tras ello, le empujó fuera del vagón. También
asesta otra puñalada a un compañero de Carlos en las costillas antes de huir
con el arma en la mano.
"Fue
prácticamente cuestión de segundos y de pronto estaba Carlos tendido en el
suelo", explica Mónica Rojas, fotoperiodista que fue testigo del
asesinato. Rojas acudía a hacer fotos a la manifestación racista convocada por
Democracia Nacional y coincidió en el mismo vagón de metro en el que ocurrió
todo. "De pronto, una parada antes de llegar a Usera, el vagón se empezó a
llenar. Se cerraron las puertas, pero el metro siguió sin moverse. Al poco
comenzó a haber movimientos raros y todo se llenó de humo", relata Rojas.
Para entonces, Estébanez ya había apuñalado a Carlos y a su compañero, y había
salido corriendo. "Cuando salí del vagón, la primera pisada que di fue
sobre sangre, y vi que Carlos estaba muy cerca en el suelo junto a una chica
que le auxiliaba y otro chico que llamaba para que viniera una ambulancia. Yo
pensaba que estaba herido, pero no de muerte".
Carlos
murió en el número 145 del Paseo de las Delicias, en una carpa montada por los
servicios de emergencia. Desde el 13 de mayo de 2016, una placa situada en este
mismo punto recuerda su asesinato. Antes de ese año, al menos en cuatro
ocasiones, compañeros del joven colocaron placas en su recuerdo en la boca de
esta parada de metro, pero en todos los casos fueron saboteadas por grupos fascistas.
Josué
Estébanez fue condenado, en octubre de 2009, a 26 años de cárcel. En la
sentencia, el tribunal daba por probado que el neonazi tenía la intención de
matar. La sala le impuso 19 años de cárcel por asesinato y siete años más por
intento de homicidio.
El
asesinato de Carlos Palomino es uno de los 88 por motivos de odio que el
Movimiento contra la Intolerancia ha registrado desde 1990, recogidos por los
periodistas David Bou y Miquel Ramos en el trabajo Memoria de 25 años de
olvido.
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